Si, si... el amor el amor, el amor y Charles Aznavour, y París, París, ¡Oh, París! Pero, siéntate aquí para que veas al nene. Si me vas a reducir a Ernesto Guevara a la cita sobre el amor y a julepearme el legado revolucionario de Guevara con su riesgo de parecer rídiculo para esconder tus pocas ganas de que haya Revolución (mayúscula y sin apellidos), déjame que te cuente, limeña, lo que el Che le decía a los promotores y receptores de honores, premios y jaladeras de bolas mutuas entre el grupito exquisito: "Ustedes no entienden lo que yo escribo y repito en mis conferencias. Aquí lo que hace falta no son homenajes, sino trabajo. En cuanto a los honores, se los agradezco, pero les voy a responder en francés, que es más delicado, para no ofenderlos: "Les honneurs, ca m´emmerde!""
Y cuando de amor se trata, los que corren el riesgo de hacer el ridículo son los que lo citan fuera de contexto para acomodar sus visiones facilongas de vida, que podrán ser muy bonitas, muy democráticas, muy plurales, muy cristianas, pero tienen de revolucionarias lo que yo tengo de multimillonario agente de la CIA (¡que nunca se sabe!): "...todos los días hay que luchar por que ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización". Y le agrego yo al Che, a riesgo de parecer comunista, que si no puedes revolucionarte tú y tu entorno inmediato con hechos concretos, no tienes el mas mínimo chance de ser considerado algún día por los trabajadores como un revolucionario. Y son ellos, la clase revolucionaria, y nadie más que ellos, los que te gradúan.
Lo demas es gamelote pequeño-burgués, que algo queda...
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