A pesar del generalizado y automático repudio que ha provocado la vil asonada que algunos facinerosos han cometido en contra del pueblo hondureño, lo sucedido no debe de sorprender a nadie y más bien debiera de aleccionar a todos aquellos que dejándose arrastrar por los supuestos encantos del Sr. Obama, prácticamente insisten en rasgar las vestiduras defendiendo que el tiempo de cuando los Estados Unidos sembraban “gorilas” para contener los procesos progresistas en Latinoamérica, es cosa del pasado.
Oportunos y convincentes han sido los señalamientos realizados por el intelectual norteamericano James Petras cuando señala que “los militares hondureños no moverían ni un dedo sin el consentimiento de Estados Unidos”. Si bien este gobierno, a través de su Secretaria de Estado Hillary Clinton, ha pretendido cautelosamente sacar los “bigotes” de lo sucedido, los indicios son más que meras sospechas de quienes siempre se encuentran detrás de estas fatídicas actividades.
Aunque el máximo responsable del gobierno de los Estados Unidos Barack Obama, ha dejado exclusivamente en manos de sus portavoces señalar que se encuentra “muy preocupado” por lo del Golpe Militar en Honduras, personalmente no se le ha visto condenar los hechos y mucho menos dejar entrever posibles represalias en contra de este gobierno de facto si insisten en mantenerse en el poder. Por otro lado otros funcionarios, que por razones obvias negaron identificarse, reconocieron que previamente a los hechos habían mantenido contacto con los militares y civiles incursos en la asonada.
De igual manera el comportamiento complaciente e irresponsable del emporio comunicacional CNN deja entrever que el complot fraguado en Honduras tuvo también ramificaciones en el extranjero, en todo caso más que solo rostros sonrientes que siempre se ven beneficiados con este tipo de eventualidades, confirmando que lo sucedido, más allá de no concretarse, ha sido sumamente conveniente para lo que próximamente se estuviera fraguando contra cualquier otro país de la región.
Más allá de lo que en el futuro suceda con estos tontos útiles, su aventura ha servido para demostrar el grado de cohesión actualmente existente en la zona. Y sobre todo que aun cuando la capacidad de respuesta resultó casi automática aun se precisa la concreción y madurez de nuevos mecanismos de integración en materia de seguridad y defensa para toda la región. Solo de esta manera se podrá estar prevenido y santiguado para que los fantasmas del gorilismo no nos vuelvan atormentar.
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