Los resultados de la intermediación de Oscar Arias en lo que ahora los medios de la Oligarquía, han dado en llamar conflicto o crisis Hondureña, en un intento por disfrazar lo que fue un vulgar golpe de Estado, se veía venir, ya el solo hecho de permitirle a los criminales golpistas tener beligerancia, es pretender darles el estatus de institucionalidad que jamás podrían tener, porque son producto de una violación flagrante a la Constitución, condenada por todos los países del mundo de forma individual o agrupados en organizaciones internacionales.
Otro gallo cantaría, si a quien le hubiesen dado el golpe y ni siquiera con el agravante de sacarlo a empellones de su cama, en pijama, montarlo en un avión y tirarlo en un aeropuerto de otro país, fuese un oligarca de los que aun quedan como en el caso de Colombia y Perú por nombrar sólo los del Sur. A estas alturas ya los cascos azules estarían restituyendo (¿?) el orden constitucional, que es un decir, pues ya existen experiencias de lo que sucede como en Haití, con estas fuerzas de ocupación,
Se podría apostar “fuertes a lochas” a que en otras circunstancias la misma base militar que el Pentágono tiene en Honduras ya, el mismo día de los hechos hubiese actuado, pero no lo hizo, ni dijo siquiera “esta boca es mía”, en una demostración de que estaban en conocimiento y por lo menos son cómplices por omisión: igualito sucedió aquí, con la diferencia de que estaban metidos en los planes y en los hechos, había oficiales gringos de altos rangos en Fuerte Tiuna y hasta aviones y un submarino listos para actuar; allá actuaron tras bastidores y ahora quieren darle larga a la cosa a ver si el pueblo se olvida con el tiempo y se resigna a vivir bajo un régimen dictatorial; por ello la única solución que se vislumbra es que el pueblo se haga respetar, que no abandone las calles y se declare en rebeldía hasta que los usurpadores se den cuenta que no tienen apoyo popular, pero también al menos los países del ALBA, y los demás, amigos del proceso venezolano, algo tienen que hacer porque no se puede dejar solo a es pueblo en manos de un grupúsculo de ricos explotadores, sometido quien sabe por cuanto tiempo.-
LA DIGNIDAD DE ZELAYA.
El presidente Zelaya, ya hizo bastante sacrificio sentándose al lado de un criminal, antes dejó claro que no iba a negociar el cargo que solo le pertenecía al pueblo; el delincuente de origen extranjero, que de llevar muy poca sangre hondureña en sus venas está haciendo alarde de una autoridad usurpada y pretende quedarse contra la voluntad la mayoría del pueblo y del rechazo unánime, tal vez no muy sincero de algunos, a nivel internacional; las acciones del pueblo deben ser apoyadas por medidas económicas fuertes que obliguen a los criminales gobernantes de facto a ceder, hay que arrinconarlos con ruptura total de relaciones, pero no a medias, sacar los embajadores de Honduras no es suficiente, eso hay que acompañarlo con decisiones fuertes porque a ese pueblo no se le puede abandonar a la suerte de unos forajidos que se atrevieron a hacer lo que hicieron y que no suceda nada. Veamos que viene en el futuro inmediato, porque no puede ser mediato ni largo, la solución tiene que venir ya.-
yuviliz40@hotmail.com