En el mundo existe una especie de virus de temor, a atacar a quien ataca. Si analizamos bien la historia contemporánea desde que Estados Unidos de Norteamérica ha fortalecido su poderío militar, siempre ha tomado la iniciativa del ataque para empoderarse de los espacios necesarios para ejercer el dominio sobre países y regiones sobre los cuales imponer su política de avasallamiento y expoliación. Es una estrategia que permanece más allá de las sucesiones de gobiernos, no importando si tienen mascara de Demócratas o de Republicanos. En el afán de lograr sus metas, no les ha importado auto agredirse y matar a unos cuantos de sus soldados o ciudadanos comunes (EL MAYNE, BAHÍA DE TOMKIM, PEARL HARBOR, W.T.C; incluso el asesinato del PRESIDENTE KENNEDY, etc.). Todo por lograr sus objetivos imperialistas. Es menester recordar que los beneficios de esas conductas son solo para una insignificante minoría de personas, que son las que acaparan y controlan las riquezas de esa nación. Los demás, solo son neo esclavos, a los que les pagan salarios un poco mejor, les proporcionan variedades de circo, vanidades inducidas satisfechas, a fin que mantengan las cosas tal como están y poder tener a la vez una masa humana de jóvenes hijos de esos asalariados. Prestos para defender los intereses de quienes les explotan y utilizan, llegando a extremos increíblemente aberrantes, tal como asesinatos en masas, de poblaciones civiles indefensas en lugares tan distantes de sus fronteras, que ni siquiera conocían de su existencia, o tan cercanos como México, al cual le arrebataron de la manera mas descarada y sanguinaria mas de la mitad de su territorio.
Ahora bien si la historia nos ha demostrado con suficientes pruebas, lo que es el comportamiento no cambiante del imperialismo Sion-judío, norteamericano. Lo lógico es romper el esquema del pasado y ejecutar una política de defensa agresiva, de iniciativas que mantengan al enemigo mas pendiente de defenderse, que de atacar. A ese respecto es muy sabia la estrategia del gobierno Venezolano, al promover la integración de la región latino - sur - caribeña, buscando el fortalecimiento geo estratégico, económico, militar y el fortalecimiento organizativo social de sus habitantes. No crean que la tarea es fácil, mas aun, cuando el imperio, conocedor de la escasez de valores de muchos débiles mentales. Quienes previa inyección de dosis, de egoístas ambiciones y mezquinos intereses; se prestan para mantener fracturada a la región y los países mismos internamente.
También hace falta una política diplomática más agresiva y concreta en objetivos básicos, que le desmonten las estrategias del imperio. Por ejemplo, antes de cualquier acción agresiva, el aparato propagandístico de los imperialistas, utiliza todos los mecanismos e instrumentos a su disposición, para describir una realidad parcializada hacia sus predicas. Ablanda sicológicamente la opinión pública internacional, la predispone y después da el zarpazo. Esa táctica hay que desmontársela al enemigo. Solo Cuba ha tenido presente esa práctica, y es en parte la responsable de evitar la agresión física contra êlla, más allá de la propaganda y el bloqueo. Pero la precaria disposición de medios de la Revolución Cubana, no es tal, como para neutralizar en alto porcentaje la abrumadora aspersión del enemigo. Pero ¿se imaginan a toda la América mestiza, unida en un solo bloque, poniendo todos sus instrumentos a disposición de un objetivo común contra el imperio? Podemos hacerlo y estamos obligados a hacerlo. De lo contrario seguiremos siendo el estiercolero del imperio.
Es por eso y otras cosas, que sostengo que los países del ALBA, NUNCA DEBIERON DEJARSE ARREBATAR LA INICIATIVA DE LA SOLUCIÓN DEL GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS por parte del imperio y sus lacayos serviles. Ese fue un craso error. Si ya conocemos que los golpes de estado son el instrumento por el cual los imperialistas, se han librado de los gobiernos incómodos, ha de haberse preparado una estrategia a tiempo cuando las acciones de la oligarquía gorilista, dieron indicios de empezar a ejecutar el plan que elaboraron en el pentágono y la CIA. Definitivamente después de este acontecimiento, urge diseñar un plan de acción y reacción mediante el cual la ingerencia del imperio en la región quede neutralizada. Esa estrategia pasa por terminar de conformar definitivamente un gran frente militar contra cualquier ingerencia de nación alguna, ajena a la región. La organización de naciones latino- sur – caribeñas. Sin la participación de Estados Unidos y Canadá (sabemos que este último hace el papel de perro faldero del imperio).
Sigue siendo una urgente necesidad, la organización social de los pueblos y su participación directa en los asuntos de estado, desde los estamentos diplomáticos hasta los económicos y políticos. La inclusión del pueblo en los asuntos de soberanía y defensa es acertada y se debe profundizar.
Lamentablemente tenemos debilidades que son un factor difícil de superar en la región, como por ejemplo la oligarquía Brasileña, su influencia y poder en la nación, amen de su grado de dependencia de las esferas imperialistas. No debemos olvidar que esa oligarquía está dispuesta a aportar su cuota de sangre inocente derramada, como lo han hecho en Haití, y contra su propia población pobre, para ocupar un lugar en el consejo de seguridad de ese parapeto al servicio del imperio llamado ONU. Todavía la oligarquía es factor determinante en Argentina y en Colombia. Es muy difícil el panorama de la unidad de la región, pero gracias al dios de los pobres, hemos tomado iniciativa, ahora toca empujar para que se logre y luego para que se consolide
Ante todo este panorama descrito, es importante entonces forzar por que la solución del golpe de estado en Honduras, quede en las manos de los países de la región, denunciar y atacar la doble cara del imperio en relación a su posición; en un asunto que fue gestado en sus esferas de gobierno, con intenciones y objetivos bien definidos.
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