¿Por qué el sistema capitalista está en crisis?

Para comenzar, quisiéramos partir del significado de crisis tal como lo abordaremos en estas líneas. La palabra viene del griego, y en el estricto sentido semántico significa ruptura, quiebre. Sin embargo esta ruptura no implica discontinuidad, por el contrario, este quiebre sugiere un antes y un después caracterizado por la continuidad. (Pérez, 2008)

En este sentido, al revisar la historia reciente del sistema económico capitalista nos damos cuenta que después de 1945 – fecha en la cual el final de la II guerra mundial marcó el status quo político y económico que iba prevalecer en el escenario internacional – el sistema capitalista no ha mostrado épocas de bonanza tan constantes como períodos anteriores. Vamos a ver por qué.

Luego de la depresión de 1929, las rápidas medidas keynesianas tomadas por el gobierno de los Estados Unidos para recomponer el “Estado de bienestar” y salir del letargo recesivo en el que se encontraba la economía norteamericana, llegaron períodos de expansión de la economía en el marco de una fase A (auge) de la teoría de las ondas intermedias y largas de Kondratieff.

Estos planteamientos establecen que la economía se comporta mediante ondas intermedias (recesivas/depresivas) producto de causas internas de la dinámica capitalista; mientras que las ondas largas (expansivas/auge) son el resultado de hechos fortuitos como: cambios en la tecnología, guerras y revoluciones. (Martínez, 2001) Nos detenemos en esta teoría, en primer lugar porque es referencia importante para los economistas que intentan explicar los ciclos económicos en el mundo, y en segundo lugar, porque será útil para nuestra reflexión final.

En este sentido, el primer período de crisis del sistema capitalista lo ubicamos a principios de los 70’, fecha en la cual se notó una disminución en las tasas de ganancia de los principales países capitalistas centrales, producto de una disminución en la inversión productiva desde finales de los 60’. (Dos Santos, 1997)

De este modo, la especulación financiera vino a sustituir los gastos productivos. Así pues, el crecimiento del gasto público y, a su vez, la deuda pública aumentó la base del sistema financiero por concepto de títulos de la deuda. Estas condiciones hicieron que las tasas de interés en los mercados mundiales subieran, producto de la política mixta de contracción monetaria y fiscal que se aplicaron en los Estados Unidos en la administración de Reagan. (Sachs, 1993)

El surgimiento de los Petrodólares produjo una gran excedente financiero mundial que fue a parar a las bolsas norteamericanas, europeas y una parte a los países del tercer mundo. Sin embargo, el déficit público norteamericano tenía cifras muy elevadas, como resultado en gran medida por el gasto social utilizado para combatir los altos costos militares y de desempleo. (Dos Santos, 1997)

Además de ello, debemos considerar que la primacía que hasta finales de los 70’ tenían los Estados Unidos como centro hegemónico capitalista, se vio mermada con las innumerables pérdidas económicas y humanas que le acarreó la derrota en la guerra de Vietnam (1973). Esta circunstancia la aprovecharon Alemania y Japón para tomar partido en la cabeza de los grandes centros capitalistas mundiales.

Otro factor importante que debemos destacar es la subida de los precios del petróleo en la década de los 80’, lo cual produjo una recesión en cadena de los principales países industriales

A la luz de los acontecimientos, se hace presente un nuevo respiro para el crítico sistema capitalista de la década de los 70-80’. La caída del muro de Berlín (1989) y la disolución de la unión soviética marcó el derrumbe del mundo bipolar, situación que dejaría a los Estados Unidos como cabeza política, económica, militar, cultural de la época. Esto fue aprovechado sin dudas por el corporativismo neo-liberal y por los grandes intereses políticos y económicos del centro capitalista.

En este sentido, se arreciaron las “ayudas” a países en vías de desarrollo por parte de los organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). De este modo, la gran cantidad de préstamos, así como los Programas de Ajuste Estructural – reformas políticas y económicas que los países prestatarios debían cumplir a fin de hacer posible los financiamientos, entre ellas: fomento a las privatizaciones, disminución del gasto público, aumento de los impuestos, mínima participación del Estado en el control de los medios de producción, entre otras – hundieron a los países en vías de desarrollo en una profunda deuda externa.

Esta situación, aunado a las políticas monetarias que mantenía la Casa Blanca de aumento de las tasas de interés, generaron otro duro golpe para el sistema capitalista mundial conocido como la crisis de la deuda, en la cual, una gran cantidad de países en vías de desarrollo se declararon insolventes e incapaces de pagar la deuda adquirida.

De este modo, esta situación marcó el inicio de lo que vendría a ser la etapa más crítica de estas últimas décadas del sistema capitalista. En este sentido, registramos hechos como:

El crack bursátil de 1987, la embestida cambiaria frente a las monedas europeas en 1992, el ajuste al alza de las tasas de intereses estadounidenses y la crisis de la deuda mexicana (efecto tequila), el desplome bursátil asiático de 1997 (efecto dragón), la crisis de la deuda rusa durante 1998 (efecto vodka), la crisis de Brasil en 1999 (efecto samba).

Así mismo, el inicio del nuevo milenio continuó acentuando la crisis del sistema capitalista mundial, en esta oportunidad, la crisis financiera desatada en Turquía en el 2000 y la crisis de Silicon Valley por las compañías de páginas web; el derrumbe del Nasdaq en el 2001, el colapso del modelo argentino en el 2002, la caída bursátil y la declaración de recesión en los Estados Unidos, la quiebra de grandes compañías como Enron y Parmalat producto de escándalos financieros, y actualmente, la explosión de la crisis hipotecaria en el 2007 (bonos subprime) que finalmente conllevó a la crisis económica que estamos viviendo hoy en día.

Esta simple enumeración de acontecimientos, dan muestra de que el sistema capitalista mundial después de la llamada “edad de oro” (1945-1973) no ha podido registrar períodos largos de equilibrio.

En ese sentido, la teoría de Kondratieff que abordamos en las primeras líneas de este trabajo, nos habla de que la diferencia entre cada onda (recesiva-expansiva) es aproximadamente de 50 a 60 años. Es cierto que en el contexto de este economista ruso no podrían considerarse factores más modernos como lo integrados que estamos en esta etapa de globalización. Sin embargo, a partir del estudio general que hemos hecho, podríamos afirmar que esta aceleración de los ciclos económicos mundiales parece obedecer más bien a la degeneración de un sistema imperante por tantos años.

De este modo, cabría plantearnos hipótesis sobre el futuro del sistema económico mundial que surgen a partir de los trabajos de autores como el economista italiano Giovanni Arrighi, el cual nos habla de una fase de expansión comercial, una fase de expansión financiera y una fase de crisis y lucha hegemónica. Esta última dando pié a una potencia China como la tuerca protagónica del engranaje del sistema mundo económico de este siglo.

Lo cierto es que si este sistema capitalista está en crisis, dependerá de nosotros el rumbo de la continuidad del mismo. Hasta ahora todas las depresiones, shocks, distorsiones, crisis del sistema capitalista, se han generado por su misma dinámica de sobre-explotación y sobre-acumulación desmedido de capital. Entonces, es momento de que su crisis terminal sea producto de la construcción de una nueva arquitectura económica que rompa con los patrones depredadores con los cuales este sistema nos enseño a mirar el mundo.

Referencias

* Dos Santos, Theotonio (1997). El Papel del Estado en un Mundo en Globalización. Caracas: Academia Nacional de Ciencias Económicas.
* Fiori, José Luis (2009). La Muerte del Gran Economista Italiano Giovanni Arrighi. Consultar en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=88566
* Levy, Sara (2008). Pánicos Financieros: Medidas de Emergencia vs. Transformaciones Estructurales. S/F.
* Pirela Pérez, Miguel Ángel (2008). Del Estado Posible. Crónicas de una Revolución. Caracas: Fondo Editorial IDEA.
* Sachs, Jeffrey y Felipe Larrain (1993). Macroeconomía en la Economía Global. México: Prentice Hall Hispanoamérica, S.A.,
* Sánchez Martínez, Manuel J (2001). “Las Ondas Largas de Kondratieff”. Consultar en: www.laberinto.uma.es


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