¿El caso de Honduras realmente donde está? Si faltaba en este caso algún detalle para meter el caso de Honduras en el mundo de lo insólito, pero comprensible; este domingo 19/07/2009 en horas de la tarde, la vocera del Presidente Zelaya colocó ese detalle con marcada claridad y como fue así de claro, no hay lugar a ninguna duda. Fue muy enfática la vocera, cuando le correspondió su derecho de palabra para resaltar un hecho, a partir de cual, el caso de Honduras comenzó a regirse por la política de los EEUU.

En esa intervención la vocera de Zelaya confirmó que Arias era el mediador legítimo y esa circunstancia no cambia el curso de los acontecimientos, pero efectivamente niega lo que ha dicho el propio Zelaya, cuando en diferentes ocasiones ha insistido en que no estaba negociándose. No es que antes de esa intervención, la condición del mediador haya sido ignorada por Zelaya, sino es que ese reconocimiento que fue impuesto (supone uno), es prácticamente legitimado y con ello se deja embarcado toda la movilización popular que ha estado peleando por el regreso de un Mel, que definitivamente ha sido un “pelo” ingenuo o sabe que con el ALBA, el grupo del RIO, OEA y el mundo no podrá volver a Honduras, mientras no reciba el visto bueno y las condiciones de los EEUU.

¿Si no estaba negociándose, cuál era el propósito de las reuniones con Arias? Pero el enredo de esto no surge precisamente por si se estaba o no negociando o si Arias es el mediador legítimo. Todo esto, es decir la condición de la negociación y la legitimidad del mediador es simple y sencillamente el desarrollo de una política muy efectiva, que aún sin acuerdos, mantiene a gorilete en el poder y Arias tiene la autoridad y capacidad para tomarse setenta y dos horas más para darle “feliz” término a una resolución de la Organización de Estado Americanos que establecía el regreso inmediato e incondicional de Zelaya a sus funciones como Presidente de los hondureños. El tal gorilete con el accionar del Presidente de Costa Rica ha podido lograr lo que no tenía: Tiempo.

Definitivamente, el caso de Honduras permite tomar conciencia de muchas lecciones, pero conforma además, la situación de inutilidad de la OEA. La resolución o decisión tomada por este organismo se resume en dos términos que no tienen complicaciones para su procesamiento. Se habló o decidió de un regreso INMEDIATO e INCONDICIONAL de Zelaya a la República de Honduras para asumir sus funciones como presidente. El término inmediato, muy a pesar de todo lo que pudo haber puesto en su teoría de la relatividad Albert Esinten, sonaba para ser ejecutada en pocos días y con el tiempo transcurrido desde entonces, se tiene todos los argumentos suficientes para percatarnos de la inutilidad (en este momento) de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Si ese “inmediato” parecía sonar como “es ya y ahora”; lo de “incondicional” tampoco admitía literalmente casi ninguna discusión porque se supone que esa “incondicionalidad”, no daba ningún lugar a un proceso de negociación, que es lo que efectivamente ocurrió o está sucediendo. No soy un oealogo (estudioso de la OEA), pero con esta resolución fijada en estos términos y un gorilete apoyado por el dueño del mundo; la OEA se desnuda y apenas es capaz de mostrar (por ahora) su inutilidad. No sirve ahora para imponer una decisión y ser consecuente con la carta democrática. En resumidas cuentas y aunque con un poquito de bulla y escándalo, la OEA de hoy se parece mucho a la OEA de ayer. Ahora alguine puede decir que cuestiona un golpe, pero también debe reconocer que después de una decisión que reclama un regreso inmediato e incondicional; la OEA mira para otro lado.

Si dejamos de ser medio pendejo, existe la necesidad de reconocer a través de dos tres palabras, el sentido y inutilidad de la OEA. Por acción u omisión; la Organización de los Estados Americanos está plenamente identificada con los golpes de estados en esta parte del continente. Sin lugar a dudas, la OEA continua siendo servil (aún con la voces disidentes del ALBA) a los intereses de EEUU, porque lo que está en estos momentos discutiéndose no es la resolución de La OEA, sino las intsrucciones que dictó la señora Hiraly Clinton.



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