En Febrero de 1994 empieza la última guerra europea del siglo XX, finalizando los años que recién apagaban una centuria, añadas por las caracterizada de la injusticia y el terror. El nuevo orden internacional, neoliberal, con los ejércitos de Estados Unidos y los de la Organización del Atlántico Norte, tomaron como objetivo a Slovan Milosevic, postrero comunista de esta región.
Este cruento enfrentamiento valió la destrucción de toda la infraestructura yugoeslava, su principal fábrica de vehículos la Skoda, quedo reducida a añicos, volaron puentes, escuelas, universidades, servicios de agua, electricidad, líneas telefónicas, centros de refugiados y abastecimiento.
Todo lo que podía ser tocado por los cañones, bombas y metralla, hacia allá fueron, y en un acto de soberbia, ira y negación, destruyeron lo que el dolor y el respeto mantuvo en pie durante años.
Con el país dividido y la creación de nuevas repúblicas, Milosevic fue detenido en una magnifica operación militar, muy propia de las pantallas de cine. Encarcelado y con múltiples cargos se le inicio un juicio tras otro, ya la condena estaba escrita, mas nunca volvería a salir libre, menos, volver a pisar lo que un día fuera la gran nación yugoeslava.
Sacado de su país, fue llevado al presidio más seguro que hasta ahora existe en el planeta, la cárcel de La Haya, allí fue encarcelado y se le emprendió un juicio que en nada toco a los primeros responsables, El Vaticano, creador religioso de aquella contienda, menos se trajo a juicio a los Bush por prolongar una ofensiva que costo tantos cientos de vidas, y a la cual los pilotos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte no dejaron de bombardear, para espantar a los que más que pudieran de aquel sistema marxista.
A Yugoeslavia se le bombardeo de tal manera por pretextos esgrimidos en EE.UU. porque era gobernada por un comunista, El Vaticano se presto para la parte escabrosa, el sentimiento anticomunista y el ser vecina de la vieja Polonia, le valieron para fracturar su sistema político, aprovecharon la aguda crisis política que atravesaban.
Estando Milosevic en la cárcel más segura del mundo, la que cuenta con los mejores y sofisticados equipos de tecnología, hasta satélite tienen, dentro de sus instalaciones quedan los tribunales y viven en modernos edificios jueces y personal de seguridad, con toda esta logística, muere Slovan Milosevic.
Aun el planeta entero espera la verdadera autopsia que revele el fallecimiento de este mandatario, al cual en pocas horas inmediatamente se supo su deceso, ordenaron descaradamente cremarle.
Pulverizaron a Milosevic, llevándolo a cenizas, y la comunidad internacional no dijo nada, sabían que si iniciaba nuevamente su mandato, una vez superada la crisis política generada por el estallido de la guerra, se consolidaría como uno de los líderes de izquierda más provisorios de Europa.
El juicio ya revelaba nombres, conjeturas y fuertes acusaciones, entre esas, las formuladas contra El Vaticano, quienes tendrían que responder a las incalmables imputaciones de Milosevic, este tribunal no podía seguir ocultando la verdad de un presidente que declaraba los abusos de la OTAN, de los más culpables, los EE.UU y de los mercenarios de guerra contratados por Europa, entre esos, España.
Milosevic era el gran discrepante de los que destruyeron su país, Milosevic fue envenenado en la cárcel más segura del mundo, en El Tribunal Internacional de La Haya, a las pocas horas fue cremado para ocultar ante el mundo la verdad que cambiaria muchos rumbos en varias partes del planeta.
venezuela01@gmail.com