Parte XIV

Abramos el debate filosófico sobre la sociedad que todos queremos

Estimados camaradas socialistas, en este artículo quiero referirles y comentarles a la vez, un ejemplo de vida, que ha tenido a bien, uno de nuestros amigos lectores y miembro del debate, traer a colación. Este ejemplo es muy bueno, ya que es de esta forma, es a través de estos ejemplos de vida, como debemos de enfocar, las bases fundamentales para nuestra nueva ética y moral socialista. Es a través de estos ejemplos de vida, como podremos lograr evitar, la eterna sumisión de la ética a lo intangible, a lo irreal y subliminal y la podremos traer, al plano racional y ponerle de una vez y por todas, los pies en la tierra.

A continuación les refiero el ejemplo de vida, que el camarada Rodríguez, ha tenido la gentileza de hacerme llegar, a mi correo electrónico, a saber:

“Ejemplos muy significativos, que parecen más bien arrancados de las páginas de un libro de fantasías, allí vemos el gran ejemplo del Doctor Torrealba, del Guárico, de la primera mitad del siglo 20, hijo de una cocinera, de una gran hacienda en los llanos venezolanos, la madre se dio cuenta de la viveza e inteligencia del niño, y le pide a su patrón, que le ayudara para que su hijo estudiase la primaria, porque casi solo aprendió a leer, y el patrón le dice: con saber leer es mas que suficiente para ese “negrito”, pero no dejó la madre abandonar los estudios de su hijo y así, con mucho sacrificio sacó la primaria y el bachillerato, le volvió a pedir ayuda a su patrón, porque ahora el niño quería estudiar medicina, en la universidad y había que mandarlo a Caracas, el patrón le contestó: que ya bachiller era demasiado para ese “negrito”, sin embargo, continuó sus estudios y se gradúa de médico, de manera sobresaliente, monta su laboratorio de investigaciones, allá en los llanos del Guárico, escribe sus experiencia y llega a tener fama internacional, por sus trabajos sobre el cáncer y otras enfermedades de las células, y es reconocido por grandes eminencias, que hasta vinieron a Venezuela para conocerlo, entre ellos, un destacado premio Nóbel Alemán, nombrándolo en sus obras.

Pero, resulta que un día, el patrón se enfermó muy gravemente, y quiso que el Doctor Torrealba lo atendiera, ya no le dijo el “negrito”, él no se negó en atenderlo, “pero que me venga a buscar en una parihuela”, y así lo llevaron y lo atendió.

Esto es de una gran enseñanza, nos dice que el hombre se reconoce igual, que el pobre, que el negro, ante un grave peligro, ante la muerte, ante una gran necesidad, ante el terror, ante la calamidad, reconoce su igualdad, entonces nuestras diferencias están basadas, en la soberbia, en la avaricia, en las mezquindades, en las bajezas, en las envidias, en los egoísmos etc., en todo aquello que nos hace ser menos humanos.

Fernando Rodríguez.”

Para ser justo con mí noble y buen compañero de debate, suprimí ciertas referencias cristianas, ya que su posición es más religiosa que la mía y como sabrán, en nuestro esbozo filosófico, estamos tratando de separarnos, lo más posible de la religión, reconociendo, una vez más, la justa y necesaria existencia de esta, dentro de la nueva sociedad socialista.

Ahora, analicemos un poquito, lo que este ejemplo de vida nos deja y realmente, la parte que más me interesa, desde el punto de vista filosófico, es la última, a saber: “nos dice que el hombre se reconoce igual, que el pobre, que el negro, ante un grave peligro, ante la muerte, ante una gran necesidad, ante el terror, ante la calamidad, reconoce su igualdad, entonces nuestras diferencias están basadas, en la soberbia, en la avaricia, en las mezquindades, en las bajezas, en las envidias, en los egoísmos etc., en todo aquello que nos hace ser menos humanos”. Una vez más, podemos ver el enorme peso, que nos hace llevar a través de la vida, nuestra gran capacidad de raciocinio, como lo es, “la muerte”, tema este, harto tratado por nosotros en artículos anteriores.

Otro aspecto del párrafo anterior, muy interesante para el análisis es: ante una gran necesidad, ante el terror, ante la calamidad, reconoce su igualdad. Recordaran que estos grandes sentimientos, están ubicados en lo más profundo de nuestro ser, es decir, en nuestro subconsciente y es lo que conocemos como instintos y son, los que nos hacen ser, parte de esa gran familia que son los “Animales”.

Otro aspecto, igualmente muy interesante de analizar es: entonces nuestras diferencias están basadas, en la soberbia, en la avaricia, en las mezquindades, en las bajezas, en las envidias, en los egoísmos etc., en todo aquello que nos hace ser menos humanos. Justamente, lo que nos diferencia de las otras especies animales y nos pone en el pedestal máximo, es nuestro raciocinio, nuestra enorme capacidad de conciencia y es aquí, donde entran todos estos sentimientos, antes enumerados por nuestro camarada y a los que él califica, como de menos humanos. Lo cierto es que estos sentimientos no nos hacen, ni más, ni menos humanos, lo que nos hacen, es simplemente, humanos y es la capacidad del dominio de nuestra conciencia y el empeño que se ponga, en el dominio del subconsciente, donde podemos lograr elevar nuestros parámetros de vida y por ende, lograr tener sentimientos de bondad, caridad, apoyo, hermandad, y al final, es esto justamente, lo que tanto busco lograr en este intento de esbozo filosófico, que con un grupo de amigos, estoy empeñado en llevar adelante.


En el próximo artículo, veremos otro mail, que me envía un buen camarada, residenciado en París y el cual me ha parecido muy interesante.

pito0726@hotmail.com


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Alfredo Domínguez Fernández


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