La tragedia sempiterna que padece el pueblo de Palestina a manos de sus verdugos sionistas viene a incrementarse más con la decisión del gobierno de Egipto de construir una cerca de acero que les impida el acceso a los ciudadanos palestinos a alimentos y medicinas que no pueden obtener en su territorio, prácticamente encerrados por las fuerzas militares del estado de Israel, sin que haya una acción decidida y determinante de la comunidad internacional ante este hecho genocida, racista y fascista sin parangón en la historia humana.
Para nadie es un secreto que tras la impunidad y la prepotencia mostradas por el gobierno israelita, está el apoyo cómplice e incondicional de su socio imperialista, Estados Unidos, el cual -en su loco empeño por configurar un Medio Oriente mejor plegado a sus intereses geopolíticos y económicos- no ha hecho sino estimular el desalojo salvaje de quienes vienen ocupando estas tierras desde hace siglos, siendo violentados todos sus derechos humanos, incluyendo la de su autodeterminación, mediante constantes operativos militares que causan zozobra y muertes a los palestinos.
Ésta es una situación repudiable de la cual deben hacerse eco todos los pueblos del mundo en respaldo a Palestina, desestimando la campaña mediática orquestada por los diferentes medios de comunicación (incluido el cine) controlados por el capital israelita que presenta a los palestinos como furibundos terroristas que deben ser erradicados de la faz de la tierra, tergiversando así la realidad que allí se vive. Por ello, aunque tal realidad acontece muy lejos del territorio de nuestra América es preciso tomar conciencia plena de ello e insertarlo en una posición antiimperialista firme y solidaria, ya que el imperialismo gringo no ha desechado aplicar su política del caos constructor en cualquier región del planeta, ejecutando dispositivos militares para apuntalar su decadente hegemonía mundial, en especial sobre aquellas naciones cuyos gobiernos son catalogados de enemigos de la democracia y de los intereses capitalistas estadounidenses. No podríamos, por tanto, hacer de esta tragedia una tragedia “olvidada”, sin tratar de entender su origen y los intereses de todo tipo allí en juego.
En tal sentido, lo que estaría ocurriendo actualmente en territorio palestino encaja en la estrategia de posicionamiento desarrollada por el gobierno de Barack Obama en la estratégica región de Oriente Medio, sumada a la advertencia hecha respecto a que Yemen estaría siendo convertida en un centro de operaciones terroristas dirigido por Al Qaeda; todo lo cual, visto en conjunto, vendría a crear las condiciones de inestabilidad necesarias para una eventual guerra con la República Islámica de Irán, pretendiendo inutilizar su programa nuclear y anexarse sus ricos yacimientos de gas y petróleo, al igual que ya se hiciera con Irak, cosa que no escapa del ajedrez geopolítico que estaría dispuesto a jugar Washington en este nuevo siglo, imponiendo su visión e intereses, así se condene a la humanidad entera a una destrucción sin igual.-