El economista e historiador Eric Toussaint analiza la actual crisis económica

En la presentación de su libro “60 preguntas 60 respuestas sobre la deuda, el FMI y el banco mundial”,  el historiador y economista belga Eric Toussaint nos habla de la crisis que atraviesa Occidente. De una forma muy clara y un tono combativo, este Doctor en ciencias políticas de las universidades de Lieja (Bélgica) y Saint-Denis (Francia), y miembro del Consejo Internacional del Fórum Social Mundial, nos esclarece muchos de los puntos de una crisis que, todavía, cuesta entender y que sigue causando muchos estragos en España.

¿Nos puede presentar brevemente su última publicación?

Este libro es una explicación sistemática del problema de la deuda pública interna y externa de los países en vía de desarrollo (que son un poco más de 165 países). Describe como, a partir del año 1982, año en que explotó una crisis de la deuda y que marcó una “década perdida” para Latinoamérica, se aplicó una estrategia diseñada desde organismos como el banco mundial y el FMI para establecer un nuevo modelo neoliberal con grandes privatizaciones, apertura económica y transformaciones a varios niveles.

Se analiza también, aunque no sea el tema central del libro, la crisis actual y desvelo cómo la crisis alimentaria de los años 2007 y 2008 ha sido propiciada, en parte, por las políticas del FMI, del banco mundial y de las potencias más industrializadas.

Por fin, se aborda desde una perspectiva jurídica, económica y moral, el tema de la anulación de la deuda externa porque considero que es necesario anularla y también encontrar una solución radical a la deuda pública interna.

¿Qué representa el año 1982 en la situación actual económica?

El año 82 es el punto de encuentro en el calendario de 2 ofensivas: una ofensiva del capital contra el trabajo (a partir de la implementación de un modelo neoliberal como el de Margaret Thatcher o Ronald Reagan) para invertir una evolución que habíamos conocido en los últimos treinta años en la cual los asalariados aumentaron la parte que les corresponde en el ingreso nacional.

¿Cómo puede explicar que, pese a una reducción de la parte que corresponde a los asalariados (el salario real) desde el año 82 hasta 2007, el consumo en los países del Norte ha tenido un nivel de crecimiento alto?  

La explicación es que, durante todo ese tiempo, el consumo de las masas se ha sostenido gracias al endeudamiento privado. Los que permitieron esto son las empresas capitalistas del sector del crédito que otorgaron líneas de crédito más voluminosas. Lo hicieron a través de un montaje totalmente artificial de instrumentos de deuda e, inesperadamente, la cadena del endeudamiento privado en EEUU se rompió con el eslabón más débil que era el sector del crédito hipotecario en un segmento del mercado que era el “subprime” (es decir los sectores de la población los más frágiles que aceptaron endeudarse en condiciones extremas, con tasas de interés bajas los dos primeros años y pasando a 13% de interés anual los siguientes años). Este sistema de endeudamiento funcionaba mientras la burbuja inmobiliaria seguía creciendo (es decir el valor de la vivienda subía).

En EEUU era posible refinanciar su deuda cada 2 años basándose sobre el nuevo valor de la vivienda que había aumentado. Todo esto era sin contar con una sobreproducción de vivienda en el año 2006 y la caída en 2007 del valor de la vivienda que generó la crisis del “subprime”.

Para resumir, hemos asistido, con la crisis financiera de los años 2007-08, a una crisis de la deuda privada que se está transformando ahora en una crisis de la deuda pública del norte porque el gobierno de EEUU (pero también el gobierno británico, belga, francés, etc…), rescató la banca privada regalando dinero. Ahí es cuando la deuda privada se transformó en deuda pública. El sector público asumió el coste del rescate. 

¿En qué situación nos hallamos ahora?

Llegamos a un círculo vicioso en el cual para rescatar la banca privada se endeudan los Estados y financian ese endeudamiento pidiendo préstamos a la misma banca.

También es importante destacar que la explosión de la deuda pública obliga los gobiernos a disminuir el gasto público (reducir el gasto en las universidades, reducir las subvenciones a la salud pública, limitar las inversiones en infraestructuras públicas, congelar los salarios de los funcionarios). Por eso hemos vuelto a un discurso de ajuste estructural en los países del norte y sólo estamos empezando a enfrentarnos a la situación. 

¿Cómo se encuentra el sector inmobiliario?

Respecto a la crisis inmobiliaria, sabemos que, en España, el mercado inmobiliario del sector de la vivienda está todavía sobrevalorado en un 50%. En Inglaterra lo está en un 30% y en Irlanda en un 30%. Es decir que la crisis inmobiliaria no ha terminado. Quizás en EEUU haya tocado el fondo.

Por otro lado, empieza ahora la crisis inmobiliaria del sector comercial  con la quiebra en Dubai de un proyecto de edificios comerciales. Sabemos que la deuda contratada por el sector privado en el sector comercial es enorme y que esa crisis del sector comercial va a crecer con la crisis económica. Empresas de servicio van a tener que cerrar oficinas.  

Hemos asistido a planes de rescate esencialmente neoliberales en estos últimos tiempos pero, ¿cuál es la posición de la izquierda para resolver la crisis?  

No comparto la idea de que las propuestas ofrecidas por las izquierdas son demasiado radicales y que son rechazadas por ese motivo. El problema fundamental es que la mayoría de los pueblos del Norte afrontan una crisis de confianza en la política. Es una crisis de credibilidad de la izquierda, una crisis del proyecto de la izquierda, pero no porque es demasiado radical sino porque durante las campañas electorales la izquierda hace promesas de izquierda y, estando en el poder, implementa programas de derecha.

La Izquierda acaba ejecutando políticas sociales neoliberales y eso provoca una frustración y pérdida de confianza. Además, como la izquierda tradicional no ofrece unas críticas claras del sistema las confusiones se generalizan.

Estas confusiones se deben también a la influencia de los medios de comunicación dominantes. El objetivo de estos medios es crear confusiones, maquillar los datos, dar falsas explicaciones, y la izquierda (que antes daba explicaciones claras sobre la crisis) no las está dando (e incluso abandonó sus propios diarios). ¿Cuántos diarios de izquierda existen en Europa comparando con hace treinta años?

Para mí, el verdadero problema no es que las propuestas sean demasiado radicales. El problema real es la pérdida de credibilidad.

¿Qué deben hacer las izquierdas para fundar una nueva base sólida y estable?   

Tienen que producir un esfuerzo profundo de educación y formación sobre las raíces verdaderas de la crisis, sobre la naturaleza de este sistema capitalista y sobre un conjunto de propuestas. En esas propuestas cabe el tema de la renta básica, pero, más importante todavía, está el reparto del trabajo. Es, para mí, fundamental reducir el tiempo de trabajo para que todos los ciudadanos puedan jugar un papel activo en la vida cotidiana.

Por otra parte, es elemental luchar contra las medidas del rescate bancario que ha habido. También es necesario luchar contra las privatizaciones y defender los servicios públicos.

¿Cuáles son las especificidades de la crisis española?

En España no ha habido la misma crisis bancaria que en la mayoría de los países occidentales (como en Inglaterra, EEUU, Bélgica) adonde el rescate ha sido masivo. Quizás se produzca en un futuro cercano cuando veamos que el BBVA o el banco Santander, que hasta ahora no parecían tan afectados, puedan estarlo también.

A largo plazo, ¿el decrecimiento puede ser una solución sostenible a la crisis capitalista?

Sin duda. En el Norte, hay que romper con el modelo productivista y consumista, reducir las inversiones en transportes individuales y favorecer medios de transporte colectivos, y disminuir el despilfarro. En el Sur, se necesita crecimiento para garantizar acceso al agua potable, garantizar infraestructuras para el saneamiento de aguas usadas, para la salud y la educación.

Mi respuesta es que necesitamos apoyar la vía del decrecimiento en el Norte y, en el sur, apoyar un crecimiento respetuoso del medio ambiente (un crecimiento que no esté basado en reproducir el modelo del norte).

¿Se está acabando el sistema capitalista?

El sistema capitalista atraviesa una crisis muy grave. En el pasado este mismo sistema ya pasó por crisis muy severas y es importante entender que, si no hay una salida anticapitalista a esta crisis, habrá una salida capitalista.

La salida capitalista a la crisis se basa solamente en aumentar la presión sobre el trabajo y pasar la factura a los asalariados. Ha sido siempre la misma solución. Incluso puede haber una salida capitalista neokeynesiana.

Lo que llama la atención es que en el 2008 la crisis era tan profunda que los gobiernos de derecha y los ideólogos del capitalismo atravesaron una crisis de confianza. Temieron una salida anticapitalista porque veían que lo que se avecinaba era una auténtica crisis del capitalismo. Ellos lo saben, lo niegan en las grandes entrevistas de televisión, pero, leyendo el Financial Times o The Economist, uno puedo decir que no se equivocaban. Se imaginaron que, desde las bases de la izquierda, surgiría una denuncia del capitalismo, pero no ocurrió. La izquierda tradicional acompañó el rescate de la banca.   

Sarkozy, que llegó a hablar de refundar el capitalismo en algunas entrevistas, no ha vuelto a hablar del tema porque no encontró una denuncia suficientemente fuerte para refundarlo. ¿Por qué refundar algo que la gente puede seguir aguantando?

¿Se puede comparar esta crisis con la crisis del 29?

No se debe comparar esta crisis con la del 29, sin embargo, siempre se pueden destacar algunos patrones para reflexionar.

La crisis de Wall Street en 1929 era, al igual que la que atravesamos ahora, una crisis del capitalismo y las protestas masivas empezaron a partir del año 1933-34. Roosevelt fue elegido en el año 33 y su plan anti-crisis fue aprobado porque no se había encontrado ninguna solución. Roosevelt aplicó una política fuerte, una política keynesiana, es decir con derecho de sindicalización, derecho a seguro social, derecho de huelga, plan de creación de empleo, control de la banca. Se establecieron medidas fuertes de control de precio.

Parece que estemos en una situación similar al año 32. ¿Qué va a pasar en 2011-2012? No lo sé. Lo seguro es que, de momento, no ha habido reacciones sociales de gran magnitud. Sólo pueden destacarse manifestaciones importantes en Francia y en Alemania en 2009, pero las direcciones sindicales respectivas se limitaron a jornadas de protestas callejeras.


johari_gautier@hotmail.com



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