Los medios alternativos

Cuando empezaron a irrumpir en la vida social los que se denominaban medios alternativos, que, paralelamente a los medios tradicionales impresos, recogían las ideas a todas luces expansivas de sus colaboradores en forma de aportación de escritos, unos, y de lectores que hacían comentarios, otros, yo me incorporé muy pronto a esa tarea de contribuir con lo que entonces eran ideas inéditas en el plano público en medios de esa clase, alguno de los cuales aún perduran...

Recuerdo Indymedia, por ejemplo, de publicación libre supervisada por uno o varios administradores de la web, en la que empecé a publicar. Pero labarahúnda de malos entendidos de una población española estragada por el franquismo y desbocada por la libertad de expresión sin miramientos ni matices, me aconsejaron abandonar aquella web. No mucho más tarde, el administrador de Kaosenlared.net, profesor de Historia, de un Instituto de Manresa, se dirigió a mí solicitándome mi colaboración que, encantado, acepté pues, además, tenía la opción de la autoedición. Publicaba mis escritos y podía modificarlos, corregirlos, etc; posibilidad ésta que me complacía sobremanera por mi propensión a corregir, aunque sea ligeramente, mis escritos. Pasaron los años y el administrador principal, el que me solicitó mi colaboración, empezó a delegar tan fatigoso trabajo en personas del continente latinoamericano tiempo recién llegadas o casi, hasta prácticamente desaparecer él como protagonista principal. Quien se había hecho cargo de la supervisión, significativamente sensibilizada por el asunto migratorio que empezaba a presionar en la sociedad tanto favorablemente para una parte de la sociedad como negativamente para otra, vio en un par de artículos míos un ataque al "derecho de circulación" ligado al fenómeno migratorio, siendo así que mi esfuerzo por ser ecléctico y neutral ha sido y es siempre en lo posible considerable. El incidente fue la "advertencia" de la nueva administradora. Advertencia que dio al traste con mi colaboración. Rompí automáticamente con tan interesante página, sin esperar a una nueva advertencia que, como en la mafia me sonó a amenaza.

No mucho después empecé a enviar escritos a Rebelion.org, Redescristianas.net y Aporrea.org de Venezuela. Y más adelante, el administrador de DiariodelAire.com solicitó mi colaboración, no sin antes hacerme pasar por una "prueba" consistente en un raro test subliminalmente ideológico que en aquellos momentos no di importancia pero luego sí porque pensé que hubiera debido rechazarlo. Pues, con sus más y sus menos, después de varios años en esta última web, el administrador estuvo "jugando" a redactor jefe de un periódico. Él, sin mediar acuerdo alguno, se encargaba de cambiar el titular como le parecía apropiado, que yo, a veces trabajosamente, había elegido. Nunca le dije nada por tener la fiesta en paz, pero lo cierto es que no me gustaba nada su proceder. Hasta que uno estaba de tal modo alejado de mi intención y espíritu, no de la letra sino del contenido, que dejé, previa queja, de seguir enviándole mis escritos a su blog (pues ésta, la de blog, es su modalidad). También hace años me publicaba la universidad de México escritos en su Sección de Sociología. Dejé de enviárselos porque llegó un momento en que redujo considerablemente el espacio de publicación y su amputación me hizo asimismo de desistir de seguir colaborando. Y, por fin, a principios del año en curso, empecé a enviar escritos a IniciativaDebate.net. Era una página moribunda que, por lo que vi se reactivó gracias a mis escritos y a los de un tal Domingo Sanz. Pues, por lo que algún comentarista recordó, tuvo antes mucha actividad pero dejó de tenerla. Quizá, entre otros motivos, por lo que me ocurrió a mí: en lugar de no publicar uno de mis escritos -ya en marzo, con la pandemia por medio- no se le ocurrió otra cosa que publicarlo y, como si fuese un comentarista más, el administrador tildó mis reflexiones poco o menos que propias de gente obtusa o algo así. Por supuesto también la abandoné...

El caso es que -esto es lo que me ha movido a hacer este historial- no ya los medios oficialistas, sino también estos medios alternativos de que he hablado y otros, que se suponen ocupan el inveterado espacio del "contrapoder", no sólo no me publican nada, tampoco lo de otros autores, que comprometa el nulo prestigio de la OMS (en manos privadas en un 80 por ciento), al poder político, al poder médico y al poder farmacéutico del mundo.

Hasta aquí mi árido historial relativo a mis colaboraciones en "medios alternativos".

Es difícil de librarse del prurito o la vanidad de ver pubicados nuestros escritos y con ellas nuestras ideas. Pero no es mi caso. Mi necesidad, más que afición, de escribir, es tan potente que me ha importado muy poco que mis escritos fuesen o no publicados. Sobre todo después de haber editado dos libros en los años 1984 y 1986 ("Un Código para no ser infeliz" y "Manifiesto por un nuevo orden moral") y haber quedado harto de los problemas con la editorial. Por consiguiente, ni me importa ver estampadas mis ideas en papel ni en el soporte digital, ni vendo libros ni, sobre todo, "vendo" o promociono ideas. Escribo, como tantos y tantas en el mundo, con la idea nuclear que está tras todo Diario íntimo, y con eso me basta y sobra. No valoro nada de lo dicho por el número de adhesiones o repulsas o críticas, y a menudo digo que al contrario: desconfío del valor de lo escrito de manera inversamente proporcional al número de los aplausos y elogios...

Por último. El objeto de esta extensa exposición autobiográfica relativa a mi actividad como testigo de mi vida y de la vida social en materia de divulgación y de libertad de expresión, mucho más que de la deplorable materia de la vida política en este país, abordada de una manera tan profusa que a mí prácticamente ha dejado de interesarme pues ya hay muchos que discurren, era y es,

1. dar fe que, desde que la epidemia de una variante de gripe, natural o artificialmente inoculada por todo el planeta, ha hecho acto de presencia en España, no va a dar tregua y no van a permitir sus "lanzadores" una vuelta a la normalidad jamás.

2. que desde que esto sucede, marzo de 2020, la quiebra económica del sistema político, el empobrecimiento galopante de la población, la gravísima amenaza del cambio climático y el hecho de que el avatar del puto virus ha fracturado la sociedad española, por si no estuviese suficientemente rota política y socialmente, de una manera que, a todas luces parece irreversible... menos que llegue la iluminación a la clase política, a la clase judicial y a la clase económica.

3. que, desde que escribo en torno a las cuantiosas sospechas en torno a esta maldita situación de una salud pública quebrantada que cubre con un manto de misterio lo que a muchos nos parece "una realidad prefabricada" por la imposibilidad de que la clase política haga frente al poder financiero, médico y farmacéutico, resulta muy sintomático que acrecienta la sospecha, que "medios alternativos" quevme han publicado casi todo a lo largo de 20 años, no sólo no me publiquen a mí nada de lo que envío (y tampoco algún otro escrito aséptico enviado como test hace un par de días, lo que sugiere la idea de que estoy vetado) sino que tampoco publican sobre ello lo que a buen seguro envían otros colaboradores, ocasionales o no. El que sigue publicando con absoluta libertad es el venezolano Aporrea.org. El otro medio que no pone puertas al campo, censurado, que publica todas las disidencias epidemiológicas, biológicas, sociológicas, etc del mundo es MOVIMIENTO POLÍTICO DE RESISTENCIA (MPR21), https://mpr21.info



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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