Una cuña inolvidable, (algunas deben existir) es la de aquella muchacha que con la mirada entre tierna y divertida decía:”Carolina…..Carolina….cómetelo todo que te hace bien….tiene hierro y vitamina”. La chica sentada delante de un plato de cereales, a buen seguro evocaba los consejos de la madre.
Como a buen seguro evocaba el camarada Kotepa Delgado algún viejo consejo recibido en la juventud o la niñez cuando escogió “Escribe que algo queda….” como el título fijo de su columna en el diario El Nacional, el de los tiempos todavía de Miguel Otero Silva. Aquel Nacional con el que se formaron varias generaciones de las clases medias de Venezuela. Aquel al que en su momento quebró la oligarquía por su solidaridad con Cuba revolucionaria.
Fundador del Partido Comunista de Venezuela y La Noticia, el periódico que sube cerro y que después “le compró” Miguel Ángel Capriles, Kotepa Delgado mantuvo su condición de comunista y revolucionario hasta el último suspiro. Y hasta ese último momento su columna fue una trinchera de pensamiento socialista., clarificante, orientadora.
Y algo quedó. Puesto que nos estamos acordando de él. Algo y mucho quedó de aquella generación de camaradas que dedicaron la vida y hasta la entregaron por la liberación nacional y el socialismo a lo largo del siglo XX.
Seguramente Kotepa no podría estar escribiendo hoy en día en aquel periódico pasado con armas y bagajes al servicio del enemigo. Seguramente no querría. Pero el viejo consejo se ha extendido entre la gente, entre las comunidades, entre los activistas revolucionarios.
Estamos escribiendo como nunca. ¿Cuándo en la vida se producía una cantidad de artículos como los que a diario se publican en APORREA? A mí me los han publicado casi todos. ¿O en toda esa cantidad de páginas y portales del pensamiento progresista y revolucionario?
Lo que a veces da hasta miedo es que se ha creado una especie de centrífuga, como un inmenso remolino que recuerda el viejo refrán de que a las palabras se las lleva el viento. Mucha la gente que escribe y mucha más la que los lee, ¿pero de qué forma tantas palabras se convierten en hechos concretos? ¿Cuáles son las instancias de procesamiento? ¿De confrontación?
A veces experimentamos la vertiginosa sensación de estar sumidos en una barahúnda de palabras sin conexión verdadera con la realidad. Algo así como la construcción de una torre de Babel en la que con los mismos objetivos y los mismos idiomas subimos mucho, pero no nos estamos comprendiendo. Denuncias, reclamos y propuestas que sencillamente se los lleva el viento.
La resistencia revolucionaria está generando formas irregulares de lucha en el área comunicacional que buscan dar respuesta a las necesidades del movimiento popular, para la consolidación y construcción socialista .Son los medios alternativos que estamos aprendiendo a emplear como destacamentos de combate. Pero nuestras mayores carencias son a nivel de los medios impresos. Algún día más temprano que tarde podremos seguir la idea de Kotepa y ojalá que algo quede.
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