Hay asuntos que saltan a la vista, pero, inexplicable, no todos nos damos cuenta de muchas cosas que están a nuestro alrededor. La idea de estas líneas es referirnos al programa matutino de VTV que hace Pedro Márquez, afortunadamente una buena imagen no agresiva ni generadora de angustias tan temprano en la mañana.
El detalle es que, en VTV, deberían pensar en un programa de tres horas cada mañana, de modo que le permitan a las personas expresar lo que saben, el conocimiento que tienen de algunos temas y no seguir cayendo en el asunto ese de que se nos acabo el tiempo y le doy 30 segundos para que emita una opinión final.
Es un gran irrespeto hacer madrugar a las personas en la mañana, para interrumpirlas con presuntos avances, pases al reportero que está en tal parte y así sucesivamente. Por eso, preferible es diseñar un buen programa en las mañanas, que tenga una mayor duración, que permita las entrevistas de dos o tres personas y con algunas variantes con las informaciones del día, algún artista, un tópico cultural, un grupo musical, una información educativa, etc., y no ocurra como sucedió en la entrevista que le hacían a María Alejandra Díaz, que tenía mucho que decir sobre las narconovelas y algo más y, cortan a la abogada.
Pero no solamente pasa eso. Todavía esa estación de televisión no ha logrado, pasado once años y además de un golpe de Estado, salirse del esquema que manejan los canales privados; en vez de ir a comerciales, van a unos mensajes, lo que ocurre siempre en el mas rancio modelo de cada tantos minutos. ¿Hay variación? ¡No!
Luego también se cae en el mismo estilo cuando hay un intermedio o concluye el programa que están transmitiendo, suben el volumen como para estrujarle la promoción a la gente, en la creencia de que, mientras más alto, la gente lo cree más. Tremendo error, porque sucede lo mismo que a los escuálidos, que mientras más mienten, las personas no les creen.
La gente se molesta cuando mantiene un programa a un nivel normal de volumen y, de repente, viene una estridencia con una promoción, que hasta cualquiera agarra una calentera e ignora el anuncio del que se trate.
En tales vicios también cae la televisora del sur y eso nos lleva a preocupación, porque la gente está viendo que hay un proceso revolucionario en desarrollo y no comprende como dos de sus principales canales de televisión, siguen el modelaje impuesto por los canales privados. El problema también invade a ciertas emisoras de radio. Tienen un problema serio, no saben cómo resolver el problema del tiempo. Esto los desequilibra, lo cual no parece ser correcto, con tantos profesionales con buenas ideas que hay por ahí.
