Teodoro Petkoff, un gran ejemplo

Me contó mi padre y camarada, que en un evento nacional del Partido Comunista de Venezuela poco antes de asumir la vía armada para la toma del poder  alguien que apoyaba esta política, se expresaba más o menos de esta manera;

“Cuando Zuloaga pasa en su carro y ve que un joven comunista le vende una Tribuna Popular y dice en el titular; BALAS SI, VOTO NO, expresa  Zuloaga, que  comunistas tan criminales, pero si en Tribuna Popular se lee BALAS NO, VOTO SI, entonces dice; qué comunistas tan sensatos estos comunistas venezolanos… y aquí tenemos que decirnos como decía el viejo Babel; que estarás diciendo viejo imbécil para que la canalla te aplauda”

Ese entusiasta radical, come candela, defensor para ese entonces de la toma violenta del poder, no era otro que Teodoro Petkoff; ahora bien, esto no lo saco a colación para demostrar una vez más, quién es Teodoro; ya sabemos que es un hombre de la tercera edad y la canalla lo aplaude, ni tampoco para exclamar; “me da lástima a lo que ha  llegado Teodoro”, porque tampoco me da lástima, él tiene exactamente lo que busco.

Digo todo esto para que los jóvenes cuadros políticos comprometidos con la transformación vean en la vida de Teodoro el ejemplo de lo que no debemos ser,  todo empieza cuando nuestra aspiración personal prevalece al interés del colectivo revolucionario   aunque ese colectivo represente un micro espació, cuando nuestro ego  supera la razón estratégica   y  esa inclinación  a manipular, a torcer la voluntad  de la organización se  transforma en costumbre hasta convertirse en patológica, allí es cuando  emprendemos el viaje    miserable a través del tobogán de la involución.

Entonces hacemos del análisis científico social coherente con los principios revolucionarios  no  más que un barniz, un discurso sin alma, con brillo de bisutería y la fidelidad con los mismos dependerá de las posibilidades individuales de obtención de prebendas, de acomodos, de cuadres.

Ahora es fácil comprender porque Teodoro era un ardiente defensor en esa época de la lucha armada; tal vez porque en ella veía sus posibilidades egoístas de ascender al poder y  entenderemos porque posteriormente derrotada la izquierda, modera su concepción cuestionando los  fundamentos marxistas y asumiendo prácticas conciliadoras  con las clases dominantes; sencillamente si alguna vez hubo un revolucionario en Petkoff  se lo trago la maltita aspiración política personal, olvidando que la única aspiración política de un revolucionario es hacer la revolución, y sino, veamos el digno ejemplo de Fidel, y nos daremos cuenta que nunca se propuso ni actuó con la intención individual de ser el comandante de la revolución cubana, porque en él estaba claro el sagrado interés del colectivo y de la patria.

Teodoro es un espejo prospectivo para unos cuantos hombres y mujeres que arriesgan su palabra  involucrados en este proceso,  pero comprometidos con sus apetencias particulares; contradicción que irremediablemente los llevara al deslinde, no sin antes pasar por la etapa de la justificación o el “tú sabes”;  ¡tú sabes que ahora soy diputado, soy una figura pública y necesito recurso para la movilización, tu sabes cómo es la vaina! ; “tú sabes que ahora soy alcalde, coño y no puedo andar porai pelando bola!  ¡ tú sabes que esas comisiones ,no son pa mi, son para la movilización, pa el proceso!; y en la medida que concentran  recursos y estatus como lógica natural van a defender sus intereses y eso gradualmente provoca cuestionamiento con  posturas ideológicas a las políticas revolucionarias, hasta llegar  al declive más pronunciado del tobogán y  allí sin ningún rubor se deslizaran hasta la fosa y a la infructuosa sobrevivencia moral, nadando en la negación de lo que fueron.

Ver a Teodoro en Globovisión vomitando calificativos, groserías y toda clase de improperios contra el Comandante  tiene tres razones:

Una; es el resentimiento, es el odio por lo que él no pudo ser siguiendo un punto, dos puntos, tres puntos en línea recta o sea ser vertical en  la vida, él tuvo que zigzaguear, traicionar los principios por el necio deseo de figurar.

Dos; Teodoro tácitamente reconoce el liderazgo del Hugo Rafael Chávez Frías por eso lo provoca para ver si el Comandante le responde y  poder ser noticia, “Ay Teodoro, águila no casa tránsfugas.”

Tres;  Teodoro tiene que demostrarle lisonjeramente a los directivos de Globovisión que es el actor más aguerrido, más ofensivo, más grosero, más vulgar  porque él sabe que esa es la línea de un canal cuya misión es enfermar y disociar. Hasta allí llega el despojo de un enfermo de poder, hasta allí llega el indigente de integridad.

Y eso es así  en todo los tránsfugas, desde Páez hasta nuestros días podemos ver seres con grandes muestras de arrojo  autosepultados por montañas de traiciones.

La talanquera no la brincamos, la traición no la cometemos en el momento que nos ponemos en la acera opuesta, brincamos y traicionamos en el justo momento que empezamos a ser  infiel a la ética revolucionaria. 

PATRIA SOCIALISTA O MUERTE

Josehog13@gmail.com



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José Ovalles


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