Dijimos en el foro que se efectuó en la Feria Internacional del Libro de Venezuela sobre periodismo en revolución visto desde la experiencia y visión de quienes tuvimos la oportunidad de trabajar en el semanario cultural TodosAdentro, que la revolución no es un asunto fácil, que es bastante complicado, y que en materia e comunicación e información comprometidas con la revolución, todavía no hemos podido quitarnos los vicios de las últimas cuatro décadas.
Así de cierto es y, pese a eso, seguimos enfrentando con éxito la guerra de información imperial.
Pero ese no es el tema de fondo de este artículo.
Conversamos, porque más que un foro fue un conversatorio engrapado por el tiempo, sobre los medos impresos de la revolución. Dije que el diario CiudadCCS tenía resuelto su nicho, como es la red ferroviaria, mientras ella crezca se extienda, así lo hará el diario que dirige Ernesto Villegas.
Sencillito.
Corresponde hacer crecer al Correo del Orinoco y crecerán con él TodosAdentro y todas las otras publicaciones que ha comenzado a encartar. Además, ambos deben crecer en número de páginas.
Manifestamos que la cara de la revolución es el Correo de Orinoco y debería estar en todos los rincones de Venezuela y, lo más pronto posible, debe estar en todo el continente sureño, además de Centroamérica y de Caribe y con sus versiones en español, inglés y portugués.
Realidad indiscutible.
Pero el gran pelón es que no nos damos cuenta que tenemos que utilizar un bien aceitado mecanismo de distribución, es decir, una empresa del Estado, con gente del área, que lleve las publicaciones de la revolución a todos lados.
Se nos olvida que las noventa y tantas oficinas de Agropatria pueden vender el Coreo del Orinoco, lo mismo los Mercales y Pdvales, las oficinas nacionales del Instituto Postal Telegráfico y más, porque muchas de las instituciones del Estado pueden servir de espacios de venta para las publicaciones de la revolución.
No se puede seguir con ese inmenso pelón de darle las publicaciones a un “distribuidor”, a quienes las empresas privadas que hacen negocio en e periodismo les presionan obligándoles a montar sus publicaciones encima del Correo de Orinoco o decirles, “si vendes ese diario no te doy mis revistas”, porque eso funciona de esa manera.
Ahora no es como antes que direccionaban los camiones de reparto y tumbaban los quioscos; las cosas ahora son más sutiles, pero siguen funcionando.
Finalmente, decimos que las publicaciones deben tener un precio y que las demás instituciones oficiales deben estar obligadas a colocar sus avisos en los diarios de la revolución, con tarifas por debajo del costo de la publicidad en los diarios privados.
Eso lo debe entender el Comandante Chávez, porque quienes saben hacer un periódico no pueden trabajar gratis, y el papel y la tinta tienen un costo y las guardias permiten que la gente pueda sumar algo más a su ingreso mensual, porque todo lo que se necesita para vivir armoniosamente tiene un costo igual para todo el mundo.
La solidaridad es una cosa y los que han trabajado y trabajan en el periodismo saben ser solidarios y luchadores, porque lo han hecho por décadas.
Lee el siguiente blog: wwwpertinentes.blogspot.com (Premio Aníbal Nazoa/2010) Mención Opinión)