Los medios lanzan su basura mediática con dos objetivos muy preciso: atacar al Gobierno y mantener a la población distraída con su basura y en consecuencia alejarlos de los temas y problemas importantes.
El recurso utilizado por los medios es muy sencillo, pero bien estudiado: bombardean permanentemente a la población con “señuelos” mediáticos, que van desde las noticias sobre hechos reales o relevantes (usualmente tragedias) hasta informaciones superfluas, que toquen las fibras emocionales, y sirvan de excusa para entablar conversaciones colectivas y así evitan que el pueblo se interese por situaciones esenciales para la vida.
Las empresas de comunicación crean matrices de opinión, que la revolución identifica y desmonta con relativa facilidad, pero hay un conjunto de actuaciones que pasan desapercibidas por quienes seguimos la actuación de los medios contrarrevolucionarios.
Me refiero a las opiniones y comentarios de periodistas de radio y televisión que son verdaderos sicarios de la información (periosicarios). Periodistas que responden al gran capital y a los intereses del gobierno de los EEUU y que disparan sus mentiras y manipulaciones contra el Gobierno y sus funcionarios; muy alejados de la ética y honestidad que debe prevalecer en la crítica y control que debe hacérsele a una gestión pública.
Los “periosicarios” cuando están entrevistando a funcionarios del Gobierno del Presidente Chávez recurren a los comentarios “inocentes”, “chistes” mal intencionados, hacen afirmaciones sin pruebas o recurren a “según dicen”, “me contaron”, sin permitir muchas veces que el funcionario pueda responder. Por ejemplo: hay que ver el final de la entrevista realizada en Televen a Wilmer Flores Trosel, director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), sería un buen material para la Hojilla.
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