En los primeros días de mayo del presente año fue consignado ante la Comisión Permanente del Poder Popular y de Medios de Comunicación de la Asamblea Nacional un Papel de Trabajo contentivo de una propuesta para la elaboración del Anteproyecto de Ley de la Comunicación Popular Alternativa y Comunitaria de la República Bolivariana de Venezuela.
Esta feliz iniciativa fue impulsada por un conjunto de compañeros de distintas regiones del país que desde hace algún tiempo han venido acariciando un anhelo que le es común, desde hace unos cuantos años, a los comunicadores populares venezolanos y que, ahora, dada la circunstancia de la presencia de la comunicadora popular Blanca Eeckhout, como diputada ante el parlamento e integrante de la mencionada Comisión, hace posible la incorporación de dicha propuesta a la agenda de la honorable Asamblea nacional.
La comunicación popular, alternativa y comunitaria, de vieja data en nuestro país, se ha constituido en los últimos años, con el período bolivariano, en un fenómeno social que se ha extendido a lo largo y ancho del territorio nacional, creando una nueva realidad socio-comunicacional en la Venezuela contemporánea que requiere ser expresada en una Ley reguladora de una actividad en la que participan-quién lo duda- miles de venezolanos que hemos asumido en cualquiera de sus vertientes ( impresa, radial, televisiva, internet, muralística, etc) el quehacer comunicacional con un sentido estratégico y contrahegemónico en defensa de la Patria y de la sociedad venezolana, amenazadas y atenazadas permanentemente por el imperialismo mediático estadounidense ( sus agencias transnacionales, su industria cultural y sus llamados “tanques de pensamiento”) y sus lacayos mediáticos privados locales.
Por ello, tiene una singular importancia esta iniciativa de carácter legislativo pues de lo que se trata es reivindicar un esfuerzo y una labor colectiva de miles de compatriotas, que, tal vez , sin la formación académica impartida en los centros universitarios pero con la pasión y el compromiso militante de desarrollar “otra comunicación”, una comunicación alternativa, se han involucrado e integrado cabalmente a una actividad que consideramos de vital importancia para la defensa y profundización del proceso de transformación revolucionaria que se viene adelantando en la Venezuela bolivariana.
El propósito que anima a los compatriotas impulsores de esta propuesta de Ley, es que la conversión de la misma en Anteproyecto, y, luego, en Ley, sea el resultado de una amplia consulta nacional que implique la participación activa de los comunicadores populares de todas las regiones del país y de otros sectores organizados del pueblo; más aún si como se pretende es que esta Ley tenga la significación de ser el instrumento legal con el cual se dote al Poder Popular de potencial y de capacidad expresiva, es decir, se le otorgue vocería real y concreta al movimiento popular venezolano y desde esta perspectiva pasaría a ser, ni más ni menos, otra de las Nuevas Leyes del Poder Popular.
En este sentido, es conveniente señalar que para los comunicadores populares afiliados al Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC), si bien consideramos como altamente positiva la iniciativa consignada ante la Asamblea Nacional, no por ello dejamos de apuntar que el Papel de Trabajo contentivo de la propuesta iniciática está sujeto a observaciones y críticas constructivas destinadas, por supuesto, a su cualificación. Con esta finalidad es que se propicia, precisamente, el debate en ciernes y al que de alguna forma comenzamos a incorporamos con los elementos propositivos que a continuación pasamos a exponer:
El Papel de Trabajo está estructurado en dos partes, una, primera, que es la Exposición de Motivos que adiciona tres(3) considerandos y otra, que es la Propuesta de Anteproyecto de Ley Medios Comunitarios Alternativos y la Comunicación Popular, propiamente, integrada por VI Títulos más el de las Disposiciones Finales, Transitorias y Derogatorias. No es nuestra intención, en esta oportunidad, entrar en el análisis detenido de las partes que comprende la Propuesta consignada ante la Comisión Parlamentaria, sino apuntar algunos elementos que catalogamos de primera importancia para la discusión que se nos plantea en las próximas semanas a los comunicadores populares del país; debate que aspiramos, no está demás decirlo, esté signado por el mayor espíritu democrático, transparente, pluralista y participativo, como corresponde a quienes nos identificamos con el proyecto transformador de la realidad social venezolana, particularmente en el ámbito comunicacional, tan dado, por quienes lo adversan en nuestro país, a la manipulación, al cercenamiento de las ideas y a la parodia discursiva para evitar la profundización del debate; entre revolucionarios, entendemos, la discusión es y debe tener un carácter abierto y esclarecedor.
En cuanto al nombre propuesto
Muchas veces ocurre que el nombre con que se designa al objeto, sin que pretendamos entrar en honduras semiológicas, implica una intencionalidad que no se expresa de manera manifiesta en la exposición del texto pero que traduce, implícitamente, una concepción oculta sobre el tema en cuestión; en el caso que nos ocupa resulta ser que el nombre propuesto para la Ley Medios Comunitarios y Alternativos y la Comunicación Popular pone el acento en los medios que no en los comunicadores, es decir, en el objeto y no en el sujeto, no en los hacedores de la comunicación popular, en los constructores junto al pueblo de la comunicación popular; muy bien, en ese nombre propuesto podría estar presente el axioma que reza que el mensaje es el medio, dejando a un lado un principio tan caro a la comunicación popular como es el de la importancia y significación del contenido del mensaje por encima del envoltorio o medio que lo reviste o difunde; para la comunicación burguesa, que efectivamente la hay, que duda cabe, lo importante es el medio y todo el efectismo y lo apariencial que lleva implícito, es lo que vende; para la comunicación popular, a nuestro juicio, lo fundamental es el mensaje sin que se desconozca la importancia de la forma( el medio) como se presenta; de allí que entendemos que, incluso, la propuesta del nombre del instrumento jurídico bien vale la pena incorporarlo a la discusión.
Se relieva el enfoque comunitario en detrimento de lo alternativo
Por supuesto que compartimos el concepto de lo comunitario para definir el carácter y la trascendencia del tipo de comunicación que debemos impulsar los comunicadores populares de nuestro país, en la presente coyuntura; pero, en ningún caso ello debe ir en detrimento de la acepción alternativa, más bien, por el contrario, es en lo alternativo donde hay que colocar el acento si queremos ser coherentes con nuestro proceso histórico, en el que es ostensible el carácter fundamentalmente alternativo , subversivo que tuvieron las primeras manifestaciones comunicacionales del esfuerzo patrio por la construcción republicana venezolana( los periódicos El Colombiano, editado por Miranda y El correo de El Orinoco, fundado por Bolívar). Y si observamos más acá, en la historia contemporánea y en especial en este período bolivariano, la significancia alternativa ha estado presente, de manera muy marcada, en la lucha comunicacional del pueblo venezolano en contra del subyugamiento mediático al que ha pretendido someternos el imperialismo estadounidense; en la historia venezolana, tanto como ayer, en la lucha contra el colonialismo y como hoy , en la lucha antiimperialista, se hace imperativo el enfoque comunicacional alternativo liberador frente al propósito hegemónico imperial; sin desconocer, por supuesto, la implicancia de lo comunitario en la gesta emancipadora del bravo pueblo venezolano. Ambos enfoques deben estar, marcadamente, reflejados, en el contenido de una Ley tan importante para el esfuerzo constructivo de la nueva sociedad venezolana.
Sobre la insistencia de integrarnos como parte del Sistema Nacional de Medios Públicos
En uno de los Considerandos de la Exposición de Motivos se insiste en asumir a los Medios Alternativos y Comunitarios como formando parte integrante, particularmente a las vertientes radiofónicas y televisivas, del Sistema Nacional de Medios Públicos; limitante vinculación que induce a la gravísima consecuencia de que el movimiento de comunicadores populares esté adscrito al Estado, es decir, ni más ni menos, se postula el cercenamiento y el desconocimiento de la autonomía de la que debe estar investido el movimiento social de la comunicación popular , brazo comunicacional del movimiento popular venezolano. Tal planteamiento, responde a una visión burocrática y estatalista del proceso revolucionario y, además, es contradictorio con lo señalado en la propia Exposición de Motivos cuando se expresa acerca de la autonomía funcional, política y orgánica que debe tener cada colectivo de comunicación popular como garante del pluralismo, la unidad diversa y la libertad responsable del ejercicio del derecho a la comunicación por parte del pueblo; darle curso al planteamiento estatalista sería hacerle una grosera concesión a la burocracia comunicacional cuya gestión, por decir lo menos, ha sido poco relevante y más bien obstruccionista para el desarrollo de la comunicación popular alternativa y comunitaria venezolana. Por supuesto que compartimos, asumimos e impulsamos la necesaria relación armoniosa y respetuosa que debe existir entre el Estado- gobierno y el movimiento social de la comunicación popular, que aunque no exenta de contradicciones, he allí la diversidad, tiene que asumirse como una relación de aliados estratégicos para la defensa de la Patria y profundización de la revolución bolivariana.
Poca presencia de la vertiente impresa
Es claramente notoria la poca presencia de la vertiente impresa en el texto presentado ante la Comisión Parlamentaria, bien sea por omisión o por una concepción que parte del criterio de que los impresos tienen poco que aportar en esta época de expansión de la tecnología audiovisual; lo cierto es que esta ausencia hay que subsanarla , pues la vertiente impresa es parte indeclinable de la comunicación popular de nuestro país y es mucho, todavía, lo que puede proporcionar en la lucha comunicacional emancipadora que, por supuesto, requiere de la concurrencia de los más amplios y múltiples actores comunicacionales, en este gran esfuerzo colectivo nacional por la afirmación del proyecto transformador bolivariano.
En cuanto a la sustentabilidad y autonomía de la comunicación popular
Evidentemente que este es uno de los aspectos más controversiales no tanto del texto considerado sino de la propia dinámica de los colectivos y de los medios de la comunicación popular; si no se dispone de sustentabilidad se pone en riesgo la permanencia del esfuerzo comunicacional, por ello el abordaje de este punto tiene una importancia vital. El MoMAC sobre este aspecto hace la siguiente formulación:
La burguesía que tiene una clara conciencia de clase hace gala de la misma para garantizar la perdurabilidad de los medios que les son afines, tan es así que desconocemos de algún medio que le sea afecto y que haya tenido que cesar en sus actividades debido a dificultades relacionadas con la sostenibilidad; todos esos medios, a lo largo y ancho del país, han conseguido apoyo suficiente para mantenerse y desarrollar, en consecuencia, su práctica mediática contrarrevolucionaria las más de las veces de manera abierta y hasta retadora. Muchos han contado con el apoyo publicitario de instancias del propio gobierno, he allí una incongruencia, y todos han tenido el sostén asiduo y constante de empresarios grandes, medianos e incluso pequeños, impelidos todos a una solidaridad de clase no sólo de interés pecuniaria, en aras de favorecer sus ventas, sino ideológica en función de la defensa del sistema capitalista, al considerarlo en supuesto o real peligro ante la acción del gobierno bolivariano. Además, claro está, del apoyo que, los llamados grandes medios y algunos no tan grandes, reciben del financiamiento exterior, a través de las tantas agencias de las que dispone el imperio. Mayor solidaridad de clase es imposible.
En cambio, en el campo bolivariano, es abiertamente conocido las penurias y precariedades en las que se desenvuelve la comunicación popular, alternativa y comunitaria. Muchos son los medios que han tenido que cesar en sus funciones, parcial o definitivamente, ante la imposibilidad de continuar asumiendo los colectivos de comunicadores la manutención de los medios a sus propias expensas, otros, la gran mayoría, haciendo de tripas corazón, tienen que hacer maravillas para mantener al aire o en circulación sus respectivos proyectos mediáticos; todo un culto al compromiso y a la mística militante. Y, mientras tanto, la burocracia comunicacional, que tiene garantizada su quince y último, bien sea por negligencia o ineptitud, o bien por débil formación política-ideológica que le impide comprender o asumir la significación estratégica de la comunicación popular en la lucha revolucionaria antiimperialista y por la construcción de la sociedad socialista o, peor aún, por ser parte del funcionarado cuartorrepublicano, enquistado en el gobierno bolivariano; incide para entorpecer y obstaculizar el apoyo que el propio Comandante Chávez ha demandado para la comunicación popular; siendo el resultado de todo esto la mayor insolidaridad que se puede concebir para con un sector, que como el de los comunicadores populares, en su gran mayoría, está comprobadamente comprometido con la revolución bolivariana.
Por ello, consideramos como un gran paso de avance lo previsto en el Titulo IV del Papel de Trabajo, referido a la sustentabilidad y financiamiento de la comunicación popular, puesto que apunta al reconocimiento y compromiso por parte del Estado de asumir con firmeza y decisión el apoyo logístico y financiero de los comunicadores y colectivos populares que están empeñados en impulsar “ la otra comunicación”, la que los medios de la burguesía niega en su intento vano por impedir la toma de conciencia crítica y liberadora de la gran mayoría del pueblo venezolano.
En este sentido, se hace pertinente la formulación de una propuesta que el MoMAC va a someter a la consideración de los comunicadores populares, en el marco del debate planteado, dentro de la idea de que sea incorporada al Anteproyecto de Ley de la Comunicación Popular. Esa propuesta está dirigida a la creación del Instituto Autónomo de la Comunicación Popular, destinado a constituirse en el ente rector de esta actividad y el cual sería su expresión organizada y sistematizada, es decir, un organismo concurrente para todos los comunicadores populares del país, capaz de canalizar y asumir sus inquietudes y propuestas y llamado a atender sus necesidades. Un Instituto que garantice el democrático flujo de los recursos provenientes del Estado pero que al mismo tiempo sepa preservar la autonomía de los comunicadores populares, estimulando su pluralidad, espíritu crítico y disposición combativa. El funcionamiento de este organismo estaría enmarcado en un Reglamento elaborado y aprobado al respecto.
De manera que, por lo pronto, no nos queda más que saludar la iniciativa impulsada en o desde la Asamblea Nacional, darle la bienvenida y estimular el debate y hacerle un llamado a todos los comunicadores populares y a todos los sectores organizados del pueblo, relacionados o motivados con el quehacer comunicacional, para que se incorporen a este gran esfuerzo colectivo por dotar al brazo comunicacional del movimiento popular venezolano de un instrumento legal llamado a convertirse en otra nueva Ley del Poder Popular.
*Miembro de la Coordinación Nacional del Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC) mov.soc.mac@gmail.com