¡Anjá! ¿Y quién nos llama?
-Soy yo, Mario Silva y, ¿de dónde nos llama: señor Silva?
De VTV. ¿De VTV? Sí de VTV.
-¿Y, en qué podemos servirle o serle útil –señor Silva? Explíquese:
-Bueno, primeramente quiero decirle que a mí no me gusta su programa: Aló Ciudadano y, además me saca de quicio y envalentona mi proceder hacia ustedes, en todo lo que generalmente se comenta allí que, se llevan por delante la realidad de la ética a su antojo y se tragan la convivencia del venezolano sin eructarla y, esconden y escamotean las políticas de gobierno con un sentimiento de apátridas que no lo brinca un venado -¿y, por qué no le gusta, nuestro programa, sí es lo más visto y aceptado en estas tres horas de la ciudad capitalina –amigo Silva?
-¿Se puede saber en qué lo afecta, nuestro modo de proceder que está enmarcado en la ley resorte y, además cumple en lo que respecta a la Constitución Nacional y, para que más le duela y le dé taquicardia a su amargura gordiana, puedo asegurarle que el presidente Chávez cuando tiene tiempo nos ve y hace tiempo que estamos esperando una llamada suya –como lo oye, camarada Silva? Y como podrá comprobar y corroborar con nuestro público invisible que jamás le mentimos y la información que reciben de mí y de nuestros invitados pasa por el colador de la moral sin mordaza periodística que los moraliza a ellos y, a ustedes los desmoraliza mientras, llevamos paz, alegría y, un conjunto de particularidades que los hacen felices viéndonos y, nos aman solidariamente que este canal se ha convertido en parte afín como una guía de sus vidas.
-De todo lo anterior, lo único que no le acepto, es eso de llamarme camarada, esa es una falta de respeto hacia mi persona, señor Matacuras que como fascista y racista pone a trepidar los derechos humanos o, es que se le olvidó cuando se burló abiertamente del presidente de Zimbabwe en el país –expresó Silva con voz entrecortada de rabia y pujo in situ. -Epa Mario con lo de Matacuras te pasaste que yo lo que soy es un Matamonjas que es bien diferente, si es que me entiendes y sabes como actué, dada tu capacidad de embrollador simultáneo que lo que no complicas lo embarras de suspicacias.
-Matacuras o Matamonjas, es la misma vaina, si a ver vamos. –No, no, no. Allí estás pelado –señor, de la noche y, por eso mismo yo no pierdo mi tiempo viendo tu programa, como tú te sacrificas de lunes a viernes viendo el mío y, creo que lo que quieres es imitarme y no puedes, ya que después de Nitu en “Yo prometo” acá -yo.
-Te llamé, señor Leopoldo Castillo, para aclarar un enredo de situaciones en que ustedes sacrifican a la oposición y, juegan con su paciencia, dándoles una dosis de la psicología del rumor, por demás dañina que los tiene al borde con un ritornelo de angustia dentro de lo psicótico y, tu retórica endemoniada me está enredando a mí el papagayo de la comunicación que, aunque no tengo título en esa carrera, la conozco y la desarrollo mejor que muchos de ustedes que lo que hacen es venderse a los dueños de los medios sin decir ni pío y, conforman y explotan con sus desplantes injuriosos la sensibilidad mental de los antichavistas que los tienen a merced de sus opiniones que vierten sin descanso en su programa.
-y, yo no descansaré en desenmascararlos cada vez que me sea posible –continuó Mario- hasta que ese trabuco que tienen por cámara apunte a la dirección correcta dentro de las leyes venezolanas y dejen de atestarles la psicología del miedo a ese puñado de compatriotas que los tienen al borde de la desesperación y, su canal se ha convertido en un transmisor de efectos perversos dentro de la psiquiatría venezolana que le está haciendo más daño al público que lo ve que la droga que otros consumen.
Matacuras te llame y matacuras te quedaste y como matacuras te morirás –le refresco Mario a su interlocutor antes de finalizar la llamada.
Y, Leopoldo Castillo, le preguntó enseguida en el estudio a triple R, ¿quién está más loco de los dos? Usted –respondió triple R.
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