Nuevamente se ha puesto en el tapete de la discusión de los(as) comunicadores(as) populares del país la eventualidad de una propuesta de ley referida a la comunicación popular para ser aprobada por la Asamblea Nacional durante el presente período legislativo. Iniciativa, básicamente, adelantada por los compañeros de las vertientes radioeléctricas, que no dudamos en catalogar de encomiable en tanto que, ciertamente, ya va siendo hora que la realidad social que significa el fenómeno de la comunicación popular en nuestro país sea interpretada por una normativa que le permita afirmarse y sustentarse.
Pocos sectores de la vida nacional, en especial, de la Venezuela emergente expresada en el proyecto de país que lidera el Comandante Chávez, pueden desconocer el papel relevante que la comunicación popular ha venido ocupando en el esfuerzo colectivo por la preservación y construcción de la sociedad socialista bolivariana en ciernes, por el forjamiento de la Patria nueva; sólo los sectores que le rinden pleitesía al viejo modelo de sociedad, que añoran la etapa cuarta republicana y que postulan la comunicación convencional, unidireccional, academicista, concebida según los valores capitalistas podrían negar y niegan, naturalmente, la relevancia e importancia de la comunicación popular.
De allí que tenemos que saludar esta decisión de los(as) compatriotas comunicadores(as) populares de las radios y televisoras comunitarias de retomar y reimpulsar la discusión en torno a un tema tan crucial para la comunicación popular, alternativa y comunitaria que debe conducirnos, eso debemos aspirar, al feliz término de la aprobación, de una vez por todas, del instrumento jurídico que ha de regir el ejercicio de la comunicación popular en Venezuela.
Ahora bien, ponderar como positiva la iniciativa de los compatriotas nos obliga, al mismo tiempo, a formular algunas observaciones de carácter crítico al papel de trabajo que ha llegado a nuestras manos, y que está siendo considerado en distintos espacios o escenarios de la comunicación popular. Observaciones estas, que las formulamos con propósito y espíritu constructivos, motivados en la idea de que es necesario el concurso de todos los sectores involucrados para generar un proyecto de ley que sea expresión del mayor consenso posible y, más importante aún, que responda, realmente, a las expectativas y necesidades de los(as) comunicadores(as) populares en su conjunto y, fundamentalmente, a los requerimientos del pueblo venezolano, en esta etapa definitoria, de confrontación con sus enemigos históricos: el imperialismo y la burguesía lacaya y antipatriótica, que demanda, en consecuencia, de una comunicación popular, alternativa, liberadora, y contra hegemónica. Sostenemos que en tiempos de revolución el debate es fundamental, sobre todo si está caracterizado por enfoques críticos con intencionalidad constructiva.
En este sentido, adelantamos, en una primera consideración del material en cuestión, que tenemos observaciones en el orden conceptual, político-estratégico y operativo-instrumental que, sintéticamente, exponemos a continuación:
En el orden conceptual
Compartimos el concepto de la comunicación como un derecho humano fundamental, que interpretado desde el ámbito clasista y popular habría que asumirlo, ciertamente, como un proceso integral, continuo y permanente, basado en el diálogo de saberes; destinado a la generación de una conciencia crítica, forjadora de un hombre y una mujer nueva, apuntando a “la ruptura de los esquemas mercantilistas de dominación” En este sentido entendemos que la comunicación cumple una función de mediación en la gesta histórica por la emancipación humana, es decir, no es un fin en sí misma, y que, en consecuencia, mal podría plantearse la creación de una hegemonía comunicacional, como se señala en el Artículo 2 del material propuesto.
En nuestro modo de ver, esta es una consideración de primer orden, porque el propósito de los comunicadores populares debe ser el propiciar el debate en el seno de la sociedad, con nuestras verdades, las verdades del pueblo, con ideas batalladoras, con los medios que tenemos a nuestro alcance, propendiendo a la construcción del consenso colectivo y no pretendiendo imponer una visión única, callando las voces disidentes. Al respecto, Gramsci hablaba era de hegemonía cultural, en la que, por cierto, los(as) comunicadores populares, como intelectuales orgánicos, debemos y tenemos mucho que aportar.
En el orden político-estratégico
En este orden llamamos la atención, en torno a un aspecto que consideramos de cuidado extremo, nos referimos a lo expresado en los Artículos 6 (Numeral 6),11 y 12 (Numeral 10). El caso en cuestión es que en estos Artículos se enfatiza el carácter federal que tendría el Sistema Socialista de Comunicación Popular, sistema que, por cierto, no se define a lo largo y ancho de la propuesta, pero cuya caracterización federal, es evidente, está contenida o avalada en el Artículo 4 de la CRBV; pero nos llama la atención que dicha caracterización está ausente, absolutamente, en las Cinco (5) Leyes del poder Popular; obedecerá esto a un olvido o lapsus de nuestros legisladores, creemos que no, entendemos que lo que priva en este supuesto olvido es el grave problema político que tiene implícito, enfrentado todos estos años por el Comandante Chávez en la disputa con los gobernadores y voceros de la oposición que apelando, precisamente, a ese argumento de lo federal intentan justificar su visión de la descentralización, la posibilidad de establecer por sí solos convenios internacionales con ciertas organizaciones, entre ellas, algunas enemigas declaradas del gobierno bolivariano, desconociendo con ello el poder central; pues esta situación es lo que se presentaría de ser aprobado el Artículo 12 (Numeral 10) en el que se le otorga a los Consejos Estadales de la Comunicación la facultad de suscribir convenios con Organismos y Movimientos internacionales, con lo cual se daría pie para que el gobernador de Miranda, por ejemplo, esgrimiendo su condición de gobernante de una entidad federal, también reclamara su legítimo derecho a suscribir un convenio, pongamos por caso, con la USAID que es una de las mamparas de la CIA estadounidense. Como podemos notar el camino al infierno está cubierto de flores.
En el orden operativo-instrumental
En este aspecto, la propuesta de ley considerada está revestida de un conjunto de incongruencias que ameritaría un espacio mucho más amplio que el que nos brinda el espacio de este artículo. Por lo pronto, adelantamos las siguientes: en cuanto a la conformación y funcionamiento de los Consejos Nacionales y Estadales de la Comunicación Popular, están concebidos de tal forma que quedarían por fuera las otras vertientes de la comunicación popular( impresos, digitales, muralistas, etc) distintas a las radioeléctricas y con ello se estaría echando por la borda los Principios y Valores, tales como los de solidaridad, equidad y justicia, expresados en el Artículo 5 de la considerada propuesta y en varios Artículos de la CRBV; así como también se desestima la participación del conjunto de emisoras comunitarias, que por una razón u otra, no fueron habilitadas oportunamente por CONATEL a pesar de los tantos años que tienen haciendo la solicitud respectiva y la consecuente trayectoria de lucha comunicacional que mantienen muchas de ellas.
Creemos que estos Consejos deben ser estructurados respondiendo a un verdadero sentido de justicia y equidad más acorde con los postulados del Socialismo Bolivariano, en este sentido, hay que buscar un mecanismo que haga posible la presencia equilibrada de todos las vertientes que conforman el brazo comunicacional popular, alternativo y comunitario bolivariano. Por cierto, de este texto desaparece, por obra y gracia de la negación más absoluta, la denominación de alternativa y comunitaria de esta expresión comunicacional que ya tiene una sólida referencia en Venezuela y en casi todos los pueblos del mundo. Hay que apelar a la mejor voluntad de todos los comunicadores populares para consensuar una Ley que responda al sentir del colectivo comunicacional y del pueblo trabajador venezolano. Se nos quedan otras observaciones en el teclado.
¡HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UN PAÍS DE COMUNICADORES!
*miguelugas@gmail.com