Kiko, Pedro Luis, Roland y Carla Angola, amuñuñados

Es verdad que todo en la vida tiene su final y a veces un final triste apurado y, más en esta última semana del mes de mayo que, se llevó por delante como un pasatiempo sin regreso a los programas “Buenas Noches” y un poquitín (ya seguro) antes a “La Hojilla”.

Entonces, también es verdad que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Al fin. ¿Qué estará pasando? ¡Tan buenos que eran! Clamará el mejor de los idiotas de turno. Y, vea usted pues, lo que queda es declarar y no vender el nombre del programa. ¡No señor! No se vende y a usted mucho menos. Chito y punto. Que siempre hay alguien con un corazón grande que querrá tenerlos cerca de él y para eso ellos están y, siempre dispuestos a dar un paso hacia adelante. Y, quien quita que Capriles les meta sus manos piadosas y, salgan en lo adelante desde la plaza Brión de Chacaíto.

Kiko Bautista, cada año que suma, está más gordo, más joven, más rozagante y con la lengua ecléctica que se le sale sola de la boca ataviada de enredos imprecisos con la habilidad de curucutear y ensortijar horas de entretenimiento cuando aprendió a ponerla a saltar dentro de Globovisión y, cuando no deambula sola en busca de consuelo: se enreda con ella como si fuera un papagayo sin cola. Tiene en mente montar un nuevo canal en que Buenas Noches se convierta en Buenas Tardes en sintonía abrupta y, con eso tumba el rancho sin techo político que tiene en su cabeza.

Pedro Luis, dejará de vender noticias como titulares de los periódicos y debe montar su propio quiosco que le rinda los intereses que se merece como periodista que es y, así se envuelve de más orgullo de haber pasado por Buenas Noches sin dejar huellas rimbombantes que a lo mejor Teodoro lo arropa con Tal Cual y, lo manda a la luna a cubrir un eclipse de luna en tinieblas que le dé de lleno en su bolsillo y, no dependa más de malos momentos.

Roland Carreño de todos ellos es el más afortunado: llego de vacaciones y enseguida fue enchufado y, es que Roland es un ángel sin cielo que lo que tiene de periodista lo tiene de porfiado y, su habilidad es tal que quedó para vestir santos viejos en la iglesia de San Casimiro que la CEV dejó a su libre albedrío sin métodos precisos, dada su experiencia virginal de atajar en Buenas Noches el encanto de los rocíos que se iban entre noches y que, Zuloaga le aconsejaba no desnudar con sus caprichos rabiosos.

Y, entre tanto alboroto de desconsuelo dentro de la oposición en que la MUD se queja, porque a Ismael García y a Teodoro los dejaron ensartaos como instrumentos defectuosos que han dejado de vibrar de emoción y las guayaberas de sus porvenires les quedan grande y que a decir de Einstein (eistin -según IG) a él (IG) no lo desamparará en la AN. No así Teodoro que todavía le queda un buen remanente de dádivas de las que recibió cuando vendió las prestaciones sociales de los trabajadores como ministro y Capriles lo auxiliará como su líder astuto.

En cambio, quien vive de un solo sueño y no despierta es Carla que precisa de un monólogo que le revienta el alma sin exceso y, es que ella hará parir a un verraco en escena de cuya trama se encarga Ibsen Martínez quien lo configuró dentro de un tubo de letras pensantes y, sin titubeo encontró la periodista más audaz dentro de Globovisión y, en lo adelante pondrá a berrear más de uno cuando monologue con las várices de su astucia en el escenario al reventar las entrañas de un animal preciso sin dar las Buenas Noches y, el auditorio se sacuda en aplausos de esterilidad brutal como si fuera un cordón umbilical.

Y, de La Hojilla, sólo nos resta decir que, siempre vivirá en el recuerdo y el recuerdo es la vida y, a Mario Silva, le regalo pedazos de un poema hindú:

¿Por qué te preocupas sin motivo? ¿A quién temes sin razón? ¿Quién te podría matar?

El alma no nace, ni muere. Cualquier cosa que te pase, pasará por tu bien; lo que esté sucediendo, está sucediendo para bien; lo que vaya a pasar, también pasará para bien.

No debes lamentarte por el pasado. No debes preocuparte por el futuro. El presente está sucediendo… ¿Qué pérdida te hace llorar?

Cualquier cosa que poseas hoy, pertenecía a otra persona el día de ayer, y pertenecerá a otra el día de mañana. Erróneamente has disfrutado de la idea de que eso te pertenece. Es esa falsa felicidad la causa de tus penas.


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Esteban Rojas


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