El ejercicio del periodismo a nivel internacional está altamente afectado por la mentira; de ese virus amoral que lo afecta no se escapa el periodismo que se hace por estos lados de Latinoamérica y, por supuesto, hay que decirlo, Venezuela y Ecuador, dos naciones revolucionarias, mantienen una dura lucha contra aquellos que hacen de la comunicación una herramienta para manejar sus intereses.
No podemos cerrar los ojos y decir que esa es la tradicional contradicción a la que se enfrentan los gobiernos revolucionarios, a medida que se acercan mas a las personas que al medio capitalista. Pero es bueno que también se diga que no es la única distorsión a la que se enfrenta esta interesante profesión.
Siempre con la idea de no hacernos los locos ante el ejercicio profesional del periodismo, no podemos dejar de señalar que, lamentablemente, un alto número de los jóvenes comunicadores no lo están haciendo bien y no nos referimos en exclusiva a quienes ejercen la profesión en los medios privados, sino que incluimos a quienes lo hacen en los medios de comunicación que dependen del Estado.
¡Es así! Esto se ha discutido bastante.
Al hablar del lenguaje oral que escuchamos, observamos con preocupación que se habla mal y, por ende, se dicen mal las noticias, como cuando pronuncian las joras por las horas, a las jonce por las once o al escuchar espionando cuando se quiso decir espionaje.
¡Y pare de contar!
Y si es escrito, pues la cuestión es peor; así leemos noticias mal construidas, párrafos mal redactados, oraciones incompletas y hasta incoherentes, lugares comunes, palabras inadecuadas etc., etc. Se salvan aquí las noticias deportivas, científicas y policiales, porque tienen un lenguaje muy particular y no hay maneras de interpretar diferente las expresiones como gancho al hígado, padece de mal de Chagas, out en segunda o recibió tres impactos de bala.
Y esa carencia de calidad, directamente relacionada con una mala formación, insuficiencia de conocimientos, ausencia de hábitos de lectura, etc., etc., son varios de los aspectos que están siendo tomados en cuenta según nos informan- en la conformación de un nutrido grupo de periodistas colegiados, calificados, profesionales con mucha experiencia, premiados, que presuntamente serían liderados por el talentoso periodista, abogado, exministro de la Defensa y exVice Presidente Ejecutivo, José Vicente Rangel para apoyar a la revolución bolivariana y al Presidente Nicolás Maduro.
De esta última parte tratada no podríamos decir absolutamente nada, pues es lo que nos informó un colega; lo único que si sabemos, desde hace décadas, es que el periodismo nacional ha disminuido su calidad.
Sin mezclar en este artículo la calidad docente formadora con sus creencias políticas, por las aulas de periodismo o comunicación social, como fue decidido después, estuvieron académicos de la talla de Héctor Mujica, José Rafael Núñez Tenorio, Federico Álvarez, Jesús Rosas Marcano, Jesús Sanoja Hernández, Adriano González León, Luis Aníbal Gómez, Gloria Cuenca, Raúl Agudo Freites, Eleazar Díaz Rangel, Pedro Duno, Alexis Márquez Rodríguez, Cheo Fernández Freites, Eduardo Orozco y otros, algunos fallecidos y otros jubilados.
El asunto está, en que la formación que estos docentes dieron en distintas materias, fue siempre de calidad y, como era de esperarse, formó periodistas muy calificados, muy alejados de lo que hoy existe por allí.
Lee el siguiente blog: wwwpertinentes.blogspot.com (Premio Aníbal Nazoa/2010) Mención Opinión)