Se hace más evidente la presencia de un grupúsculo de soldados de la “comunicación social” pro-asalariados de la anti-patria contra la que, ofensiva y mediáticamente arremeten a todos los niveles a través de los medios privados de la comunicación en general, desinformando al mundo exterior sobre una realidad alimentada de narraciones y hechos que no se corresponden con la verdad y, que en la mayoría de los casos, pasan a ser virtuales. En la Venezuela actual, si hablamos mediáticamente, el poder es paradójico, quienes gobiernan parecen los gobernados. El fascismo desatado viene marcando una pauta a la que le seguimos el juego de la provocación “so pretexto” de la paz que debemos mantener. Ha llegado la hora de la calle, ha llegado la hora de pararse firme para frenar la intolerante actitud e irrespeto a las leyes de quienes han provocado a muertos a través de la tv y sin responsables tras las rejas. Dice una estrofa de nuestro Himno Nacional: “La ley respetando, la virtud y honor…”

En ese contexto nacionalista comienza a sentirse el reclamo de las voces que a través de las redes sociales hemos enfrentado la intolerancia y el bochorno de la manipulación, la xenofobia, el racismo, el arribismo y las actitudes terroristas que se esconden incluso en muchos casos, bajo la hipocresía de la paz y el amor disfrazado en cuanto montaje beato sea posible. El fetichismo y la alienación en el discurso de los medios pasa a enajenar al individuo, eso es un estudio que realizan milimétricamente quienes preparan la guerra de cuarta generación y atrapan al pueblo con sus periódicos en dos formas: una como consumidor y otra como alienado, y no es casual, por ejemplo, una noticia deportiva de realce nacionalista la titulan en un mensaje subliminal de un periódico “deportivo” lleno de promoción en los juegos de lotería y apuestas de caballos, respaldado de una foto femenina que expone el cuerpo como mercancía provocadora. En el canal de noticias derechista más radical mediáticamente en Venezuela y desde donde se descarga el odio y la provocación, vemos a un periodista mañanero que se hace juez y parte de los titulares en un lenguaje encendido e incendiario.

La otra metodología que aplica esta nueva industria mediática de la guerra, se manifiesta en la invisibilidad hacia el Estado haciendo gobierno de calle, al esconder a nivel de noticias los proyectos que puedan dar créditos positivos al pueblo junto a su gobierno y hacen del periodismo la comiquita que mostraron como en evidencia vivida en abril del 2002 mientras asesinaban al pueblo en las calles de Caracas y los dibujos animados de “Tom y Jerry” se hacían los héroes de la pantalla de la televisión. Esta invisibilidad se vuelve en la rutina del día a día y mientras marcan la pauta de algún hecho que cause escándalo al colmo de una especie de “reality show” con “coñazos”, cacerolazos, actuación novelera, maquillajes o cuanta actividad mal ponga a Venezuela para declarar a nuestro país como insostenible democráticamente y, acto para ser intervenido militarmente por los pacificadores del mundo.

El veneno recurrente de la derecha mediática obliga al pueblo a organizarse en un boicot para dejarlos de consumir, estamos en la hora de organización codo a codo de trabajadores y poetas, campesinos y escritores, ama de casas y periodistas nacionalistas, todos juntos en una misma causa de entendimiento y defensa de la patria. ¡Lo malo es que nuestros propios medios contribuyen y comienzan a hacerse parte del paquete en el desenmascaro de estas realidades ya que de manera insólita están suprimiendo los programas que alertan de esa contrarrevolución apátrida!...Por ahora, espero que al menos nos dejen seguir escuchando en las mañanas y a medianoche el Himno Nacional en la voz del Comandante Chávez para llenarnos el alma de paciencia y coraje como el mismo me dijo un día cuando me vio intranquilo y molesto.