Algo nos faltaba sabíamos, lo que no sabíamos que era “De Zurda” y,
así nuestra revolución se consolida mundialmente en fútbol como para
abstraernos de tantos problemas que nos embroman a diario, pero como
“De Zurda” pegó por TeleSur, el presidente Maduro, sin pensarlo dos
veces y como buen conformador de ideas imaginó que con fútbol también
se recrea la política y como tal hay que seguir con el programa, pero
lo malo está y de eso no estoy seguro que será otra vez Pdvsa la que
publicitará y correra con los gastos de su implicación y, de ser así,
nuestra Pdvsa se sacude bien por el bien y, la conciencia polémica de
otros en ese deporte mundial.
El programa “De Zurda” se inició y finalizó con el Mundial de fútbol
Brasil 2014 creíamos y, bajó el único patrocinio de Pdvsa, el que
entraba por TeleSur desde, Río de Janeiro, todas las noches a las 9
pm, horario local y, en él intervenían el periodista, Víctor Hugo
Morales y el ex futbolista, Diego Armando Maradona además, de sus
invitados especiales y no era Víctor Hugo el que recreaba a la afición
de ese deporte que parece ser que muchos saben poco y, pocos saben
mucho sobre su desempeño, desarrollo, técnicas y demás variables
implícitas en él que pone al mundo a girar a su alrededor y, Diego
Maradona tiene una habilidad comunicacional especial para recrear con
su verbo fluido de sencillez el antagonismo envolvente de jugadas y
jugadores y, es tanto su vivacidad de su solvencia moral que nosotros
debiles de voluntad y conscientes de su valor no se dejará que sean
otros entes de otros países que se atrevan a financiarlos ni que
fuéramos locos y, en eso hay que decir con toda responsabilidad en
socialismo que a ¡Venezuela se respeta!
El que tuvo oportunidad de ver el programa sin ningún afán de lucro
inmoral ni de crítica ofensiva, debió despertar del baypass emocional
que le corría en ese momento por el torrente de su apetencia libre
pensadora al ver por su televisor el enjuage de furia y de sensación
tentadora que le refrescaba el momento de la serie y, viendo como
Víctor Hugo le daba el campo libre a Diego Maradona, para que éste nos
pintara cada momento vivido en cada juego con una catalepsia vivrante
que nadie podía distraerse con otra cosa que no estuviera allí en el
terreno del canal TeleSur y, fueron muchas las pifias descubiertas y
señaladas que ponen entredicho la capacidad conductora de la Fifa en
todo su manejo conductor que se llevaba por delante tanta zacandilla
junta en Brasil.
Y, Ahora viene Nicolás y nos suena el pito que nos pone en un nuevo
juego en que Diego Maradona nos deleitará en lo adelante hasta que
Dios quiera y, el fastidio no llegue jamás que, Víctor Hugo seguirá
haciendo su trabajo como sólo él lo sabe hacer con la estrella del
pasado a su lado, ambos “De Zurda” y, nosotros sin bostezar ni
pestañar, aunque Caracas se llene da guarimbas, esperando el momento
del gol que nos entrará con efervescencia detallada como en un ritual
de llenar vacíos y, aunque las colas sigan, también “De zurda” estará
presente con Pdvsa soltando los dólares que para otra cosa no hacen
falta.
Quizás y, a lo mejor el momento es oportuno, para refrescar como un
aliciente deportivo con “De Zurda” se vive mejor y, Diego Maradona
tendrá a sus anchas una hora, para vanagloriarse de tanta hazaña
deportiva a su favor dentro del fútbol y como el fútbol es vida,
entonces que viva el fútbol que pasó el mundial, pero nosotros
seguimos enfrascados en ese titilante calmante que nos pondrá a vocear
y, discutir un momento futbolístico que nos entra para calmar la
angustia que el día deja a quien sale en busca de algo y no lo
consigue y de repente por un penal nos llenamos de emoción con pasión
acomodadizo.
Gracias Nicolás, pudiéramos gritar por lo oporuno de tu decisión de no
dejar escapar el programa “De Zurda” que, según él es por la
aceptación que logró la serie entre públicos de todo el mundo que el
entusiasmo es tal que ahora nos conformaremos de cara al mundo y,
nuestra felicidad no da para tanto, pero de algo tenemos que
conformarnos, aunque sea por un momento y, que la visión de Nicolás no
lo desampare, no señor. Entonces hay que seguir pateando, aunque
perdamos nosotros.