Hemos visto algunas piezas publicitarias de la campaña que el Ministerio de Turismo ha lanzando para promocionar a Venezuela turística dentro y fuera del país.
La campaña tiene como objetivo promover a nuestro país como “el destino más Chévere del Caribe", del cual todos los venezolanos deberíamos sentirnos orgullosos.
Recientemente, en la emisión del programa En Contacto con Maduro, que conduce el propio presidente de la República, Nicolás Maduro, y transmitido por el Sistema Nacional de Medios Públicos fue presentado un simpático personaje: Cheverito, protagonista de un dibujo animado que busca sensibilizar a la población joven de Venezuela sobre el Ecoturismo como forma de ser y disfrutar: queriendo y cuidando.
El personaje, pensado inicialmente para niños y jóvenes, es tan agradable (forma y contenido) que supera su contenido turístico y la población objetivo e impacta a toda la población, en otras palabras le es atractivo a grandes y chicos, al abuelo o al bisnieto cualquiera sea su condición socioeconómica.
Creo que Cheverito –con el mismo concepto y simpatía- puede sensibilizar a la población en muchos temas: respeto a las normas de tráfico, pararse en el rayado y dar prioridad al peatón, ahorro del agua y electricidad, campañas de salud, vacunación, buena alimentación, solidaridad, respeto y compañerismo en la escuela, comunidad, etc.
Eso sí presidente Maduro, ¡Que Cheverito no pague ni medio! en ninguna radio o televisión nacional o internacional que tenga su programación dentro de nuestro territorio. ¿Por qué el Estado debe pagar una campaña de esta naturaleza cuando es una obligación de esas empresas?
Todos los que usufructúan el espectro radioeléctrico de la nación deben estar al servicio (gratuito) de una campaña como ésta, o el Estado exigírselo.
A propósito de ello, creo que CONATEL conjuntamente con otras instituciones y organizaciones debe impulsar la modificación de la ley para ajustarla a los nuevos tiempos y realidades sociales.
Una sugerencia: Los tiempos para Publicidad, Propaganda y Promociones de las radios y televisiones privadas deben reducirse un 50% es decir de 15 minutos que tienen actualmente a 7 minutos 30” por cada sesenta minutos de difusión, el resto para campañas del Estado: mensajes culturales, educativos, informativos o preventivos de servicio público, de interés general.