Antes de comenzar el artículo debo ofrecer a los lectores mis disculpas por abordar un tema que de alguna manera puede herir susceptibilidades odoríferas, dado que a la gran mayoría le puede disgustar la asquerosidad y el modo de plantearlo. Hubiese deseado exponerlo de otra forma pero lamentablemente las incoherencias se me engatillaron en mi pensadora y no encontré otra manera de exponerlo.
La "ecatomancia" es la práctica de predecir el futuro hurgando entre las heces de algunos animales. Esta costumbre proviene de los antiguos egipcios, lugar donde el arúspice o, nigromante o, adivino o, hechicero revisaban los excrementos de los escarabajos o de otros animales para anunciarle al faraón o el rey lo que le deparaba el destino. En verdad, no tengo información si el augur acertaba en sus predicciones, pero de que vuelan, vuelan, En la actualidad esta experiencia adivinatoria se lleva a cabo utilizando las heces de la persona que solicita los servicios del agorero.
No solo las heces se aprovechan para predecir el futuro, también los excrementos fueron utilizados por los antiguos chamanes para diagnosticar enfermedades. Esta forma de dictamen no está lejos del saber científico dado que modernamente son muchas los padecimientos que se detectan a través de un examen de heces. Podrá parecer asqueroso pero los excrementos pueden dar información sobre el estado de salud.
Los primitivos utilizaban los excrementos de los animales como una fuente de energía, es decir, obtenían fuego para calentar el hogar durante el invierno. Actualmente se sabe que las excretas, tantos humanas como animales son una fuente inagotable de energía, las cuales corresponde a los llamados biocombustible. Este permite generar, además de calor como en los tiempos pasados, también electricidad, así mismo como combustible para automóviles.
Los excrementos de las vacas son de mucha utilidad, son reutilizables en la India, Pakistán, Afganistán y Kenia como aislante térmico. Por ejemplo, en Kenia las paredes de las casas se revisten con un compuesto que contiene las deposiciones de las vacas debido a sus cualidades aislantes. Los masáis construyen sus viviendas con ramas, maderas y la recubren con excrementos que les garantiza el aislamiento del abrasante calor del clima africano.
Es frecuente escuchar o leer la palabra estiércol o boñiga utilizada en la agricultura. El estiércol no es más que los excrementos de los animales utilizados para fertilizar los cultivos. Durante más de 4.000 años la orina y las defecaciones humanas fueron consideradas muy valiosas en China, Corea y Japón, los cuales sirvieron para abonar la tierra para alimentar millones y millones de seres.
El lector se preguntará qué tienen que ver las evacuaciones con el artículo en cuestión. Con frecuencia escucho a mis congéneres expresarse de manera muy despectiva sobre los medios de comunicación de masa y sobre todo, los comprometidos con la oligarquía. En algunos casos complementan su desprecio al afirmar que los medios de comunicación son una "mierda". Después de estudiar todos los beneficios obtenidos de las defecaciones humanas y animales y al confrontarla con los de algunos medios de comunicación, como la radio, los canales de televisión y de la prensa escrita comprendí que no hay comparación entre la mierda y dichas vías de desinformación. Estas valen mucho menos que la mierda.
Mi madre me enseñó, a pesar de nuestra pobreza, que en una hogar nunca debía faltar un diario impreso para conocer lo que estaba pasando en el nuestro país y en el mundo. Crecí respetando y creyendo en las informaciones suministradas por los periódicos, con la certeza de lo que leía en el opúsculo era la sacra verdad. Ahora, algo senil y con una abulia excesiva que me da tiempo para revisar muchas fuentes de información, además de buscar en las hemerotecas y en Internet, comprendí que por muchos años hice el papel de pendejo. Por ejemplo: en plena batalla de Stalingrado en el 1942 la prensa alemana reseñaba los grandes avances del ejército alemán sobre territorio ruso; de seguro, los germanos de la ciudad desconocían el desastre sufrido por los teutones en manos del ejército rojo. Fue en esta batalla cuando se inicia el hundimiento del Tercer Reich. Así mismo, la prensa estadunidense describía los gloriosos avances de las tropas aliadas en Europa en el años 1945 y destacaba en los titulares las masacres que los nazis propinaban a sus enemigos. Pero nunca detallaron en forma explícita los bombardeos sobre la indefensa ciudad alemana de Dresde, donde literalmente fueron freídos 300.000 civiles con 4.000 toneladas de bombas incendiarias de fósforo y de alto poder explosivo de democracia y libertad. Esto podría llamarse una efectiva limpieza étnica colectiva.
Pasado el tiempo los medios de comunicación se modernizaron y se convirtieron en unos verdaderos engendros del mal, capaz de mentir de forma descarada solo para complacer a los grupos poderosos encubiertos detrás de una noticia falsa. A la zaga de una información mentirosa hay intereses, por lo general mercantiles, cuyas formas de acometer pueden ser diversas, por ejemplo: ultrajar la honradez de algún contrario con el objetivo de destruir su imagen; desvirtuar los acontecimientos sucedidos en un país con la finalidad de desestabilizar el gobierno; propiciar alteraciones del orden público para crear situaciones de angustia en una población; patrocinar condiciones alarmantes para forjar zozobra entre los habitantes de una nación; mantener estados emocionales alterados, generando así mentes disociadas capaces de actuar como fanáticos peligrosos; inventar noticias sobre la bases de escenarios fabricados y autores pagados, haciéndoles creer a los usuarios que tal evento fue un hecho real; prohijar descaradamente golpes de estados contra gobiernos democráticos y progresista bajo la premisa falsa de la privación de la libertad de prensa o la defensa de los derechos humanos; divulgar noticias ficticias generadas fuera de una nación con el único interés de complacer intereses mercantiles de las cicateras corporaciones económicas; podría agregarle más falsedades de lo que los medios de comunicación son capaces de manipular, solo para cumplir con los mandatos de quienes los costean.
No soy complaciente al afirmar que los medios de comunicación no son una mierda porque las heces, de acuerdo con lo expuesto, son de provecho. La única finalidad de ciertos medios de comunicación de masa comprometidos con el imperio es la destrucción de los pueblos para beneficiarse del caos. Esto se puede verificar con las arteras notas periodísticas divulgadas sobre la Revolución Cubana y sus líderes como Fidel y el Che. A las mentiras de la prensa de EEUU sobre la guerra de Vietnam debo agregar las mendaces reseñas de los diarios que precedieron la invasión a Guatemala, Panamá, Santo Domingo, Granada, Irak, Libia, Siria, Afganistán, Ucrania…en las cuales se justificaba la ocupación de los pueblos, ansiosos de vivir en paz, sobre la base de un tinglado de artimañas informativas.
A partir de la llegada de Chávez al poder Venezuela es víctima, desde hace quince años, de un inhumano ataque mediático de la prensa nacional e internacional. Desde los medios de comunicación de todo el mundo se desvirtúa la situación en la cual vivimos y en muchos casos, propiciada por la prensa comprometida. Los medios de comunicación nacional e internacional, ante el problema con la frontera con Colombia, parecen desconocer la verdad de los paramilitares, de los bachaquereos, del ataque a nuestra moneda en Cúcuta, del contrabando, de los desplazados por la guerrilla y los paramilitares, del narcotráfico, de los 5.600.000 colombianos que reciben atención en nuestro territorio compartiendo todos lo beneficios de la población venezolana (un país dentro de otro país: Costa Rica tiene 4.937.755 habitantes), el contrabando de gasolina, el contrabando de extracción de alimentos subsidiados por el gobierno, entre muchos de los dificultades que afectan a nuestros compatriotas. Ante tantas complicaciones fronterizas la prensa internacional y nacional solo destaca la falsa noticia de la violación de los derechos humanos por parte de la GNB a los deportados. La prensa colombiana y la internacional están exacerbando sentimientos xenófobos contra Venezuela. En años anteriores por situaciones como esta y por causas menores se han desencadenado indeseadas conflagraciones. Señores, es de valientes luchar por la paz y de estúpido propiciar la guerra.
Mi comandante Chávez se propuso a lograr varios objetivos en el Plan de la Patria. Son los antiguos excluidos, los sin nadas de otra época y el pueblo en general quienes deben tomar sus propias decisiones. No será una fuerza sobrenatural ni ningún gobierno extranjero los que los impulsará a cambiar su propio destino, que no es otro que vivir en paz y en una patria socialista.
Los dueños de los medios de comunicación pertenecen a la oligarquía venezolana y jamás se ha visto que los ricos y los poderosos procuren remediar las desgracias de los pobres. Si en algún momento un capitalista acuerda levantar la mano sobre un pueblo pobre y oprimido, lo harán por su interés y conveniencia. Sinceramente, no creo que los medios de comunicación sean una mierda, no hay comparación con las heces fecales aunque en su cercanía si despiden fetidez; hieden a desgracias. Dispénseme, pienso que me equivoqué en el encabezamiento de este artículo, no son excrementosos los dueños de ciertos medios de comunicación, pero si están a la par de una cáfila de bandoleros.