No es cualquiera cosa que un periodista de esta Única y Contaminada Nave Espacial -UCNE-, e inclusive, que sea venezolano, y para más, al parecer castrochavista, acceda siquiera a la antesala de la cabina de mando del Eje Del Mal -EDM- pero el cerril Walter accedió, lo que de por sí habla a las claras de su estatura periodística.
A propósito, hay gigantes sin cerebro que también acceden a la antesala de otra cabina de mando, pero la del Eje Del Bien -EDB-, y hasta se babean entrevistando a John Kerry.
Eh, la sempiterna confrontación vital y sin la cual no podríamos avanzar puesto que la constante es que todo cambie para bien o para mal.
Qué bueno sería que cada quien confronte a Walter, el antípoda del periodismo internacional del eje de acá, respecto al antípoda íd del eje del bien, éste, obviamente, sedicente, pero disfrazadito; mas, dilucidar y concluir sería cuestión de cada quien, particularmente.
Pero, valga una debida precisión y que cada quien saque su cuenta: mientras las abejas africanas atacan en comandita, la criolla, en cambio, con una sola que te ataque te hace ver a Cristo.
Para lo que hay que ver con un solo ojo basta y sobra, y no es que nosotros nos las echemos de sobrados, todo lo contrario; nosotros*, vosotros y ellos somos de distintas maderas; nosotros* somos malos ya que pertenecemos al EDM, no obstante esgrimimos verdades que no vienen de las nubes sino de aquí mismitico y Walter las puso sobre el tablero, magistralmente, para que Lavrov las barajara, y las barajó.
Confrontación, las cosas son del color del cristal con que se miran, la verdad puede ser mala y el embuste bueno.
Eso de que "somos lo que vemos", y que se atribuye a McLuhan, no me convence del todo, y no obstante que para el citado investigador, comprender la realidad requiere de enfoques multivisuales, pero a veces para lo que hay que ver -insisto- con un solo ojo basta.
Reconocemos que Walter cometió un error de omisión y tal vez porque él pudo estar un poco asustado, dado el desafío de entrevistar al más encopetado Canciller del Planeta Tierra y posiblemente de la Galaxia Vía Láctea entera, Lavrov, y pudo ser por eso que a Walter se le olvidó informar que era viernes.
Tampoco es que Lavrov dejó de estar nervioso durante el acto, es posible que Vladimir Vladimirovich, que todo lo rastrea, le hubiese dicho , mira, Lavrov, Walter te va a entrevistar pero ten cuidado con esto y con aquello por esto y que si lo otro y tal y que se yo, tú sabes cómo es la vaina, mira que Guillermo Guzmán dice que Walter es el mejor periodista internacional de habla hispana y quizás de más allá, tal que hasta Fidel lo mira atentamente, así que cuidadito con meter la pata, y etcétera.
Y, dado el acontecimiento de la referida entrevista, y no precisamente de lo dialéctico sino más bien de lo complementario, todo estuvo muy bien, fluido, en pleno desarrollo, se cumplió lo de que cada buena pregunta engendra el germen de su debida respuesta.
Se supone que cuando un periodista -tal Walter Martínez- conoce el terreno y sabe a lo que va, enfrenta el asunto sin complejos y no tiene contratiempos insalvables sino que va al hueso y sale airoso a los ojos de nosotros, los pata en el suelo, independientemente de cualquier pecadillo tal como ese de omitir advertirnos que tal día era viernes, que la Tierra daría tres vueltas sobre su propio eje, y que shabat shalom, salam maleikum y pax bobis, por lo que por la mañanita yo me desperté como un bolsa, azorao por sacudir el asunto, limpiar la bolsita de hacer el café y escarbar para echarle un puñito de arroz a las palomas -que a esa hora empiezan a hacer ruido frente al portoncito, en busca de comidita- y, obvio, preparar mis aperos, y entonces me percaté de que: "¡…coño, hoy es sábado…#vjñ&cñlmdre…!
Así que volví a embojotarme como un pendejo.
Otan:
Y, no por sábado sino porque no me tocaba exponerme a la intemperie.
Re Otan:
Nosotros*, los castrochavistas.