La comunicación revolucionaria

Todas las teorías o conceptos de comunicación implican a este desempeño como parte de un contexto vital donde el ser humano ejerce autoridad, autonomía y convivencia. El convencionalismo clásico convierte a la comunicación en poder hegemónico de un grupo sospechosamente intelectual. Esto la ha convertido en un elemento de doble filo, se usa incluso para el fin más vil del hombre; la guerra. Hay escuelas de comunicación en todo el mundo, pero hay comunicación en todas partes de ese mundo aun sin escuelas. Exagerando quizás, se puede concluir, después de estudios de conducta, incluso biológica, que todo ser vivo se comunica con sus semejantes y que por lo tanto la comunicación es un hecho natural y espontaneo. Como natural será aprender a manifestar de manera adecuada lo que el ser humano necesita informar, para su bienestar en lo individual o en lo colectivo.

La comunicación no cambia en su fundamento, esto es igual en lo infinito. Se refiere esto por supuesto a la comunicación como un intercambio. Cambian sus formas tecnológicas, incluso, las formas humanas. Tan amplio será el comportamiento social, como amplio es el modo de comunicarse dentro de la sociedad. Cada contexto adquiere o se le adhiere una forma comunicacional; única, pertinente y oportuna. Es así como la credibilidad de los comunicadores se implanta en la sicología social, política e ideológica entre sus comunes, en este desempeño funcional del ser social. Es la comunicación el más importante paso humano para las relaciones entre su especie.

Pero como quiera que se plantee el hecho comunicacional, todo conlleva en este mundo moderno al medio de comunicación. Los medios de comunicación y sus directores, han fijado desde hace mucho tiempo una estandarización comunicacional de la información, implantando una bitácora conductual mediática que se admite como lógica, trayendo la consecuencia que todos los periódicos, las emisoras de radio, las televisoras se comporten de la misma manera, casi como gemelas, en la forma de informar o comunicar, cada una por supuesto dentro de su peculiaridad, pero siempre con un trasfondo que denota sus intereses. La comunicación por internet si ha admitido otros valores que la amplia en sus formas, alejándola un poco de la semejanza mediática global que los demás medios sufren.

Ahora bien, si en Venezuela comenzamos una revolución social, política, cultural, económica, tecnológica y otras. ¿Por qué no revolucionar en lo mediático comunicacional?, esto al menos en los medios que se dicen revolucionarios. Comparando emisoras de radio y tv, públicos, privados y comunitarios, se advierte que la única diferencia son los comerciales para estimular el consumismo. Aunque, hay algunos mensajes con detalles que rayan el formato mercantilista en su publicidad, dentro de algunos medios del estado y comunitarios. Llego la hora que la propaganda institucional de toda la plataforma empresarial estadal se dirija a la formación, desarrollo o consolidación de valores sociales, de convivencia y patrios en la psiquis del venezolano sea niño, joven o adulto. Hay que tener por supuesto leyes revolucionarias para el desempeño de estos medios.

En este mismo sendero, se pueden apreciar en las programaciones cosas como "eso nos los explica después del corte" (Estos cortes los hacen aproximadamente cada quince minutos), y tanto el invitado, como el periodista y el usuario sufren la ruptura de la empatía que se logra en la explicación sobre algún tema en cuestión. Lo peor del asunto es que muchas, pero muchas veces se repite lo que difundieron en el corte anterior. La comunicación revolucionaria no puede ser esclava del tiempo mediático, invento este, que se implantó para poder vender productos e idiotizar al usuario del medio de comunicación. Medios revolucionarios lo utilizan para repetir el nombre o el eslogan del mismo medio. Estos cortes pueden ser comprensibles, si hay alguna noticia de suma importancia que ofrecer.

Los estereotipos deben ser anulados por completo en la comunicación revolucionaria, ahora lo que si debe prevalecer es el conocimiento integral de la información a ofrecer al usuario (conocer un hecho y explicarlo adecuadamente pudiera ser un estereotipo a asumir). Los medios deben contar con los elementos adecuados para ofrecer noticias concretas, o sea, hechos investigados y aclarados para no sembrar incertidumbre o dudas sobre supuestos. El usuario de un medio revolucionario debe estar bien informado para poder asumir una postura determinada y coherente ante un hecho noticioso. Pero esto dependerá del medio donde tome la información. Es por eso que los medios de comunicación revolucionarios tienen que ser obligatoriamente distintos a los medios tradicionales.

La comunicación revolucionaria debe ser un intercambio educativo y constructora de conciencia, tiene que alimentar con frescura el espíritu humano. No acepta ruidos porque es libre y no esclaviza el pensamiento, sino que lo despierta a la vida social y lo siembra en la convivencia. El comunicador revolucionario se da a conocer integro tal cual es y no usa una personalidad mediática maquillada. La comunicación revolucionaria entrelaza personalidades, se enriquece en respeto común entre interlocutores. El comunicador revolucionario no busca el llamado tubazo, encuentra la verdad y la explica integralmente en la noticia, sea el último o el primero en pregonar el hecho verazmente. Ya que siempre busca enriquecer el conocimiento del usuario y no el bolsillo del dueño del medio.

El comunicador revolucionario es un devoto en la praxis comunicacional como elemento de vida y supervivencia humana. Quien ama a la comunicación busca la perfección en los mensajes reales, que buscan hacer ideal la existencia del hombre en su universo. Es un predicador de conocimiento hacia las masas, es un esclavo de la ley y la solidaridad. La democracia es un elemento sine qua non en la comunicación revolucionaria, sin esta, no hay comunicacion alguna y sera otra cosa. La comunicación revolucionaria es una poesía de vida, tiene que dignificar a los seres que la practican. No se doblegará ante la fastuosidad y las luces de casinos que aplauden la hipocresía. El objetivo de la comunicación revolucionaria es la conciencia del pueblo, del hombre, del ciudadano; ese es su premio.

Siempre habrá debates sobre comunicación: la ética, la tecnología, los comunicadores, el usuario, el medio, los recursos, ahora la guerra también es parte del desempeño comunicacional. No habrá educación comunicacional si el desarrollo de un comunicador no se esculpe dentro de un modelo de valores morales. La delincuencia se ha apoderado de la mente de los comunicadores sociales, ya no quieren enseñar, quieren lucro, dinero, fama. El narcisismo los ha calado y aunque parezca mentira han olvidado que su trabajo a quien llega es a seres humanos. Compiten a ver quién miente mejor ya que así ganarán más dinero, es por eso que la discusión sobre la comunicación social siempre estará presente, y en este sentido La Comunicación Revolucionaria será la mejor opción en esta alternativa.

 



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Pedro Barrera


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