Vital la emancipación definitiva de la comunicación

Requerimos en esta naciente sociedad de la Revolución Bolivariana o dicho de otra manera, "…lo que necesitamos –como escribió el filósofo Fernando Buen Abad Domínguez- es la emancipación definitiva de la comunicación del absolutismo monopólico para que contribuya a restablecer los vínculos orgánicos de la sociedad y luchemos contra la propiedad privada de las herramientas de producción hasta nuestra liberación definitiva y permanente".

Y eso que escribe Buen Abad en torno a la emancipación definitiva – a nuestro juicio- debe comenzar por vaciar el cántaro que contiene el viejo modelo de comunicación que día a día invade a los venezolanos y sustituirlo por una nueva creación que les presente a quienes viven en la patria americana de Bolívar, no solo las grandes reivindicaciones que la revolución bolivariana ha generado para los habitantes de la nación sino una nueva forma de hacer una sociedad diferente, que beneficia a sus hijos.

Y lo anterior pasa por apartar todo lo que tenemos presente que lleva en si el germen de la mentira y la manipulación que constituyen el cascaron de la ideología comercial que inunda la vida de los países y que los divide entre los que tienen todo y quienes carecen de todo.

Eso debe llevar a los venezolanos y latinoamericanos a inventar, sin importar que en ocasiones se cometan errores y haya que volver a inventar, lo que es preferible a seguir siendo receptor de falsedades que adornan un tipo de vida que en nada beneficia a la mayoría. Simón Rodríguez, el llamado Sócrates de América, estaba bastante claro en eso y por eso decía que, si bien la América española era original, entonces tenían que ser originales nuestras instituciones y el gobierno.

Estamos obligados a crear contenidos originales, diferentes a los actuales en todas las áreas de nuestras vidas, como el teatro, la radio, la televisión, los medios impresos, la promoción de lo que producimos, la educación, de concursos de conocimientos, el cine, los programas recreativos, de discusión política e ideológica, de salud, alimentación, los de producción agropecuaria e industrial, las telenovelas, las comiquitas o aventuras para los niños, para los adolescentes, es decir, crear y generar ideas en todo.

Si analizamos con calma algunos medios radiales, de televisión, impresos, páginas web y la misma publicidad, apreciamos que están dirigidos todos a "orientar", "conducir", "presionar", "auspiciar el consumo desaforado", a "generar adeptos y "crear conductas" hacia un modelo de vida ajeno al bien común.

Por eso los medios promueven escuchar a habladores profesionales de todo cuanto se les ocurra y sin argumentación alguna, vendedores de la fortuna y de ilusiones a través del horóscopo y del tarot, expertos del espíritu y de la conciencia, profundos analistas políticos, etc., etc.

A lo anterior, en el caso de la televisión, vemos que esas empresas promueven no solo el modo de vida de los estadounidenses, sino sus políticas, los que ellos desean hacer. El domingo, por ejemplo, un canal de Tv transmitía una cinta con el nombre de El submarino fantasma, que no era otra cosa que "venderle" a los televidentes, la idea de que el malo de la película era Corea del Norte. Y esa es una cuestión de todos los días en los canales de televisión comercial, igual que han venido haciendo algunas películas en la que sugieren que los malos son las fuerzas bolivarianas revolucionarias lideradas por Hugo Chávez

Y todos ellos con un objetivo: convencer a lectores, televidentes y radioescuchas de que lo que ellos dicen es verdad, a sabiendas de que un alto número de ellos miente. De hecho, si la gente es consciente y razona equilibradamente, podrá apreciar que todos ellos manejan en sus contenidos palabras como el mejor, lo máximo, el inigualable, lo más apetecible del mundo, la blancura más blanca, el blanco más brillante, el sabor increíble, el único, el mejor caucho, la batería plus, el beneficio óptimo, el mejor interés, y pare de contar porque hablamos de una maraña en la que el ingrediente principal es la mentira.

El fin premeditado es el de generar beneficios económicos, adeptos seguidores, crear y promover falsedades, solo que ese mundo de la mentira de Joseph Goebbels viene siendo derretido por los mismos promotores de lo falso y no hay que ir muy lejos para comprobarlo pues el cine y la actuación de los políticos y comerciantes permite apreciar las mentiras construidas. El caso de la Asamblea Nacional de Venezuela es un ejemplo de un nido de mentiras que se cayó desde el primer día de su nacimiento.

Por eso, es vital y urgente crear, generar, desarrollar un nuevo mundo de contenidos para la sociedad y sus miembros, que no solo hablen de lo ético, del respeto, de la inclusión, de la igualdad, sino que promueva entre las personas la posibilidad constructiva de un mundo mejor, que incluye cada día a las personas, que reconoce a sectores de la sociedad con todos sus derechos como a los pueblos indígenas,. Es mundo diferente que edifica la revolución bolivariana.

Y si seguimos revisando, nos encontramos ante reiterados programas de todo tipo que arrojan poca luz sobre la ideología ni la profundidad del hecho revolucionario bolivariano, el cual ha traspasado las fronteras venezolanas.

El ejemplo más sencillo que podemos señalar es que, a estas alturas, luego de 16 años de revolución, se siguen haciendo las mismas cosas de antes, aunque con pequeñas variaciones. No tenemos, por ejemplo, un concurso, dos o tres, de conocimientos, especialmente concebidos para la gran mayoría estudiantil que tenemos, donde participen los estudiantes de modo individual o colectivo.



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Pedro Estacio


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