Habida cuenta de que durante dos milenios en el mundo y en España sólo se habla de malas noticias, el Gobierno español, con la colaboración de la Asociación Española de la Prensa, va a emprender a partir del 1 de enero de 2020 mediante una ley, una iniciativa singular. Se trata de un ensayo sociológico de alcance aprovechando la redondez de los dígitos del año que empieza en cuestión de días...
A partir de esa fecha todos los titulares de todos los periódicos, todos los informativos de todas las cadenas de radio y todos los telediarios de todas las cadenas de televisión deberán ceñirse exclusivamente a las buenas noticias. En la exposición de motivos de esa ley, se recogen los argumentos de la OMS en cuya virtud la salud mental de los españoles está cayendo peligrosamente por asimilar cada vez con mayor dificultad las malas noticias, lo que se une al bajísimo nivel del cociente intelectual (edad mental dividido por edad cronológica, multiplicado por cien) de la población española que, según un estudio, desciende de manera alarmante desde 1970.
A partir de la fecha indicada los noticiarios y titulares sólo podrán informar de los hechos y datos positivos... si los hay. La disposición transitoria de la ley, a vía de ejemplo, adelanta algunas de esas buenas noticias...
La temperatura global del planeta ha descendido 1 grado, de manera que para dentro de un siglo los niveles de contaminación que comenzaron en la Era industrial y las ventosidades de las vacas, revertirán a los que había al inicio de la época y volverán a ir ascendiendo hasta alcanzar los de hoy en el espacio tiempo de otro siglo entero.
La lucha contra la mendicidad ha terminado. Ya no queda ser humano alguno nacional o inmigrante que no disponga de alojamiento o albergue donde refugiarse, y de la alimentación y la sanidad necesarias para llevar una vida digna similar a la del resto de sus congéneres.
El tráfico rodado del coche particular, en las grandes ciudades, ha descendido a prácticamente cero. En su lugar circulan con rapidez y eficacia todos los medios de transporte público, haciendo las delicias de la ciudadanía.
Se ha conseguido superar completamente la violencia de género. A partir de la fecha de referencia la mujer cuenta con todas las garantías para poder cebarse en el maltrato del macho, si así lo desea.
El pleno empleo es un hecho. Millones de desempleados están ocupados en la limpieza y adecentamiento de todos los montes, ríos, lagunas, lagos y mares que circundan a la península y a sus islas.
Todos los políticos han jurado no decir y desdecirse por sistema, para no poner de los nervios a la población española que les presta atención.
Han abandonado las puertas giratorias todos los enchufados de las empresas energéticas, que saludarán desde la televisión española a la ciudadanía a comienzos de año.
La clase política ha llegado a un acuerdo global para no despellejarse unos a otros sin necesidad. A partir del 1 de enero se elegirá una fecha para celebrar en el mismo Congreso de los Diputados el armisticio logrado entre todos los partidos, con la amenización de los Coros y Danzas y una copa de vino.
El gobierno español ha cedido tal número de competencias a Catalunya, que estudia la posibilidad de situar en Catalunya el centro neurálgico del Estado español.
La Conferencia Episcopal acaba de arrepentirse de las inmatriculaciones practicadas a desgallo, y los obispos extravagantes rectifican todoslos disparates vertidos a lo largo de los últimos cuarenta años sin pestañear.