Cierre y desmantelamiento de emisoras además de silenciar a W. Martínez, Vivas Santana y N. Evans

No han faltado más desavenencias para los venezolanos en estos tiempos de crisis de pandemia mundial por el Covid 19 y la hiperinflación que presenciar casos sumamente delicados de medios radiales y televisivos en la que es notoria las desincorporaciones, incluso, hacia personajes que han mantenido programas que marcaron pauta por muchos años de manera didáctica y espontánea. Otros viven y padecen las consecuencias producto del desmantelamiento de sus equipos en emisoras sin saberse las razones y el destino de lo sustraído por organismos de seguridad del Estado.

De igual manera la disidencia se ha cobrado la libertad de personas que han utilizado algún medio electrónico para expresar todo tipo de malestar o simplemente exponer motivos en desacuerdo a la manera como se ejercen acciones políticas desde las esferas del poder central en Venezuela, esto con mayor énfasis en épocas recientes.

Obviamente hay medios y personajes que han sido coaptados con tal sus propias argumentaciones y formas de llamar la atención de propios y extraños ahora repentinamente quedaron sin efecto. Todo esto nos resulta bochornoso y paradójico por cuanto sectores inherentes a la oposición en donde se sabe hay individualidades que se pasan por actuaciones intratable, son vistos muy campantes a donde quiera asistan.

Por tal razón es necesario que quienes nos hemos incorporado a la labor de informar, educar, orientar y entretener a través de un medio de comunicación de masas se nos respete cabalmente pues, no se explica que contingentes de uniformados y otros tipos de policías mostrando sendas chapas se movilicen como si estas emisoras alojara en vez de locutores y músicos a personas sin preparación, o mejor, al parecer, como si se tratase de delincuentes.

Desde el Frente de Comunicadores Willian Lara, en donde hemos tenido que tratar este tema delicado y con tacto revolucionario, expresamos rechazo hacia aquellas acciones que lesionen y perjudiquen el buen ejercicio de poder comunicar en libertad y no se sigan cometiendo arbitrariedades que por otra parte empañan el ejercicio de la democracia como hasta ahora resultan los casos de Walter Martínez, Javier Vivas Santana, Nícmer Evans y emisoras como Nostálgica 88.5 FM, Alcaraván 99.9 FM y Original 90.9 FM (región central).

Por supuesto reconocemos el logro por parte del Gobierno Nacional el transitar por un ambiente de paz luego de las acciones vandálicas, fascistas, terroristas y golpistas por parte de grupos élites de la oposición criolla pero el que ahora sean perjudicados interlocutores de medios y/o trabajadores radiales con cierto poder de sintonía aplicando, en unos casos, la Ley contra el Odio y en otros un simple cierre sin justificación grave es cosa para revisarnos a fondo. Esperemos resulte ganadora la sindéresis mediante los buenos oficios.

 

(*)Bridator2@gmail.com

 

 

 

 



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Brígido Daniel Torrealba


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