Todos los días desde las 5 de la tarde, de manera religiosa cloacavisión, (léase globovisión), realiza unas llamadas encuestas, vía telefónica o mensaje de texto con preguntas, tan técnicamente mal elaboradas y con un sesgo más que evidente, que no aguantan un estudio metodológico de un principiante en el campo de la evaluación y de la estadística.-
Son interrogantes especialmente dirigidas a un sector de disociados, que se desnarigan por satisfacer su odio y rabia contenidos, contra lo que según ellos el pueblo venezolano padece con esta atroz dictadura de Hugo Chávez, tan dictadura que se pueden dar el lujo de ofender la majestad presidencial con mensajes de texto que en una tiranía no podrían salir al aire sin que inmediatamente fuesen reprimidos los medios que se atrevieran a publicarlos.-
No se cansan de lanzar interrogantes que ellos llaman encuestas, en las que a cada actividad de gobierno pretenden ridiculizar, mediante un bloque de preguntas con las que prácticamente insinúan al televidente cuál deben escoger.-
No en vano jamás una encuesta tendrá un resultado favorable a la obra de gobierno, no sólo por la forma tan empírica de elaborar las preguntas sino porque seguramente filtran los mensajes a fin de que sólo se vean en pantalla lo que a ellos les interese.-
Y qué decir de las llamadas, en carne propia lo viví. Lo hice para probar pero además, si podía salir al aire decirles unas cuantas verdades; un buen día sin mucho esfuerzo, lo que indica que eso de que se congestionan las líneas es pura farsa, logré la comunicación, me pidieron mi cédula y me dejaron esperando tanto tiempo que me tocó colgar el teléfono y deducir que casi con toda seguridad habían buscado mi cédula en la lista de Sumate y al confirmar que no había firmado en el Referéndum, fui vetado sin contemplaciones, otro día un compatriota llamó y dio el numero de cedula de un firmante lo pasaron al aire sin problema, pero como realmente no se había preparado para decir algo, optó por colgar el teléfono lo que sirvió para comprobar lo irreal y falso de este bodrio de programa cuyo nombre es “Aló ciudadano” que debería llamarse: “Aló disociados” y que es un monumento a la mentira, a la descalificación, es una tribuna para que un grupo de carcamanes de la política anclados en un pasado de añoranzas concurran tarde en tarde a lanzar pestes contra la Revolución y contra el Gobierno Bolivariano que enterró con votos, en un hoyo bien profundo, las organizaciones políticas que habiendo tenido la oportunidad de hacer de este país un territorio de vanguardia en el concierto regional y mundial, lo que hicieron fue hundirlo en la más espantosa miseria, abandono y exclusión.
No les queda otra alternativa que recorrer como los creyentes, en un vía crucis permanente, estación por estación, pantalla por pantalla, emisora por emisora, buscando vomitar su frustración y odio contra todo lo que el pueblo venezolano, en su gran mayoría aplaude y apoya, simplemente porque no es ciego ni sordo, y está en la capacidad de discernir y comparar lo que fuimos con lo que somos y darle a cada quien la razón que estará siempre con quien con hechos y realizaciones demuestre su apego a las promesas que un día expuso al pueblo y cumplió, por lo que le ratificamos nuestra confianza con más ganas y en mayor número, lo cual para los disociados y disociadores es algo imperdonable y entonces se empeñan por todos los medios lícitos e ilícitos, en cambiar un estado de cosas que va a permanecer avanzando con paso firme hacia el futuro, hagan lo que hagan, digan lo que digan, apóyense con quien se apoyen, reciban dólares de quien reciban, griten lo que griten y remuérdanse lo que se remuerdan