El día llegó y en Venezuela la señal de un canal privado comercial fue sustituida por la de otro de propiedad y producción social. Se ha repetido hasta el cansancio que según las reglas de juego de la democracia eso es totalmente legal y hasta normal, pues esa señal es del estado, del pueblo.
Por tanto los que han ganado las elecciones 60 a 40% tienen todo el derecho a no renovar la concesión de tal frecuencia y a disponer de ella según las preferencias de la mayoría. Especialmente en el momento que se comienza a caer en cuenta de la función fundamental que tales medios juegan en la formación mental de la mente colectiva.
Pero resulta que ese 40 y 60% se realimentan, autoafirman y estimulan virtualmente de diferentes circuitos cerrados de información y cada uno interpreta los mismos hechos según su sistema de intereses, visiones, hábitos y creencias, temores y deseos, expectativas proyectadas sobre el paisaje.
Con lo cual se crea inevitablemente una creciente polarización que genera elevados niveles de tensión camino de explosiones violentas, ya que todos conocemos los fenómenos emocionales de masas que desbordan los umbrales de la vitalidad difusa y la razón habitual. Se ha llamado democracia a estas reglas de juego por las que nos regimos en nuestros tiempos “modernos” pese a que su concepción data de la Grecia milenaria.
Poniendo en evidencia como las ideologías a veces requieren miles de años para conductualizarse o implementarse en el mundo y terminar convirtiéndose en experiencia cotidiana en pueblos muy alejados de aquellos que las concibieron.
Pero en los hechos la democracia o poder del pueblo, si bien ha sido superadora de concepciones y organizaciones sociales anteriores, ha resultado imperfecta e insatisfactoria para lo que se proponía superar o lograr. Hoy decimos que el pueblo es sabio. Díganme por favor uds. quién es “el pueblo”, ¿el cuarenta o el 60%? ¿Y qué es el resto?
Eso en una población altamente polarizada políticamente como es hoy en día la venezolana. Qué decir entonces de otros electorados donde los candidatos ganan con el 34% sobre e el 26, 22 y 18% por ejemplo. ¿Quién es allí el sabio pueblo? Se dice metafóricamente que se es el presidente de todos los venezolanos por ejemplo.
Pero tú ganas con un proyecto que has de ejecutar y no es el que votaron todos. Así que la dirección de tu gobierno necesariamente contrariará a un buen número de ciudadanos. Y si esos ciudadanos no aceptan ni respetan las reglas del juego democrático entonces el país resulta ingobernable.
Si además tomamos en cuenta que hoy los intereses económicos, la concentración de capitales es corporativa y global, que las instituciones que regulan tal juego son internacionales, queda en claro que existe un paragobierno que condiciona nuestro desempeño económico cotidiano desapercibidamente. Por lo cual si la dirección de tu plan de gobierno desafía esos lineamientos es inevitable la confrontación entre el viejo discurso inoperante de las soberanías nacionales o populares.
Hoy asistimos entonces a una creciente polarización de intereses para la cual toda explicación racional resulta inútil porque reaccionan visceralmente según programación. Si proyectamos esa polarización a nivel internacional llegamos a la paradoja de que el mundo o la sociedad humana, la conciencia colectiva se ha convertido en un enfrentamiento global sectario.
Que no es sino una magnificación del enfrentamiento entre tu y yo. Porque es el modelo mental que expresamos desapercibidamente en lo cotidiano, es la siquis escenificándose. La confrontación en este caso de rescindir un contrato a un medio privado de comunicación se combate con la idea de libertad de expresión violentada.
Pero solo es un enfrentamiento puntual del contexto o modelo mayor democrático que se muestra inoperante y que inevitablemente conllevará a un enfrentamiento planetario en todos los ámbitos. Los medios de comunicación masivos de propiedad privada, ¿representan la libertad de expresión?
Bueno hay que verlo, porque también pueden representar y efectivizar su secuestro puesto al servicio de la continuidad de los intereses de sus dueños. No está demás el dato de que este canal facturó en preventa publicitaria en el 2006 trescientos sesenta mil millones de bolívares y para este año se calculaban más de cuatrocientos mil, más de medio millón de dólares diarios.
En este caso se propuso la sustitución legal por un medio de propiedad, producción y comunicación social, que bien organizado debería representar lo más cercano a la verdadera libertad de expresión tal cual la concebimos para defender los intereses de todos.
Pero aún así hay que preguntar, ¿hay libertad de expresión cuando no podemos satisfacer nuestras necesidades? Es suficiente decir lo que quiero cuando no tengo alimento, atención sanitaria, derecho a estudio para desempeñarme en una sociedad de la información.
Porque hay que dejar en claro que la sofisticada tecnología y organización social son la resultante histórica de la acumulación de experiencia y conocimiento de todos los pueblos, razas y géneros. No estamos hablando de cosas azarosas sino de intencionalidades, de responsabilidades plenamente humanas, de las cuales la presente situación es la resultante inevitable.
Una transnacional concentra capitales mayores muchas veces que los PIB de varios países y puede por tanto teóricamente comprar tierras, empresas, servicios y medios de comunicación. Cuando ejerce libre e indiscriminadamente sus poderes sin ninguna responsabilidad social ni ambiental, ¿quién es entonces el pueblo, cuál es la libertad de expresión, quién hace respetar los derechos a satisfacer dignamente las necesidades?
Ahora se dice que en Venezuela se ha violentado la libre expresión y los nostálgicos lloran por una empresa que representa y divierte al pueblo venezolano hace cincuenta y tantos años, piden por favor a su presidente que respete la libertad de todos. Si, lo digo en serio, lloran ante las cámaras y suplican de rodillas levantando las manos en señal de sumisión no violenta.
Y luego van a casa a mirarse como salieron en TV, porque como dije unos ven y leen solo un tipo de noticias y los otros tienen sus propios medios de información y no se enteran si quiera lo que estimula y realimenta la otra mentalidad, festejando con bailes y cantos el nacimiento de una nueva televisión. Luego se eligen los capítulos a exportar al exterior.
Es una transición entre modelos de comunicación que es influenciada y observada por todo el mundo, porque si logra atravesar las alteraciones iniciales y generar un producto satisfactorio, abrirá toda una nueva e incontenible era.
¿Qué hace un gobierno que triunfa con un programa de producción y propiedad social con las corporaciones privadas y el porcentaje de la población que no está de acuerdo? Estos días escucho a los estudiantes decir que nadie los consultó sobre el cambio de canales y que ellos quieren ver el canal que les venga en gana.
Yo no me burlo porque fui estudiante, participé en manifestaciones e hice cosas propias de tal edad y no me las olvido para ponerme ahora en posturas solemnes. Pero hoy tengo que decir que no existe tal democracia que pueda hacerle el gusto a todos y cada ciudadano, aún no la hemos concebido, inventado, y no son esos los principios que nos rigen.
Sucede que ahora son las clases de mayores recursos que van a universidades privadas las que salen a manifestar y lanzar piedras, quemar cauchos bloqueando el tráfico de calles y autopistas, atentando contra la propiedad privada y derechos civiles por los que dicen luchar. Los padres, rectores de universidades y gobernadores dicen sentirse orgullosos de sus muchachos luchando por la libertad. Exigen su libertad inmediata y ponen abogados por doquier para defender a los detenidos.
Obviamente todo este tipo de manifestaciones no tiene más objetivo y posibilidad que alterar las rutinas diarias, y dados los intereses internacionales ya citados pueden esperarse diferentes variables para hacerlo sostenible. Ya que de otro modo decaería de naturalmente si no se lo estimula, si no se atiza y alimenta el fuego.
En unos días comienza en Venezuela la Copa América de fútbol sudamericano, y eso pone un buen escenario a exportar alteraciones del orden, para vender una imagen prefabricada, uno de tantos reality show.
Hay que comprender que en el momento que se patentan nuevas semillas, derechos intelectuales y se pretende privatizar el agua, declarar las frecuencias de los medios de comunicación un bien que administra el pueblo poniéndolo además realmente a su alcance y participación directa, sienta un precedente muy peligroso para ese tropismo de apropiación y concentración creciente de poder. Justamente por eso la batalla es global y en todos los frentes.
Comparto con uds. un chiste que termina de llegarme. Parece que hubo un error y un alto político llega al Cielo, San Pedro no tenía experiencias al respecto así que decidió ofrecerle un día en el infierno y otro en el Cielo para que ejerciera su libertad de expresión. Primero lo llevó al infierno donde fue recibido por el mismo diablo en persona.
Una agradable y simpática persona que lo llevó a un campo de golf donde todos sus antiguos amigos jugaban un partido. Todos se abrazaron alegres y luego se fueron a una comilona matizada con hermosas y liberales muchachas. Cuando quiso acordar ya el día había finalizado y San Pedro venía a guiarlo ahora hacia su experiencia celestial.
Allá paseó entre nubes y angelitos tocando el arpa hasta que nuevamente se agotó el tiempo. Entonces tuvo que hacer su libre elección. Pese a que había disfrutado mucho el Cielo prefirió quedarse en el infierno. Al llegar allá se encontró con un negro y autoritario diablo que lo condujo a un desierto donde todos sus amigos recogían excremento. Sorprendido preguntó qué había sucedido con el verdor y la alegría del día anterior. “Ayer era día de elecciones hermano, hoy ya votaste”, fue la respuesta.
Escribo este artículo desde Venezuela. Aquí tengo amigos de toda la vida, de todos los colores, creencias, de ambos géneros. Aquí no me sirven las ideologías de lo que está bien y mal, no me sirve tener la razón. Porque aprecio y quiero a todos y mi corazón se estrella y parte ante la incomunicación e incomprensión de los bandos o sectas.
No tengo respuestas o ideologías hechas para compartir. Solo puede decir que mi corazón y mi pensamiento no se reducen a la inmediatez de los intereses cotidianos, a relatividades siempre cambiantes. Miro a la lejanía y me parece comprender que solo la generosa solidaridad puede abrirse camino y construir modos de vida amables, pacíficos, alegres, disfrutables, sostenibles.
La experiencia me ha enseñado a no creer en instituciones perfectas o verdaderas. Me da la impresión que ese es uno de los errores que se generan poniendo todas las referencias afuera, en las cosas. Olvidando que todo valor es y proviene de la conciencia.
Si tuviera que hablar de lo verdadero diría entonces que ha de ser resultado de la afirmación de lo mejor del ser humano en cada elección que ha de realizar. Porque humana es la intención, la elección, la decisión y la conciencia que ejerciendo, ejercitando esas cualidades se desarrolla.
Mientras que cuando decimos por ejemplo que siempre ha habido pobres, nos estamos desentendiendo de nuestras elecciones, de nuestra responsabilidad, de nuestra capacidad y poder para transformar el entorno, de los resultados de nuestras acciones. Nos estamos deshumanizando, cosificando nuestra conciencia y el mundo que concebimos y construimos.
Quiero sintetizar y terminar el artículo con las palabras de un insigne ser humano que hizo de sus palabras acción y forma de vida. No hay caminos a la paz, la paz es el camino. Ghandi.
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