Dictador de la Democracia representativa

Ahora que una minoría está en la calle, expresión de la inconformidad de un privilegiado grupo y el interés de la CIA, protestando porque a RCTV no se le renovó la concesión, es bueno refrescarnos con la historia que sigue. Porque es bueno saber lo que es una dictadura.

A plena luz del día, la policía asaltaba viviendas donde sospechase hallar algún adversario del régimen. Y era una forma represiva para advertir a la gente lo que le esperaba si se atrevía a solidarizarse con quienes le hacían resistencia.

Los dos jóvenes habían estado toda la noche pintando consignas de: "Renuncia R" (Renuncia Rómulo), "Viva Cuba" y otras que consideraban necesarias. Cansados, decidieron dormir en casa de uno de los dos.

El jefe policial, el mismo que allanó ilegalmente la UCV e inundó los pasillos de la residencia universitaria con ramas de marihuana, que al día siguiente la prensa reportó como un "lamentable hallazgo de las fuerzas del orden", penetró con violencia la vivienda, y con dos de sus hombres, irrumpió en el cuarto donde los dos jóvenes dormían; sobre éstos, vaciaron sus armas y sus instintos criminales. Los dos muchachos, casi niños, estudiantes de ingeniería que soñaban con héroes y justicia, nada supieron de aquel procedimiento brutal.

Todo empezó cuando el gobierno se ganó el rechazo popular. Tanto que, hasta la gente más activa y lúcida de su propio partido, se unió a las manifestaciones multitudinarias que, en la calle, protestaban con furia y coraje las políticas lesivas al pueblo y al interés nacional.

Ante eso, el gobernante usó los medios audiovisuales y la prensa escrita, no para explicar al pueblo la validez de sus medidas e invitarle a acompañarle y rodearle. No tuvo palabras ni buena fe para eso Esos medios de comunicación casi los mismos que hoy se ensañan contra Chávez, se plegaron a la furia del gobierno. Para el jefe del ejecutivo, el pueblo era una entelequia, esa fue la palabra que usó, y por ello no había nada que explicar. Al final, como un dios del mal, ordenó a la policía: "disparen primero y averigüen después". Por esta orden macabra, las fuerzas represivas salieron desaforadas a la calle, entraron en las casas, subieron a los cerros y se llegaron hasta donde hubiese cualquier grupo de manifestantes a disparar a mansalva. Y los muertos se contaron por montones.

Y toda literatura que se encontrase en vivienda alguna o local allanado; libro que portase cualquier ciudadano detenido, sospechoso enemigo del gobierno, se le calificaba como literatura subversiva. Así fue subversivo Pablo Neruda, Franz Kafka, García Lorca, Jean Paul Sartre, para quienes ciertas razones había, pero también llamaron de ese modo a otros que nada tenían que ver con el asunto, como compañeros de la gente del gobierno, Andrés Eloy Blanco y Rómulo Gallegos. Y ese proceder, que prendió una pequeña guerra en el país, propio del gobierno de Pinochet, ya sabe usted lector, caracterizó a Rómulo Betancourt, a quien curiosamente llamaron el padre de la democracia.

pacadomas1@cantv.net


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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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