Salir a las calles y ver televisión en Venezuela, implica dos realidades muy opuestas como visión de país, en la primera, la imagen real de un pueblo, incluido en los derechos elementales y fundamentales de la vida, que fueron cercenados por años, y que ahora sale a la calle a defender estos logros, gritándole al mundo: ¡esta es nuestra revolución, somos libres y soberanos! en la segunda, el maquillaje que se le imprime a un libreto mediático y virtual, donde jóvenes arrodillados y brazos arribas, rememorando escenas de películas de los años 70, que luchaban por la paz y el retiro militar estadounidense de Vietnam, ahora en Venezuela, sale un pueblo económicamente privilegiado por siempre, a manifestar por sus intereses mezquinos, alimentando al ambiente para una guerra y en oscuras andanzas de revertir la inclusión, para tratar de sectorizar nuevamente el país hacia el poder económico y oligárquico....diría Lennon: “hay que darle un chance a la paz”. Estos jóvenes piden a gritos a los invasores del mundo, intervenir a Venezuela?... ¡Qué tristeza, qué vergüenza!
Los golpistas, traidores, fascistas, racistas, explotadores, son expertos en mentir, no hay ambages en ese lenguaje lleno de ambigüedades, tratan de imponer ideas retrógradas, lo que en el pasado resultó ser, un intento por entregar a Venezuela, llenando de miseria a un pueblo, envenenado de transculturación, de consumismo y exclusión social...Durante años, las universidades públicas albergaban en sus aulas a niños de alto extracto social, con el último modelo de carro, y muchos, repitiendo año tras año, conculcando así, el derecho y el sueño de estudiar, a jóvenes de escasos recursos... Resulta una paradoja la realidad que vivieron muchos estudiantes de sectores populares, destinados a ocupar los institutos tecnológicos en su mayoría, y en algunos casos, universidades privadas altamente costosas. Ese filtro llamado prueba de aptitud académica, tenía mucho que ver...donde se ponía a competir por un cupo, a jóvenes que estudiaron su bachillerato muchas veces con el estómago vacío, aparte de otras carencias, a la par de “niños bien” apadrinados, que se jactaban muchas veces de beber licor y ser asiduos comensales de cadenas de comida rápida al salir de clases, ...evidentemente que las ventajas numéricas estaban muy por encima, no por ello, las realidades intelectuales. Aún por estos días, muchachos de aquella época, luchan actualmente por obtener un título de pregrado universitario, victimas de ser marginados todavía, como empleados de segunda en el sector privado.
Esto de las marchas de los universitarios, pasa a ser una especie de moda para los niños de “papá”, ávidos de una experiencia inédita en ellos, el encuentro de las calles, con la realidad virtual de sus “legítimos derechos” de violentar las instituciones, el libre tránsito, el pacífico derecho a desestabilizar, el derecho al libertinaje de expresión, y su derecho a las transmisión de enlatados violentos y novelas para “tierrúos y marginales”...necesitan justificar imágenes ante el mundo para Globovisión, CNN, Fox, RCN, Antena 3, etc...para eso, celulares, filmadoras, cámaras y mucha manipulación. Si antes hablaban de resentidos sociales, de quienes justificadamente exigían un derecho al estudio, al pasaje estudiantil, a los comedores, a la inclusión, y que, como respuesta, llevaban plomo...pero de balas verdaderas, de las que cegaron muchas vidas útiles, ¿cómo podremos llamar entonces, a estos jóvenes de ahora, afectos a la oposición, que claman libertad de expresión?...pero “MADE IN USA”...la del sueño americano.
No es justo como voltean la Bandera Nacional e intentan voltear la patria, para pedir al mundo imperial que destruya nuestro suelo, por eso, no es justo tampoco ceder los espacios a este grupo de aprendices políticos, con apenas un ápice de conocimiento de nacionalismo, prestados al juego mediático, y que suponen ellos, serán la generación que se levantará, para elevar la lucha política que en el mismo libreto manejaron los últimos de la fila cuartarepublicana: López, Radonski, Borges, Marquina, Liliana y cuanto camaleón surge del casting de los medios de comunicación privado. Si hace un tiempo tuvieron las parabólicas, convirtiéndose para la televisión venezolana en “antiparobólicos”, tienen el legítimo derecho de usar tv por cable, para ver desfilar a nacionales como Chataing, Bustamente, De la Vega, Wetter, Kosán, Rincón, Calazadilla, Sandra, Astrid y una larga lista...o es que, debe ser necesariamente una televisión venezolana para la chusma, y otra para la “HIGH SOCIETY”. Marcel dice- que no es rentable la señal por cable- ¡cosa extraña en verdad!, lo que representa la rentabilidad para él, son las lágrimas utilizadas por excelentes actores que se prestan a su juego...Alternativas hay...cooperativas para proyectos independientes, canal por suscripción, las puertas abiertas de Tves como nuevo canal...porque, triste es que se guinden a los intereses de las productoras internacionales de 1BC, que por cierto, tiene comercializada una novela actual, a mas de 17 países, y que seguramente, nadie saldrá a defender, cuando surja el derecho de pago por royalty, de trabajadores que participen en ella. Por cierto, sería bueno saber quien regula los mensajes de textos en televisión que envían los televidentes, ya que generan buenas ganancias a los canales, y no siempre son publicados en pantalla por la tendencia política de quien los expresa, sobre todo de los afectos al proceso revolucionario, a pesar de que si los cobran. ¡Capitalismo puro, capitalismo salvaje!...Bastante trabajo que tienen los medios de comunicación, distrayendo la atención hacia Venezuela, para desinformar con lo que ocurre en Irak, en Haití, en el Medio Oriente, o en la descomposición social de la sociedad norteamericana. ¡Una cosa es RCTV y el derecho legítimo a manifestar, y otra cosa es vender a Venezuela en una traición...eso lo repudiarán las generaciones del futuro!
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