Dice el refrán que quien nace barrigón ni que le fajen chiquito. Los violentos, aunque lleven camisa de fuerza, en cualquier momento se la quitan.
Los venezolanos no solemos ser muy pacientes. Y los cursos del IAE (Instituto Albert Einsten), cuya técnica suplió a la rudeza inmediatista del Pentágono y la CIA, si bien recomiendan paciencia y fingida delicadeza, no descartan pasar a la fase violenta. Porque en fin de cuentas, de lo que se trata es acabar con gobiernos que a gringos, grupos econòmicos y èlites locales no convienen; y siendo así, si una vaina falla, habiendo cubierto varias fases del plan, hay que pegar con el tobo si necesario es; porque no se tumba gobierno que pueblo, ejército y la gente sensible apoyan, con marchas de seminaristas, muchachitas sonrientes que reparten claveles rojos y carajitos y hasta viejas que deben enarbolar símbolos por recomendaciones de la IAE, que contrariados por no portar la bandera gringa (un cambio en el guión), llevan la nuestra pero invertida. Entonces hay que provocar un estallido de alguna forma y en cualquier parte. Si no la vaina no camina. Y en esta táctica está previsto la búsqueda de por lo menos un muerto. Y tiene que ser del lado de ellos, aunque sea cruel y necrofìlico. Porque policías gravemente heridos, que desarmados tratan de persuadir a la oposición ensayada por la IAE, no valen para convalidar la idea que el gobierno es represivo. Y esto, a los del plan del golpe suave, les arrecha en demasía y les saca de quicio.
¿Por qué Globovisiòn provoca tanto? ¿Por qué corre el riesgo de desmentirse ella misma, diciendo que aquí no hay libertad de expresión, atizando protestas, calumniando, inventando de todo, insultando a diestra y siniestra y asegurando cuánta cosa se le ocurre? Porque dueños y gerentes del canal quieren que a éste cierren; por eso actúan de la forma que lo hacen para ver si incendian al país.
Ese montaje es un refrito; una película gastada; no es un peine sino una peineta grande que de lejos los dientes se le miran.
Pero como las fuerzas policiales y el pueblo civil y militar que sustentan al gobierno el juego han descubierto, los opositores la paciencia están perdiendo y tienden a volverse muy rudos. Aunque, si uno es justo, debe admitir que lo de suave es un decir. Combinan agresiones con inesperadas gesticulaciones de paz y armisticio, es un actuar espasmódico y en estos juegos han herido a buen número de agentes policiales.
Pero el muerto que buscan no lo encuentran; por esto y porque el plan made in USA aquí no les funciona, no tardarán en intensificar la violencia. Globovisiòn está tirando el resto para agregar dos elementos nuevos a fin de crear un caos que sirva para pedir otra vez que invadan al país. Y no acaban de entender que el estallido popular que buscan podría resultarles un tiro por la culata. Es una mina enterrada y sin registro en los mapas.
Afortunadamente la ultraderecha interna, la CIA, la embajada americana y la IAE, se equivocaron de país, o por lo menos de momento histórico.
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