Un nuevo mundo emerge del silencio y el olvido

Hombres de plástico

Los ruidosos medios de comunicación masiva chirrean obsesivamente en manos de los que sembraron la miseria en el continente y el mundo. Intentando enceguecernos, ensordecernos, estupidizarnos, del mismo modo que nos hambrearon y se apropiaron del conocimiento manteniéndonos ignorantes.

Tal vez el motivo de su desesperación sea un hombre que utiliza uno de esos mismos medios para discurrir pedagógicamente, enseñando a su pueblo lo que ha ido aprendiendo, a medida que iba perdiendo la ingenuidad de sus buenas intenciones iniciales en el camino del intento

Hablamos de Aló Presidente donde el Señor Hugo Chávez cada domingo hace un recuento de las obras en inicio o realización, pero sobre la marcha va notando limitaciones, imaginando, creando, corrigiendo. En esos programas va emergiendo un país del silencio y el olvido, se va dibujando la nueva visión de un pueblo que se abre camino entre el ruido de la desinformación.

En las últimas semanas pudimos asistir a la revolución agrícola, una planta procesadora de maíz de tecnología iraní, una cosecha que junto con la de arroz que comienza, ya abastece las necesidades de alimento nacional. Todo ello acontece reforma agraria mediante, donde antes reinaban los improductivos latifundios de los señores feudales y sus siervos. Donde el tiempo se había olvidado de circular, salvo para las penas que se estiraban como si fuesen elásticas.

La revolución nacionalizadora del hierro y el acero, del petróleo, el gas y la petroquímica. Donde antes nos robaban las materias primas devolviéndonos productos terminados al precio que ellos fijaban. Este desarrollo implica fuentes generadoras de energía, carreteras terrestres y fluviales, ferrocarriles, ciudades completas con todos sus servicios, educación especializada para cada iniciativa, tecnología apropiada, fuentes de alimentación y cuidado de la salud.

Si algo hemos aprendido de la historia y las presentes circunstancias del medio ambiente y la organización social, también ha de exigir el desarrollo equilibrado con las leyes de conservación del ecosistema y la corrección de la dirección de explotación, que por acumulación nos conduce de nuevo a las cavernas y la barbarie.

Por eso este desarrollo se plantea en términos de empresas de propiedad y producción social, con todos sus servicios gratuitos. Se organiza en Consejos y Bancos Comunales que reciben un 10% mínimo del presupuesto anual del gobierno, para hacerse cargo de las necesidades de sus comunidades. Las comunidades son núcleos que se reúnen en las Comunas cual células, estas en Ciudades Comunales que se asocian en Federaciones o Provincias Comunales.

Simultáneamente se desarrolla y configura el PSUV, (Partido socialista unido de Venezuela), que está formado por seis millones de aspirantes organizados en batallones, que eligieron este 29 de septiembre siete voceros de cada batallón del PSUV en todo el país. Los siete voceros elegirán el 13 de octubre, una persona, que representará a su batallón en el Congreso Fundacional del nuevo partido político, a realizarse el 20 de octubre, totalizando 1677 delegados.

Ellos serán de acuerdo con sus batallones los que escojan sus representantes para las siguientes elecciones. Que serán todos revocables por referendo popular a mitad de su mandato si no cumplen con la propuesta colectiva emergida de sus bases.

Todo ello y mucho más recoge y plantea de estos ocho años de intento y experiencia la novel reforma, para que quede incluido en la constitución y solo sea revocable mediante referendo popular. Todo ello ha debido realizarse en su gran mayoría por fuera de las instituciones heredadas y por decreto presidencial, pues la burocracia y la corrupción lo imposibilitaban.

Para dar solo una idea de lo que esto representa puedo decirles que de una empresa petroquímica abandonada para privatizarla luego a precio de baratija, que debía importar casi la totalidad de las necesidades del país, ahora casi nos auto abastecemos. Pero para el año 2013 proyectamos ser los primeros productores y exportadores de Sud América.

Lo cual representa 100 mil millones de dólares anuales de ventas, de los cuales 20 mil quedan por concepto de impuestos en el país. Se construirán más de 50 empresas de estas a lo largo y ancho del territorio cual polos estratégicos de desarrollo de las áreas deprimidas, abandonadas a su suerte. Otra pequeña muestra de lo que esto representa es que PDVSA, la mayor empresa del país ocupa unas decenas de miles de obreros, mientras que la petroquímica Pequiven, generará entre 700 mil y un millón de empleos.

Como contraste quisiera pintarles una escena de la gesta libertadora del imperio español hace ya doscientos años. Cuando indios, esclavos y mulatos volvieron de dar su sangre y vidas por la patria grande, la Gran Colombia y fueron traicionados y dejados a su suerte por los que se habían quedado tranquilamente en casa haciendo “negocios”.

Los mismos que asesinaron a los próceres libertadores y echaron a Bolívar de Venezuela, para que terminara muriendo enfermo y decepcionado, apátrida, en la solitaria compañía de un esclavo liberto que nunca quiso abandonarlo.

Asesinados y expatriados porque luchaban por un sueño de igualdad y justicia, querían libertad y tierras para los esclavos. Esos mismos esclavos que volvieron desangrados a compartir la miseria e ignorancia con sus familias, habiendo luchado y muerto por nada.

Esa es la patria, la América que heredamos y que nos ponemos hoy sobre los hombros para potenciarla al justo lugar donde merece estar. Al futuro libre, igualitario y verdaderamente humano que soñaron aquellos grandes hombres y que hoy renace en nosotros, sus herederos. Tal vez no deba entonces sorprendernos que para realizar todo esta titánica gesta en solo 8 años hayamos soportado y derrotado pueblo y ejército unidos, el embate de golpes de estado, boicots petroleros, agitación y violencia callejera instigada continuamente por los medios masivos, que no tienen problema en usar nuevamente la ingenuidad del pueblo y estudiantes, para convertirlos en enemigos de sus propios intereses y carne de cañón de intereses ajenos.

Al fin y al cabo solo es la continuación de la misma historia, esclavos físicos y sicológicos del hambre y la ignorancia que se visten y son usados según la moda de los tiempos. Luchadores que dan su vida por un sueño para luego volver y encontrarse desprotegidos, abandonados, traicionados y librados a su suerte.

Tal vez la única diferencia es que hoy las circunstancias globales hacen que estemos reescribiendo la historia concientemente y descubriendo donde nos engañaron vilmente. Por ello es todo un continente, todo un planeta el que despierta del silencio histórico y son las fuerzas imperialistas mundiales, corporativas de destrucción del ecosistema orgánico, enemigas de la vida, las que reaccionan salvaje y desesperadamente intentando evitar lo inevitable, ahogándonos en una orgía de muerte.

Claro que no todo es una tragedia, ser subdesarrollado tiene también sus ventajas. Yo por ejemplo veo Aló Presidente en el segundo piso de la casa de unos amigos en Margarita. Frente a mi tengo un gigantesco árbol de jugosos mangos tras el cual se extiende cual horizonte el mar. La locura del tiempo que corre supuestamente hacia alguna parte todavía no nos ha sitiado.

En consecuencia somos un poco flojos, flexibles, indolentes. En otras palabras siempre encontramos puertas de escape a la locura y no andamos de luto ni de duelo por la vida. Me gustaría contarles lo que dijo del trópico hace ya algún tiempo un distinguido gentleman inglés. Las flores no tienen olor ni las frutas sabor, las mujeres no tienen pudor ni los hombres honor.

También en un chiste le preguntaban a Dios por qué le había puesto todas las riquezas a Venezuela. La respuesta era que no se preocuparan porque ahora le pondría a los venezolanos. Solo que hoy luego de repetirlo como tontos, nos enteramos que la respuesta había sido adulterada y la verdadera era que iba a poner a europeos y norteamericanos.

Espero que nadie se moleste ni ofenda porque mi intención no es burlarme ni ridiculizar. Solo pretendo ilustrar las mentalidades que desarrolla y estimula cada cultura, y como muchos las aprovechan empujando a unos contra otros en su propio interés. Si no comprendemos estas cosas será muy difícil captar la atmósfera que ha posibilitado y justificado tantas barbaridades históricas, para poder corregir finalmente esa repetitiva dirección.

Por muy diferentes que sean en apariencia nuestras razas, culturas, hábitos y creencias, la historia nos ha enseñando una verdad muy simple. O usamos todas esas diferencias para complementarnos y potenciar nuestro mutuo crecimiento, o continuaremos viviendo entre altas y bajas mareas de supuestas superioridades e inferioridades, que solo nos generan sufrimientos innecesarios, en los que tarde o temprano los victimarios son convertidos en víctimas de otros, culminando así su pírrica victoria.

¿Se comprende entonces por qué somos los subdesarrollados de turno en un mundo de tecnologías, información e infraestructura, donde el idioma de todas las comunicaciones internacionales es el inglés y la moneda el dólar, mientras que todos los demás lenguajes son solo dialectos aislados entre si, aunque hablen la misma lengua y compartan la misma miseria?

¿Se comprende en consecuencia por qué los que se llevaron las materias primas, fueron cual lógica resultante los que observaron los procesos de transformación y desarrollaron los conocimientos y técnicas que acompañan inevitablemente todos esos procesos?

Mientras no comprendamos y aceptemos que la igualdad y la justicia económica, moral, social, política, tecnológica, son los únicos puntos de encuentro y unidad entre los seres humanos, continuaremos en estúpidas luchas de supremacía incapaces de romper el encadenamiento de violencia que nos ata a un pasado de manos manchadas de sangre.

Venezuela y Cuba escenifican hoy por el camino del Alba, una vez más el intento de equilibrar las asimetrías que esa historia nos ha dejado cual herencia. Un camino que tarde o temprano habremos de abrir, arar y sembrar si es que realmente pretendemos ser libres y felices, comenzando a mirar hacia un nuevo futuro.

No podemos ser tan ciegos e ignorantes como para seguir insistiendo ni justificando bajo ninguna excusa el que la gran mayoría soporte el bienestar de unos pocos. Ni el ser humano ni el ecosistema están ya en capacidad de soportarlo. No podemos seguir con el cuento de liberar el mercado ni ceder el control estratégico de las empresas y servicios fundamentales para la soberanía de cada pueblo, pues ya hemos visto los resultados.

No podemos seguir insistiendo en una educación liberal al antojo de cada cual ni en una vida naturalizada o azarosa, cuando está claro que detrás de cada acontecer están disfrazados intereses e intenciones humanos. Si elegimos colectiva y democráticamente una sociedad de seres libres e iguales, en que cada quien aporte según su capacidad y reciba según su necesidad, entonces debemos educar las personalidades en esa dirección, hacia ese fin.

Necesitamos todas las herramientas disponibles orientadas hacia el fin elegido. No en vano el Pentágono declara que Internet es un campo de batalla y un arma de guerra como cualquier otra, mientras las corporaciones se apresuran a comprar todas las cadenas de medios masivos de comunicación. En un mundo de intenciones y poderosas tecnologías, no puede haber instituciones ni industrias libres de responsabilidad natural y social. Si la libertad de elegir es un derecho humano, la responsabilidad de sus consecuencias ha de ser su deber.

Lo realmente inédito en este proceso de la revolución bolivariana, es que el Estado transfiere poder económico, político y social al pueblo. Construye cada vez más mecanismos que lo hacen vulnerable a la decisión de los Consejos Comunales cual núcleos organizativos de las comunidades. Y lo hace por propia sensibilidad, comprensión y voluntad, sin necesidad de luchas, presos, torturas e inútiles derramamientos de sangre.

Su otra cara es la solidaridad en todos los frentes cual política internacional. Y lo hace con hecho simples y directos, sin extenderse innecesariamente en palabras, sin siquiera exigir el compartir ideologías. El ser humano es el centro de su política, tanto adentro como fuera de fronteras. Hasta ahora todos los intentos crecientemente desesperados de oposición, se han estrellado contra la sencillez efectiva de sus planteos y hechos.

Lo cual a mi modo de ver es un efecto demostrativo de los nuevos tiempos que se abren camino y multiplican, superando todo lo anterior, trascendiendo diferencias superficiales. ¿Cómo más podrían trascenderse las diferencias que tratando a todos incondicionalmente como iguales? ¿Cómo podría transformarse la realidad más que dejando atrás décadas de discursos y pasando a la acción?

Hablamos de la petroquímica, del gas y del plástico como vías de desarrollo para los pueblos deprimidos cual resultado de la disparidad histórica heredada. Podríamos agregar que así como el gas subterráneo e invisible, de gran poder expansivo y volatilidad, combustibilidad, es capaz de impulsar la movilidad de todo ingenio, también puede mediante procesos físico químicos convertirse en líquido y aún solidificarse.

Convirtiéndose así en oleofinas y resinas de alta y baja densidad, que son la materia prima del 80 y hasta 90% de todo lo que hoy vemos, tocamos, hacemos y usamos. Hemos vivido y aún vivimos sin reconocerlo realmente en medio de una economía, tecnología y cultura del plástico, al punto que tal vez quepa decir que en muchos sentidos, somos hombres de plástico como ayer lo fuimos del maíz.

Podría resultar útil entonces la analogía de nuestros gaseosos e invisibles pensamientos, convirtiéndose en fluyentes emociones o estados de ánimo, que impulsan y se concretan en direcciones de conducta afectando nuestro entorno natural y humano objetivo, produciendo integración o desintegración sicobiológica.

También los sueños son gaseosos y volátiles, se esfuman y transforman vertiginosamente convirtiéndose muchas veces en pesadillas de las que despertamos sobresaltados, sorprendidos a la luz del alba. Tal vez por eso nos ha costado tanto tiempo convertirlos en fluyentes fuerzas anímicas y concretarlos en hechos generosos, solidaros.

Pero le pese a quien le pese, y lo goce quien lo goce, toda semilla germina y todo fruto madura a su debido tiempo, cuando ha recibido las necesarias horas de sol. Tal vez por eso hoy estemos a las puertas de nuestro histórico destino humano, que alumbrará el sueño al calor de nuestros corazones. ¡Chin chin! ¡Por nosotros! ¡Salú!


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J. Kalvellido y Michel Balivo


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