Hay dos clases de periodistas: los de siete días a la semana y los de miércoles. Como periodista, el estimado Hernán Lugo-Galicia es de los de miércoles.
Después de leer su réplica al Presidente Hugo Chávez me quedó un mal sabor en la boca. Ahora resulta que la crónica que escribió sobre lo sucedido en Miraflores después del evento electoral del 2 de diciembre no fue más que un cuento que le echaron.
Lugo-Galicia debió haber escrito el “pequeño” detalle en el título: “De acuerdo a un cuento que me echaron.” No lo hizo. Traicionó su supuesta “entrega al periodismo”. En el periodismo así como en la vida diaria, hay una gran diferencia entre el no revelar las fuentes de información y el no revelar que “la información vino de fuentes”.
En el mejor de los casos Lugo-Galicia está confundiendo la respetable profesión del periodismo con la perversa capacidad del ser humano de repetir cuentos mal intencionados. ¡Con el chisme pues!, como dicen en mi pueblo. Y eso en el caso muy particular de que sea cierto que el cuento “se lo echaron”.
No voy a compartir con ustedes cual es el peor de los casos pues desconozco el carácter de este señor. Lo que sí les voy a decir es que por la forma como “el periodista” escribió la crónica, pareciera que fue testigo presencial de los hechos. La verdad sea dicha: no lo fue.
Es lamentable que Lugo-Galicia haya llegado a Caracas del interior para forjarse con mucho trabajo una carrera y que luego termine siendo solo un periodista de miércoles.
Si esto que digo es mentira, entonces no debería existir ningún tipo de iracundia.
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