Uno de los principales aspectos que una revolución debió plantearse desde su inicio es la comunicación con la gente, fundamentalmente porque la derecha oligárquica hace suya la información y la comunicación para contrarrestar las propuestas de transformaciones políticas, económicas y sociales.
El derecho a la información cierta y valedera denominada veraz es de toda sociedad civilizada, por tanto requiere de los seguidores de tal o cual propuesta colocar en su exacta aplicación los alcances, modos y tipo de cambio al cual se aspira, tan elemental como eso es el entendimiento ordinario que debe existir en los factores que conforman cada propuesta, de tal manera que el mensaje llegue a la mayor cantidad de población posible.
Lo que yo creo debe ser la política en un gesto de autosuficiencia no es lo primordial, la consulta no, a los especialistas, sino a los sectores a los cuales se les quiere transmitir el mensaje es materia que incluye no solo a quienes en su tarea deben implementarlas, por el contrario la participación activa de los sectores es una obligación revolucionaria, dadas las circunstancias y experiencias propias de la revolución bolivariana, es decir no habrá una buena o mala gestión comunicacional si tan solo participan los “expertos”, no es suficiente, entonces, lo que habrá es la ausencia de una política global y la presencia de una política unilineal, con esto, quizás rompemos con la tradición de la publicidad burguesa que se adueña de los espacios y se erigen como los únicos conocedores en la materia bajo el precepto de estudio del mercado.
Una de las peores consejas en política está directamente relacionada con la simple reacción sin acción constructiva y creadora, en materia comunicacional sucede de igual manera cuando se actúa de manera reactiva sin retroalimentar el contraataque ante una eventual campaña desinformativa o desinformadora de la verdadera comunicación o realidad de los hechos, a nuestra manera de ver de esta forma se ha actuado a través de los medios del Estado sonoros y visuales.
Una realidad incontestable es lo que ha hecho la radio y televisión como sujetos de gestión, no han salido de las cuatro paredes sino solo para que la gente sea objeto pasivo, es decir participación de control de opinión muy limitada y bajo la tutela de un moderador, no se permite la creación, la participación activa como sujetos de la propia comunicación.
No es explicable la ausencia de una política de respuesta inmediata, al menos durante el segundo semestre del año 2007, ante la presencia de una campaña a veces soterrada que atacó la normalidad económica y continua haciéndolo, decíamos en un artículo anterior sobre la intención manifiesta a través de ciertos usos de herramientas en la guerra de cuarta generación, como lo son la alteración del mercado normal en la distribución de alimentos de primera necesidad en un principio como desabastecimiento, acaparamiento y con mayor fuerza la especulación a partir de incrementos exagerados de los precios, no solo de artículos de primera necesidad sino de importaciones con dólares preferenciales, en particular vehículos cuyo precio final al público no guardan ninguna correspondencia con los dólares otorgados. Ante todo ello, salvo la actuación del Indecu y organismos como la Guardia Bolivariana, que detectaron uno que otro galpón con productos acaparados, no se evidenció una política restrictiva de efectividad hacia el combate de lo que se veía venir, como lo es el incremento de precios a partir de los primeros días de enero de 2008.
Los medios del Estado se limitaron a informar sobre los operativos y una presencia débil de personeros en programas de opinión, hablando siempre de lo mismo, lo que se traducía en hielo en agua caliente, porque la situación continuó hasta nuestros días, siempre respondiendo de manera reactiva sin la elaboración científica de respuesta inmediata con conocedores de la materia, cosa que si realizó el canal de Telesur con una serie bien interesante sobre el tema, entrevistando a economistas entre los cuales me cuento y donde se explicó donde exactamente estaba el nudo giordano de la escasez y la aparición y desaparición de rubros de consumo masivo como la leche, el papel toaillet, arroz, azúcar, café, harina de trigo, avena entre otros.
Me perdonan que hable en primera persona, solo que la experiencia de la entrevista en Telesur, sirvió para calibrar la reacción de la gente en la calle, ante la pregunta de la locutora del noticiero, sobre si tenía información de que el gobierno colombiano estaba detrás del fenómeno de desabastecimiento, le indique que no tenía elementos de juicio para tal aseveración y que todo apuntaba hacia la red de distribución nacional y binacional que en realidad era donde se estaba produciendo la anormalidad del mercado y efectivamente todo señala que la situación anda por allí, al respecto me pregunto, qué han hecho las instituciones del Estado para averiguar esto, que como péndulo cae grotescamente y por si fuera poco, la relación de precios entre la producción y el detallista final y el consumidor está en el orden del 45% de incremento según estimaciones propias y algunos adelantos que ha realizado el INE, es decir la intermediación se ha dado el lujo de colocar productos por encima de precios regulados, lo que es aceptado a regañadientes por los detallistas.
Podemos afirmar que los mismos, es decir los intermediarios están sirviendo de operadores político económico con las figuras de acaparamiento y especulación, los productores y fabricantes lo que han hecho es darle versatilidad a productos como la leche a través de la producción de derivados que se venden sin regulaciones en el mercado venezolano.
Todo esto es importante abordarlo para tocar el tema del título del presente artículo y que trasciende hacia “el que se ha hecho” desde el punto de vista comunicacional, valdría entonces preguntarse, hay algún programa en radio y televisión donde se aborde la materia económica profesionalmnte y contribuya a rebatir la matriz de opinión y más allá de eso, aporte información a la población sobre la realidad de lo que está pasando, es que acaso esto no es posible, porqué existe este vacío y nadie hace nada, propuestas las hay y muy serias, ante el canal 8, Tves y nadie responde, ni siquiera dicen que no, es decir no hay respuestas, mientras tanto la población cada vez más se desengaña de los medios del Estado.
La especulación y el acaparamiento es un asunto político y económico y mientras no se le otorgue esta connotación, será poco lo que se haga, aún más si nuestros medios finalmente no se empoderen de la necesidad de programas de este corte y no me vengan conque no contamos con profesionales de experiencia en materia económica y de medios que se dejen asistir por las comunidades y la participación efectiva de los Consejos Comunales y de los vecinos en general.
En cuanto a lo financiero, la situación puede que atraviese momentos difíciles, porque en nuestro concepto se trata de todo un proceso desestabilizador que en algún momento tocará esta área tan sensible de la vida nacional, como tímido ejemplo podemos visualizar la distribución al público de las nuevas monedas que al parecer no se compadece con el volumen que ha lanzado el Banco Central al circulatorio monetario, los organismos como la Superintendencia de Bancos debe estar vigilante de todo lo que de ahora en adelante ocurra en el mundo financiero de la banca privada y los medios del Estado abrir canales de participación e información real a la población y salgan del ostracismo en que se han venido desenvolviendo.
rafaelfebles@yahoo.com