No soy admirador ni conozco personalmente al señor Vladimir Villegas y además vivimos en ciudades distantes. Por las reseñas de prensa he sabido de sus funciones como embajador de este gobierno y otras similares. El programa que conduce (ía) con la opositora Idania Chirinos parece que fue "tocado" por una "mano pelúa". Algunas veces vi el programa que ellos moderan (Contrapeso) y, dependiendo de los invitados, lo veía completo; otras veces lo veía parcialmente. Recuerdo que cuando el citado periodista dejó el cargo de embajador, hizo aclaraciones públicas, incluyendo este medio de Aporrea, declarando que no estaba saltando talanquera sino que lo hacía por razones muy personales. No tenemos porque dudar de sus afirmaciones.
El señor Villegas acaba de informar sobre las supuestas reestructuraciones que sufriría el programa señalado y todavía lo mantienen en "la sala de espera". En verdad que, como lo relata el periodista, hay un cierto tufo fermentado que levanta suspicacias y sospechas. Suponiendo que eso sea cierto (lo de la censura al programa Contrapeso) o no, el caso sirve para retomar el marco de lo que es el fanatismo chavista y el prurito de no aceptar críticas al gobierno que apoyamos desde hace diez años. Yo no creo que Vladimir sea un agente de la CIA (vergonzosa expresión fanática de ignorantes) o un oposicionista infiltrado. Lo que sí creo es que los tenebrosos anillos de poder de Miraflores, infiltrados por adecos y pseudochavistas oportunistas son los principales responsables de evitar y torpedear toda crítica sana y constructiva que se haga para enderezar rumbos de esta revolución incipiente y eso le hace mucho pero mucho daño al Proceso que lidera el señor presidente Chávez. Esos fanáticos, intolerables y sectarios seguidores de la revolución bolivariana, perjudican mucho a esta última y en lugar de aportar restan y deprimen fases del proceso en sí. Todavía recordamos al señor Luis Tascón cuando "se atrevió" a denunciar una POSIBLE maniobra de corrupción del entonces ministro José Cabello. Saltaron los fanáticos y rasgaron sus vestiduras, pidieron la hoguera para el diputado oprobioso y blasfemo que osó tocar la inmaculada gestión de TODOS los ministros del gabinete. Esa gentecita ciega de ideas y de propuestas, cuando nuestro presidente comete un error dicen "que lo hizo a propósito" como otra de sus estrategias endógenas y/o exógenas. Olvidan que el señor presidente es un ser humano y trabaja en exceso con una pasión que no tiene ningún mandatario del planeta y por eso tropieza algunas veces, aunque sea con buenas intenciones, como todos en verdad pensamos.
El venidero 23 de noviembre tendremos elecciones muy importantes. Debemos estar claros en que no ir a votar sería peligroso para el proceso pues la derecha lacaya y asesina se podría recomponer. Y ese fanatismo político no nos ayuda a sumar votos, por el contrario, mucha gente afín a la revolución incipiente se molesta y se quedan en sus casas. Ahí está nuestro principal enemigo. No podemos continuar atacando a personas de nuestro lado revolucionario que se expresan por los diferentes medios de comunicación o por la Asamblea Nacional. Sólo la autocrítica revolucionaria nos permitirá crecer, no hay otra manera. Nosotros no queremos reformas, queremos transformaciones radicales y la derecha endógena enquistada cual serpiente Pitón en Miraflores, tiene que ser desenmascarada y retirada o de lo contrario caeremos en el vacío.
Que Dios salve a la patria.
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