En otros países existe una burguesía consciente de su posición y privilegios que defiende sus intereses y lucha por mantener su dominio dentro y fuera de SU país. En Venezuela no. Aquí tenemos una burguesía ignorante y peorra que no se acepta ser identificada como tal y se siente profundamente desgraciada por tener que vivir en este país. Una burguesía que no habla de SU país sino de EL país.
Una burguesía que se cree superior sin preguntarse ¿superior por qué? o ¿superior a quién?, simplemente superior. Una burguesía que se deprime cuando se le aclara que no forma parte de la cultura occidental y que no es blanca sino “hispanic”.
Una burguesía que “reconoce” que lo único bueno que ha hecho Chavéz es despertar el interés de “todo el mundo” por lo que ocurre en EL país. Que no se da cuenta que vive en un gueto espacial auto impuesto y que nutre su interés por el país en un gueto informativo comandado por globoterror y verificado por CNN y FOX.
Una burguesía que se opone a Chávez desde sus entrañas, porque es “ordinario” y “comunista”, sin tener la más remota sospecha de lo que es comunismo, ni el socialismo y, peor aun, de lo que es el capitalismo. Una burguesía que cree que los pobres son pobres porque quieren y que las guerras “ocurren” porque el mundo es así.
Una burguesía avergonzada de sí misma, incapaz de reconocerse como tal y de plantear el proyecto de país que le interesa. Lo grave es que esa burguesía peorra cada vez más disociada y envalentonada es cada vez más peligrosa. Ya no sólo defiende a sus hijos, “con mis hijos no te metas”, a un violador, a unos incendiarios y a un ladrón, sino que para rematar, se condolece de unos asesinos “pobrecitos, como es posible que los hayan condenado injustamente, imagínate como se siente su familia”.
De esta disociación no escapan ni sus intelectuales, tan peorros e irredentos como todos los demás. Inventaron que “Chávez quemó las obras de Rómulo Gallegos” y ahora han decidido hacer el ridículo retirando sus obras del prestigioso concurso literario que lleva su nombre.
Qué Dios nos coja confesados, lamentablemente tenemos que convivir con ella y es referencia para muchos, incluso de los nuestros. Supongo que es parte de los costos de hacer una revolución en democracia. Que vaina.
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