En primer lugar el saludo cordial y respetuoso dentro del desacuerdo
Eso que usted dice que Aporrea no censura es impreciso, si no es falso.
Empiezo por aclarar que no es que yo considere que mis artículos sean magnas piezas literarias que TENGAN que ser publicadas. Pero puedo citar como ejemplo el caso TVeS donde en dos oportunidades se me ha censurado en Aporrea por no felicitar a lil rodríguez y al otro señor que dirige eso, que "ni lo ignoro", por la maravillosa gestión y el destacado sitial en que tiene a ese canal, considerada la ligera mejoría de las últimas semanas.
Como usted seguramente recordará, un señor llamado Trapiello hizo una serie de a-cu-sa-cio-nes, no denuncias genéricas sino acusaciones con pelos y señales. No creo necesario puntualizar que la pena por difamar públicamente puede ser cárcel. Hasta aquí, parte sin novedad.
A estas acusaciones, LO UNICO que la sra rodríguez y su combo pudieron oponer es el manido argumento que Trapiello es un "contra revolucionario". Esa respuesta a mí me dice mucho, y cómo.
Lo que a mi me revolvió el hígado nio es es que en Aporrea sólo se han publicado menciones solidarizadas con la sra. rodríguez tal como si Trapiello le hubiera arrebatado la virginidad, como si la hubiera atacado al descampado, proceso de desfloración este al que ella misma contribuyó decisivamente, al oponer tan pobre respuesta a tamañas acusaciones.
Eso que llaman sistema nacional de medios públicos no ha hecho más que solidarizarse automáticamente con la sra rodriguez y su sucesor, tal como era en la cuarta república.
Por ejemplo, ella misma reconoció en entrevista televisiva que vive en guarenas y como eso queda muy lejos (21 Km), ella se mudó a un hotel en caracas. Esa gracia nos costó a los venezolanos la bicoca de 180 millones de bolívares (180.000 Bs. F.) Quisiera saber qué pensará la gente común de Guarenas que trabaja en Caracas (donde el suscrito vivió 12 años) acerca de este grosero privilegio de la sra rodríguez, incompatible con el ideario socialista, mientras ellos deben madrugar y llegar tarde en la noche a casi sólo dormir en sus casas.
Ahora bien, es su portal de ellos y allí se publica lo que a ellos le dé la gana; cada uno en su casa y Dios en la de todos.
Le anexo él último artículo censurado y un escrito que le envié a un camarada de Aporrea, por si usted considera conveniente abundar en los argumentos que me asisten para oponerme y discrepar de sus ideas. (sic)
Saludos
Angel Félix Lara
cooperativas.arrechas@gmail.com