A mi modesta manera de ver, observar, analizar y oir opiniones, aunque muy diversas, llego a pensar que los múltiples esfuerzos realizados por quienes de una manera u otra han dirigido las estrategias comunicacionales del Estado en contra de las arremetidas de la publicidad, propaganda e información mediática, por parte de los sectores del poder económico, ideológico, político, religioso e imperial; no han sido suficientes para neutralizar y arrinconar sus perversas campañas de agitación política, su violencia callejera con efectos de destrucción material, moral y pérdida de vidas, en mengua de la sociedad y la paz familiar.
Son más de 10 años de guerra psicológica, amenazas de toda índole, desprestigio, agresiones, calumnias, provocaciones contra las altas autoridades constitucionalmente elegidas por el pueblo y su fundamentación legal, huelgas patronales contra las industrias básicas, golpe de Estado, silencio mediático, cierre de medios públicos, constante hostigamiento por todos los medios, negación de las realizaciones, programas, misiones y obras gubernamentales. Como nunca antes, un gobierno había sido sometido a tantas presiones y pruebas; la razón, muy sencilla, llegar al poder con los votos del pueblo y pertenecer a una ideología distinta a la implantada por el sistema capitalista durante largas décadas.
He ahí, la raíz del problema, admitir corrientes de izquierda revolucionaria, de cambios y evoluciones distintas a lo establecido por el sistema capitalista con sus aliados condicionados y su acostumbrada forma de gobernar y dominar al mundo es para ellos inadmisible y hasta insólito. Por eso suman esfuerzos y montan sus propios mecanismos de defensa, cuando no es el imperio de las armas de destrucción masiva, entonces usan las armas psicológicas, contando con el poder de la industria comunicacional, la que usan con fines lucrativos, imponiendo modelos de conducta ajenos a la ética, la moral y la dignidad humana, vendiendo servicios religiosos, ideológicos, que desnaturalizan los objetivos humanos de informar, guiar comportamientos beneficiosos a la unidad social.
En vez de orientar, formar, educar, culturizar y exaltar valores de sana convivencia humana, tratan y juegan con la miseria humana, en sus puntos más álgidos de necesidades y problemas que le aquejan, es la manipulación y el terrorismo mediático que arrastra a los sectores o segmentos demográficos que son más vulnerables a sus campañas de guerra psicológica y a quienes llevan al fanatismo y la paranoia en sus comportamientos públicos.
¿QUÉ PENSAMOS? ¿QUÉ OPINAMOS?¿QUÉ PUDIERA SER?¿QUÉ PLAN PUDIERA DAR RESULTADO? Estas y otras tantas interrogantes pudiéramos hacernos ante la evidencia del problema. Lo cierto es que no podemos volver la vista atrás para llover sobre mojado, se requiere una buena planeación o plan de medios, campañas estratégicas de propaganda, publicidad, información, relaciones públicas, una batalla con mensajes y contenidos cuyas motivaciones sensibilicen al receptor, usuario o destinatario, es decir, que la estrategia también esté orientada a segmentos geográficos, demográficos y PSICOGRÁFICOS, este último con mayor prevalencia precisamente por las características de los medios.
Sabemos de antemano y sin que amerite mucha investigación, que, el mercado comunicacional impreso está en poder de la empresa privada en más del 95%, en donde el Estado está en desventaja extrema, son escasas las limitaciones legales para frenar los contenidos de corte ideológico, económico y de guerra sucia contra el gobierno.
La televisión, la radio en poder de los empresarios privados, diríamos sin ahondar en estadísticas que alcanzan, tal vez , un 90% de control mediático, a pesar que el espectro radioeléctrico es propiedad de la Nación, pero como sabemos en gobiernos de toda la historia, nada hicieron por cuidar el equilibrio en la distribución de las licencias o concesiones de tan importantes recursos con los que contaría el Estado para, informar, educar, culturizar y poner estos medios al servicio del pueblo para su desarrollo y contribución al desarrollo integral del país. Claro, entendido sobre las bases de una auténtica ¨Democracia¨, como está ocurriendo, pues es el pueblo el que viene decidiendo en libres comicios.
Esta simple referencia nos indica, que las debilidades y amenazas contra el Estado en tan importante materia son palpables, y las oportunidades que hubo para haberles despojado de la concesión murieron en el intento de la máxima buena fe, que el gobierno depositó en los dueños de los medios cuando el Golpe de Estado, pensando que estos entrarían en la libre confrontación de ideas y el diálogo, estaban débiles les fue fácil perder una, para luego buscar el reacomodo, rehabilitarse, emplumar sus alas y emprender las alturas.
Estos medios sin embargo si son objeto de regulaciones legales, aún así logran burlar el ordenamiento legal, y son los promotores de las campañas de agitación y violencia mediática, es la ¨ALIENACIÓN PSICOMEDIÁTICA¨ para disociar la unidad de las mayorías en perjuicio de una estructura social de cambio, por eso se infiltran y sus fechorías se las cargan al enemigo que combaten, no con ideas, sino en contra de la REVOLUCION BOLIVARIANA. El caso más reciente de violencia, allá en el Tigre donde los grupos anárquicos apoyados en el poder de las empresas comunicacionales que le facilitaban el camino para sus causas oscuras, produjeron la muerte de un joven que nada tenía que ver con la agitación promovida por gente de partidos de oposición.,
El camino a seguir es una campaña o gran batalla de comunicados, informaciones, videos clips, mensajes institucionales, testimoniales, contenido coherentes y que faciliten ser descodificados por la vasta audiencia mediática, toda esta campaña de medios es según el tiempo y el espacio en el que se desarrollen todo el acontecer informativo, si son noticiosos por hechos protagonizados por los agitadores, ahí tiene que estar los medios del Estado para captar y grabar las evidencias, que luego alimentarán los desmentidos del poder empresarial de la comunicación que presentará los hechos desinformando y culpando al partido de gobierno o al Presidente Chávez, como ya es costumbre.
Bueno es reconocer que en los últimos aconteceres violentos ocurridos y promovidos por sectores de oposición, los Medios Públicos y Alternativos han estado presentes, logrando neutralizar al poderío mediático privado, es bueno resaltarlo, han sido agredidos pero los periodistas, camarógrafos y fotógrafos no se han amilanado, caso reciente de la periodista de VTV, agredida cuando cubría la llegada del fascista intelectual Vargas Llosa, en Aeropuerto de Maiquetía, otro tanto ocurrió en la marcha de estudiantes empujados por autoridades rectorales de la Universidad.
Finalmente hay que destacar que cualquier campaña de medios para contrarrestar la supremacía de difusión de los medios privados, tendrá que hacerse en Medios Públicos, Alternativos y Privados. Estos últimos deben someterse a lo establecido en la ley, cuando se trata de campañas INSTITUCIONALES que tienden a informar a la opinión pública causas justas, orientaciones que conlleven a frenar todo intento de desestabilizar la democracia, el Estado de Derecho, la difusión de mensajes que alientan terror, pánico, desinformación, confusión, violencia, muerte y que conspire contra la decisión del pueblo soberano en repetidas y soberanas elecciones acordes con la Constitución y las leyes.
No hay defensa plena si por los mismos medios que agreden no se utiliza el derecho réplica, a informar oportuna y verazmente a la población. Globovisión, demás canales, las radios y prensa deben ser prestados al Gobierno para desmentidos y comunicar oficialmente todo lo que redunde en beneficio de la opinión pública. Es un imperativo agregar esta estrategia como fuerza al derecho de la información y la defensa contra la difamación y la calumnia. EN GUERRA AVISADA NO MUERE SOLDADO Y SI MUERE ES POR DESCUIDADO. Otra forma de combatir y neutralizar las campañas de agitación y terror ya hechas costumbre, sería el fomento de medios impresos libres, y otorgar concesiones de radio y Tv, a empresarios identificados con la patria, con la identidad nacional, así necesariamente no tengan que estar identificados con el proceso, sería como el logro de un alto grado de conciencia, o porque no fomentar el desarrollo de empresas comunicacionales de interés social, donde estén periodistas éticos, comunicadores, locutores, y todo aquel que tenga vocación de servicio comunicacional, sin anteponer intereses personales, partidistas o de cualquier otra índole que atente contra la libertad y la justicia del pueblo.
saguete@gmail.com