La oposición venezolana tiene una dirigencia muy peculiar. Allí hay
imbéciles como Manuel Rosales que motivan a la risa por su incapacidad
para decir tres oraciones sin lanzar una animalada. Hay otros como
Teodoro, Pompeyo e Ismael que generan asco por la forma como se arrastran
ante quienes supuestamente fueron sus enemigos. Algunos como "cabeza de
motor" y Carlos Melo inspiran miedo por su pasado de ladrones y
atracadores. Otros como Liliana y Oswaldo dan lástima por la forma como
han caído en el vicio. Hay loquitos como Pablo Medina y Andrés Velázquez,
y enfermos como Ravel y el bobolongo de El Nacional.
No hay muchas personas que por su intelecto inspiren respeto en la
oposición, por ello frecuentemente tienen que recurrir a importados como
los que recientemente encabezó Vargas Llosa.
Están urgidos de gente con un poquito de cerebro; sobre todo en estos
momentos en los cuales se discute sobre el rol de las universidades, la
nueva ley de educación y el papel de los medios.
Es allí donde Luis Fuenmayor Toro ve la oportunidad de conseguir a
alguien que le “pare bolas”. No le ha resultado fácil a este mercenario
de la política, el haber sido execrado de las filas de la revolución y
ser despreciado por una derecha y una oligarquía que nunca olvidarán que
fue chavista.
Intenta sumar méritos para ser acogido por una oposición que sólo le dará
algún espacio si le resulta útil y está dispuesto a atacar a Chávez y a
la revolución con la pasión que lo hace el matacuras.
Personalmente creo que le darán la oportunidad, porque si en algo se ha
especializado la oposición es en recoger la basura que descubrimos y
echamos de la revolución.
Tengan por seguro que en poco tiempo verán a este personaje en programas
de Globovisión, disertando sobre la forma como el rrrrégimen quiere
acabar con la autonomía universitaria y como reduce el presupuesto a la
universidades para doblegarlas “por hambre”.
Ahora, donde si no deberíamos darle oportunidades para que intente
ganarse esos puntos que le hacen falta con Ravel y compañía, es en
nuestras medios.
Digo esto, porque teniendo tanto espacio mediático la contrarrevolución,
Aporrea, que es el único foro chavista de importancia, le abre las
puertas a este tránsfuga para que insulte al comandante y nuestra
inteligencia.
Que no me vengan con el cuento de la pluralidad de ideas, porque estamos
en medio de una guerra mediática de vital importancia para el futuro de
la revolución y le estamos dando armas al enemigo para que patrulle entre
nuestras tropas.
El martes 23 de junio, Aporrea publicó una nota de este “intelectual de
pacotilla” donde sin hacer referencia a un hecho o a una prueba, dice que
éste fue alguna vez un gobierno democrático, de amplísimas libertades
ciudadanas, participativo, respetuoso de los trabajadores, que toleraba
incluso la crítica irresponsable de la oposición y sus violentas
movilizaciones, sin recurrir al despliegue represivo de hoy.
¿Dónde están las libertades conculcadas? ¿Por qué este imbécil no
menciona ni una sola? ¿Cuáles son los trabajadores irrespetados? ¿Cuáles
sus derechos violentados? ¿Será qué para el “señor” Fuenmayor los
trabajadores son los dirigentes de la CTV?
¿Despliegue represivo de hoy? ¡Por Dios! escuálido reciclado, ¿Será que
olvidaste como reprimían las movilizaciones en tus tiempos de mozo? ¿Será
que no te enteraste como trataron al pueblo el 27 de febrero de 1989 y
más recientemente el 12 y 13 de abril de 2002?
Es un inmoral este ecualidito de nuevo cuño, por lo que resulta
inexplicable la posición de quienes dirigen Aporrea de cederle espacios.
Hace referencia este miserable al rescate de la OPEP como algo del pasado
e insinúa que el gobierno de Chávez la torpedea. ¿Había usted leído mayor
imbecilidad? ¿Se da cuenta por qué produce arrechera leer algo como esto
en Aporrea? ¿Dónde están las pruebas de esta afirmación
irresponsable?¿Cuándo volvió la OPEP a los tiempos de Luis Giusti?
Trata Fuenmayor Toro de congraciarse con el escualidismo y usa para ello
las páginas de Aporrea. En ellas da por cierto las denuncias de fraude
que en algún momento, y sin prueba alguna, lanzaron unos irresponsables
como Ramos Allup y Pablo Medina.
Afirma que “lo que un tiempo fue producto de la mente insana de los más
recalcitrantes opositores; como fueron las acusaciones de fraudes
electorales, de gobierno represivo, de ausencia de libertades y muchas
más; es ahora totalmente cierto.
Si hubiese leído toda esta basura en el Nacional o en El Universal, no me
sorprendería; ese el trabajo de esos pasquines ¿pero en Aporrea?
¿Será que vamos a caer en la trampa de los Villegas, quienes proponen que
abramos espacios en nuestros medios para la contrarrevolución? ¿Será que
con el 92% del espacio radioeléctrico y 95% de los periódicos en sus
manos no les basta?
¡No me jodan!
arellanoa@pdvsa.com
Junio de 2009