Resulta que “no estaba muerto, estaba de parranda”, como dice la canción. Nos referimos a las diversos reacomodos y transas que observamos en los sectores oposicionistas de la llamada MUD, que nuestro Presidente bien calificó como mesa de la ultraderecha, y que no es otra cosa que la reedición de lo que en el pasado se llamó el “Pacto de Punto Fijo”, y que más recientemente, en los días del golpe y sabotaje petrolero, actuaron con el nombre de “coordinadora democrática”.
Ante el anuncio de la fecha para elección de Alcaldes y Gobernadores por parte del CNE, vemos como una vez más, aquí en el Zulia, saltan como caimanes en boca de caño, desde la rosca a la rosca, es decir, al mismo grupito de siempre, a puerta cerrada, negociando entre ellos mismos, tal como también dice otra vieja canción, “sin pena en ninguna parte”, ahora viajan a Lima o Perú a buscar línea y recibir instrucciones, ya que desde allá se decide quienes serán los abanderados para los venideros comicios del 5-D.
La línea es la línea, cúmplase; y así tal cual, lo expresa Osorio, diputado electo, carga maletín del filósofo del Zulia y jefecito de un UNT, para sacar del juego al aspirante de Primero Justicia Juan Pablo Guanipa, en sus intenciones de ir a unas primarias para la escogencia del candidato a la Alcaldía de Maracaibo, al sentenciar que “aquí la MUD es un Nuevo Tiempo”, echándole en cara la escuálida votación obtenida por su hermano Tomas Guanipa con los votos del partido PJ, y ahora diputado electo, gracias a UNT, “porque aquí los votos los pusimos nosotros”.
Cambian los tiempos y las circunstancias, pero no así ocurre con estos tristes personajes, herederos de las prácticas y la conducta de quienes en el pasado, a espaldas del pueblo, negociaban sus sagrados intereses de acuerdo con sus conveniencias y apetencias personales. Ahora resulta que por imposición del prófugo Rosales, la llamada MUD proclamará a su consorte Eveling Trejo, como candidata única y plenipotenciaria a la Alcaldía de Maracaibo, cuyo único merito es precisamente ser la esposa del “jefe”, y haber concluido hace pocos días la carrera de Derecho en una universidad privada de la ciudad.
Mientras tanto nuestra ciudad se cae a pedazos, pareciera haberle caído la maldición de las siete plagas, hueco parejo por todas las calles, la basura forma parte ya del paisaje cotidiano, el desorden y la anarquía es lo que gobierna en las comunidades y en especial en nuestro deteriorado y maltratado casco central, la matraca es la práctica de quienes están para protegernos y garantizar la seguridad de todos, ni hablar del sicariato y el secuestro que parecieran haber llegado para quedarse como uno de los flagelos más abominables de los últimos tiempos, en fin, una ciudad víctima del desgobierno, la desidia y el abandono a la que fue sometida por quienes en nombre de “un nuevo tiempo”, actuando como títeres de la mala hora, después de la huida del filósofo a Lima o Perú, tomaron la Alcaldía de la que aspiraba a convertirse en la primera ciudad de Venezuela.
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