…Y no lo quita la aspirina

Sube la Bilirrubina...

Quisiera uno que se pudiera discutir y argumentar en términos civilizados y racionales cuando se tocan ciertos temas, y más si se trata de gente que uno respeta y en algunos casos le tiene hasta aprecio. Pero es que el clima de polarización parece impedir cualquier aproximación en ese sentido, y se impone la confrontación del antichavismo visceral contra la defensa a priori del otro sector, se pierde todo chance de análisis concreto.

Lo dicho viene a colación por la polémica causada por la próxima graduación de médicos integrales comunitarios, programa bandera del gobierno nacional, anunciado y promocionado desde hace varios años. Al respecto, hagamos ejercicio de memoria:

Al iniciarse Barrio Adentro en el 2002-2003, con la llegada del contingente de médicos cubanos a todos los rincones del país, la oposición pegó el grito al cielo: no son médicos, son espías del G-2 cubano, son enfermeros, son auxiliares, son cualquier vaina, pero no son médicos. ¿De dónde sacaron eso?, nunca lo explicaron, el tiempo y otros escándalos se encargaron de que la cosa llegara hasta ahí.

Luego comenzó el programa de Medicina Integral Comunitaria (MIC), atacado ferozmente desde antes de arrancar: es un cursito de 6 meses, bueno de 1 año, quieren formar médicos en 3 años ¡qué horror! Pusieron a rodar esa matriz de opinión, que el tiempo desmintió pero que ellos nunca se molestaron en corregir. Para ser gente tan estudiada y formada en ámbitos científicos dejan mucho que desear en cuanto a metodología de investigación básica. Han pasado 6 años desde que se inició la primera cohorte MIC, y a los sabios de la Academia de Medicina como que se les olvidó sumar porque insisten en decir que son solo 3.

Sin haber estudiado y evaluado el programa de formación lo han descalificado de todas las formas imaginables, lo que es equivalente a hacer un diagnóstico antes de evaluar a un paciente. Esto los ha llevado a decir barbaridades, como aquella de que los MIC no estudiaron anatomía porque no practicaron con cadáveres (método arcaico y poco práctico que se lleva a cabo de manera terrible en las Universidades con facultades de medicina), o que no están capacitados para hacer operaciones quirúrgicas, haciendo entender que un médico recién graduado de la UCV, por ejemplo, si lo está. Al respecto, quisiera ver cuál de estos críticos tan versados es capaz de ponerse en manos de un recién egresado sin especialidad en cirugía para ser intervenido quirúrgicamente ¡Fariseos es lo que son!

Por supuesto que el programa MIC tiene fallas y que su implementación ha podido ser mucho mejor, pero también fallas las tiene y muchas la formación médica en las Universidades tradicionales. Pero ambos tienen fortalezas que juzgo como complementarias, no antagónicas como se ha querido presentar a la opinión pública. Siento que de la discusión y el análisis serio podría resultar un programa de formación médica integral, holístico, incluyente, sin embargo a la luz de lo visto y tratado por los que se autodefinen como los entendidos en la materia dudo mucho que se pueda cumplir ese ideal.

Propongo un debate abierto, público, descarnado, sin medias verdades ni difamaciones gratuitas, donde se expongan hechos reales y no prejuicios. De un encuentro así podrían salir críticas reales de una y otra parte, que den lugar a cambios fructíferos y necesarios.


cogorno1@gmail.com


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Arnaldo Cogorno M.


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