Que pobre es la campaña electoral venezolana (suculenta en publicidad), ante la ausencia de ideas y propuestas para el debate, destacan las ascendencias notables de los presidenciables. Que nos importa si Henrique Capriles Radonski desciende de Bolívar (1) y el comandante Hugo Rafael Chávez Frías del mismísimo emperador Moctezuma, el último gran señor del Imperio Mexica – Azteca (2), ambos: Bolívar y Moctezuma se sentirán defraudados de sus deudos y por sus deudas. El problema no es genético, es mental. Quién desciende o asciende de quién no importa. Lo que sí es evidente, es de un lado como permanecer en el mando y del otro como regresar al poder.
No es preferible dejar reposar en paz al Libertador, que seguir invocando su nombre a cada rato. Bolívar tuvo su tiempo y su espacio, donde demostró con creces su grandeza, lo más ético es que los presidenciables definan la suya. Bolívar nunca necesitó hacer alarde de su ascendencia ni de ningún mentor, entonces basta la manía de parafrasearlo todos los días y apropiarse de su imagen. Lo que Venezuela requiere y clama, no es saber quién está más cerca de Bolívar, si no un proyecto de país que garantice la seguridad ciudadana (con razón un amigo periodista me dijo: “que nos importa el rostro de Bolívar, mientras la inseguridad golpea nuestros rostros a diario”), el bienestar colectivo y el respeto a nuestra historia, que los héroes permanezcan en sus tumbas, pero su vida, legado y ejemplo, formen parte de nuestra identidad.
Por cierto, en el 229 aniversario de su nacimiento, también se reveló o se develó el misterio del rostro real de Bolívar (3), acaso las imágenes que los bolivarianos(as) tenemos como iconos son irreales, nos hemos engañado durante 200 años, que diría Enrique Uribe White que después de muchos años de esfuerzo y estudio recopiló la “Iconografía del Libertador” (publicada en junio de 1967) o Antonio Meucci que logro retratarlo en 1830 a su paso por Cartagena (4); ahora falta que a alguien se le ocurra decir que a partir de en ese rostro “real” -lo cierto es que costó mucho real- Bolívar tenía los ojos azules, el cabello catire, la sangre noble y a lo mejor media dos metros, que puede importar esto en el país de la desmemoria, de quien menos conocemos es de Bolívar y ese conocimiento no se acrecienta ahora con un nuevo rostro dizque muy real, se parecerá a Radonski (sobrino en octavo grado de Bolívar), a Leopoldo López (sobrino en sexto grado de Bolívar) o al mismo Chávez (heredero de su gloria). Esta es una historia de novela que apenas comienza, esperen más capítulos, en su final promete decirnos de que murió “realmente” Bolívar, de lo que si estoy seguro es que ahora con tantas sandeces Bolívar moriría de vergüenza y pediría a gritos no “que cesen los partidos” sino que lo dejen descansar en paz. Bolívar no necesita un nuevo rostro, mucho menos un mausoleo al mejor estilo de los faraones, ni una camisa de oro después de morir con una prestada; lo que Bolívar se merece son venezolanos dispuestos a mantener y defender su legado y a comprender su obra, que dejen de manosear su rostro y se acerquen más a sus ideales.
El único nuevo y verdadero rostro que vale la pena proyectar en la Venezuela actual es del niño genio de Bailadores (la tierra de Don Luis Zambrano, Pionero de la Tecnología Popular en Venezuela) Miguel Ángel Ramírez Rodríguez “Miguelito”, de tan solo 13 años y hoy flamante bachiller de la República, título que usted señor Presidente se dignó otorgarle en cadena nacional, gesto que el noble pueblo de Bailadores le agradece eternamente. “Miguelito” es digno ejemplo y orgullo para la juventud venezolana, como él hay muchos y es allí donde se deben enfocar los esfuerzos de la Venezuela posible, que se niega morir a la intemperie y se declara enemiga de los imposibles.
Que viva Bolívar aunque en mi caso, mejor me quedo con su rosto de siempre, el que aprendí en la escuela y me lo enseño mi maestra de primer grado.
(1) El árbol genealógico del Libertador que hoy está circulando por las redes sociales fue elaborado por Antonio A. Herrera-Vaillant, Presidente del Instituto Venezolano de Genealogía.
(2) El otro árbol genealógico fue pulido por expertos de la Sociedad Genealógica “León de la Cordillera”, con sede en la ciudad de Boconó de Trujillo, dirigida por Rafael Ángel Romero Merino. También se dice que los Presidentes Raimundo Andueza Palacios y Victorino Márquez Bustillos, eran descendientes directos del último Emperador Azteca.
(3) Rostro que a pesar del estudio bioantropológico de sus restos, la descripción de las características morfológicas presentes de los huesos de la cara y del cráneo del Libertador, a través de la bilocación científica, se parece mucho a la imagen publicada en la Revista de la Sociedad Venezolana de Ciencias Forenses. Mérida N° 1, enero - junio de 1986.
(4) Las miniaturas realizados por Antonio Meucci a Bolívar en 1830, están descritas en el libro “Los retratos de Bolívar” de Alfredo Boulton (publicado en 1956).
Desde Bailadores