Sin duda que fue loable la actitud del ex candidato Capriles el haber reconocido muy a tiempo el arrollador triunfo de Chávez y la revolución. Pero no tira, porque aprendió mucho este año electoral el muchachón de las colinas caraqueñas, puntada sin dedal. Y aprovechó los momentos que mayores aflicciones pudieron haberles causado, para reimpulsar el propósito de sus mayores desvelos. Reconociendo rapidito, el triunfo de Chávez, se puso en la buena con el mejor sector democrático de la oposición y acalló las voces radicales de la extrema derecha que le apoyó. Algo así como, si no fue hoy algún día será, dejó entre luces el ex candidato. No lo dijo con denodada expresión verbal, pero lo dijo con preclara locuacidad. “Perdí, pero yo lo que tengo son 40 años”, es una expresión lapidaria que permea con suprema claridad los deseos de ser en seis años, el candidato ante la revolución. Cuenta Capriles, y así al aparecer ya lo ha comentado en altos niveles de la MUD, en que si la oposición continúa con esa tasa de crecimiento electoral, seis años serán suficientes para arrebatarle el gobierno a la revolución en 2019. Otra vez y desde ya, la liebre le saltó por adelantado, a los viejos partidos de la MUD, que ni siquiera probablemente en eso estarían pensando. Porque ya a los adecos y a Copey desde muy adelantado, Capriles, les desliza una advertencia patibularia, que los ahuyenta de la posibilidad que Primero Justicia les brinde algún fugaz apoyo candidatural en seis años. Pero Capriles la juega con doble rasero. Golpea y cuida. Sabe que el liderazgo adeco y copeyano está decadente, pero su estructura y población electoral le hará falta para coronar sus ambiciones. No se sabe si en seis años o menos, los adecos y copeyanos podrán soportar tanta humillación o abandonarán ese barco de sus desmedros en donde la MUD los ha embarcado. Lo cierto es que Capriles, le da desde muy temprano, vuelo a sus apetezcas. Pero cierto que el jueguito de Capriles parece suicida, porque en 2019, cuando tenga 46 años de edad, probablemente no le serán suficientes para domesticar tanto toro bravío que en el ruedo de una oposición descontenta, a cada rato se irá encontrando.
Gracias al Camarada, Freddy Kamel Eljuri, por aportar el titulo de este humilde trabajo.
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