En estos días me estaba acordando que cuando fui a un conocido Centro Comercial en plena época de manipulación de la dirigencia opositora, que les decía a sus seguidores que debían estar arre… y que debían tocar cacerolas. En ese "Mall", había personas que salían de un Mc Donalds y querían tocarlas, más al no tenerlas a la mano acudían a una aplicación de sus teléfonos que consistía en reproducir los cacerolazos. Demás está decir que se veían ridículamente alienados.
Al profundizar un poco sobre su actitud me acordé de Carlos Marx (Que el 5 de mayo se conmemoró su nacimiento) donde en sus pequeños tomos que suman unas cuantas miles de páginas, hablaba sobre lo que le da valor a las cosas y no es otra cosa que el Trabajo (Humano). Sin él, las cosas pierden su cuantía, ya que la intervención humana a través del trabajo es lo que hace que cualquier cosa que se haga sea valorizada. Una máquina puede tener una gran productividad, pero proporciona artículos más baratos, mientras que si el mismo producto es hecho a mano, costará más caro.
Si estos opositores (lo que usan ese programa) leyeran Marx en lugar de dejarse satanizar, pudieran hacer una especie de paralelismo y se dieran cuenta que nunca van a lograr nada con una aplicación que no implica ningún esfuerzo. Es decir, para que tenga algo de valor su acción y no quedar como víctimas de una alienación barata, no deberían utilizar esa herramienta. De lo contrario se verán tan ridículos como cuando creían que Fidel Castro los espiaba a través de una minicámara en los bombillos ahorradores. No obstante, igual para ese entonces, como ahora, tocar sin cesar las cacerolas, no puede hacer mucho porque el fondo de la protesta está basada en mentiras. Prueba a la razón hay muchas, como por ejemplo hacer impugnaciones sin pruebas. Les recomendaría mejor que les exijan a sus dirigentes seriedad. Es inconcebible que esa cúpula en lugar de celebrar que crecieron en la pasada elección (a punta de engaños pero crecieron) y trabajar para que logren el ansiado triunfo, se dediquen a crear una especie de guerra civil desenmascarando su talante antidemocrático y exponiendo sus verdaderas intenciones, poniendo de manifiesto todo su odio sin importar la vida de compatriotas.
Por último les regalo a los que usan esas aplicaciones, escudando su autoestima en esos aparatos, un pensamiento de Marx “La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas”.
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