La Dinámica comunicacional de hoy nos ha permitido estar enterados de buena parte de los acontecimientos sucedidos en el país a partir del 12 de Febrero, son innumerables las reseñas fotográfícas, notas de prensa, radio, tv, unidas a las nuevas maravillas comunicacionales del twitter y la telefonía celular entre otros; difícilmente la humanidad volverá a vivir la oscurana informativa de tiempos pasados.
Ese caudal de información parecido a un torrente de agua que pasa por cualquier parte, sirve también para ayudar a formar la opinión pública que prevalece con los hechos que se suceden casi que en tiempo real, y sobre todo sirve para generar opinión, que a fin de cuentas es lo que interesa a una sociedad: estar informada y formarse su propio criterio para la toma de decisiones.
Quienes tuvieron la paciencia y la oportunidad de ver en cadena nacional la Conferencia por la Paz el pasado miércoles 26 de febrero, pudieron palpar de primera mano la situación del país, las intervenciones de buena parte de los que allí se expresaron, sirven para medir el actual contexto venezolana, dejando una estela de diferentes mensajes y realidades de lo que está sucediendo, falta saber si hay la entereza de rectificar y enrumbar el país por el sendero de la paz y la concordia.
Se han venido incubando tres grandes problemas que realmente conspiran contra Venezuela: el desabastecimiento, la inseguridad y la inflación, los cuales inciden directamente sobre la vida del venezolano, y para ellos hay soluciones que pasan por una serie de acciones políticas y económicas que ésta conferencia tiene que enfrentar con toda rigurosidad, fuerza y voluntad; una encuesta muy reciente, revela que el 72 por ciento del venezolano afirma que estamos en una crisis económica y a este guarismo hay que ponerle atención.
La Conferencia por la Paz del pasado miércoles, sirvió también para entender que dialogo no es ningún pacto de grupos o cúpulas, que han dejado muy malos recuerdos y que son antecedentes los cuales no deben repetirse, en el dialogo hay que reconocerse mutuamente y entender que el sectarismo hace inviable cualquier acción propositiva, por eso deben haber señales claras de quienes allí están participando en nombre de todos los venezolanos.
El andamiaje que se desarrolle en las sucesivas reuniones de trabajo por áreas, tendrán necesariamente que llevar al desarrollo e implementación de un gran programa marco de convivencia ciudadana, pues nuestra sociedad ha venido sistemáticamente fracturándose y esa situación es la que hoy está metiendo al pueblo venezolano en un callejón casi que sin salida; no se puede dar el lujo este país de tantas virtudes, de caer en la trampa de no creer que hay salidas y soluciones: “el pesimista se hunde antes del fracaso, el optimista flota después de la adversidad”
La Conferencia de Paz cuando se instale en el Táchira, tendrá tareas ineludibles a que dedicarse, pues este estado tiene la particularidad de ser fronterizo, lo cual le agrega elementos que deben ser muy bien abordados, estudiados y analizados por los integrantes de estas mesas, en las diferentes áreas deberán revisar y evaluar las decisiones y medidas que el gobierno de calle presidido por el presidente Nicolás Maduro tomó hace unos meses y que hizo públicas, para relanzar el estado Táchira; ahí quedó plasmado un inventario y reservorio de buena parte de lo que el Táchira requiere para dinamizar su economía y lograr estamentos superiores de bienestar económico y social, que sirvan para resaltar y reanimar el gentilicio de cordialidad.
Si se hace la tarea con dedicación, sinceridad e interés por salir de este marasmo en el que el país está atascado, seguros debemos estar, que se logrará el objetivo de bienestar y prosperidad que todos los tachirenses aspiran, desean y necesitan; por eso de lo que hagamos hoy depende el futuro del Táchira.
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