La evaluación psiquiátrica de Jorge Rodríguez a Capriles Radonski

La intervención de Jorge Rodríguez en el inicio del diálogo que se organizó entre el Gobierno revolucionario y miembros de la Mesa de la Unidad Democrática fue, a mi juicio, una de las mejores, porque más que el bloque adversario, Henrique Capriles Radonski, lo que necesita con urgencia es una rigurosa evaluación psiquiátrica, y eso en cierta forma hizo el actual alcalde del municipio Libertador del Distrito Metropolitano.

El doctor Rodríguez expuso que hay un  grupo de opositores que alucinan, término al que definió como la percepción de algo que no existe, así alucinan a los 6700 ambulatorios de Barrio Adentro I, antes no existían y ahora los alucinan.

 Y Capriles Radonski participó de alguna forma en esa alucinación en la campaña electoral presidencial, diciendo que iban a mantener las misiones sociales y a los médicos cubanos si ganaban las elecciones, el psiquiatra quiso demostrar con fino sarcasmo el doble discurso de la oposición y, en especial, del candidato perdedor. Por un lado no reconocen esos centros asistenciales y, por otro, cuando les conviene prometen que los mantendrán activos. ¡Falsos!

El médico le dijo a Capriles con respecto de su llamado de arrechera, que ante la crispación existente al término de las elecciones en las que lo derrotó Nicolás Maduro, debió ser más responsable, se produjeron 11 muertes y ahí hay una relación causa - efecto.  

Rodríguez habló igualmente de la gravedad del caso del ex candidato y trajo a colación algo que resulta increíble: Impugnó cinco mil mesas, donde había ganado. Cuando el psiquiatra dijo eso, Henry Ramos Allup se agarró la barbilla como diciendo: yo sé que el petimetre, lechuguino y mariposón está mal de la cabeza, pero no pensaba que tanto. Y el veterano adeco se echó a reír.

El alcalde del municipio Libertador, como buen especialista, una vez instalada la mesa de diálogo, comenzó su valoración con una observación del comportamiento del paciente y  luego a lo largo de su intervención le desmenuzó su grave diagnóstico.

Yo no soy psiquiatra, pero después que Capriles intervino, mentalmente establecí una analogía con el resto de los participantes de la MUD y créanme que su caso es diferente con respecto de los demás. Los otros opositores mintieron con toda seriedad y uno los miraba y veía a una persona normal cayéndoles a embustes a todos los asistentes. En el fondo uno sabe que están metiendo coba a ver cómo engañan a sus seguidores y a los cancilleres de Unasur, para salir airosos del diálogo.

Pero esa no era la situación de Capriles. Ese hombre ni siquiera parecía estar en la reunión, se observaba distraído, en las nebulosas; con una mirada desorbitada, incierta, extraviada, perdida, incoherente, muchas veces intimidadora y otras con sensación de culpa.

Cuando habló fue peor, se veía que creía ciegamente las mentiras que la oposición ha inventado y se sabe de memoria. Una cuestión a todas luces patológica. Si ven de nuevo con detalle el video de la reunión, corroborarán lo que les planteo.

Capriles es un paciente de cuidado, además excesivamente violento, lamentablemente no creo que vuelva a otra consulta, por lo menos, con Jorge Rodríguez en la mesa de diálogo no.



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Alberto Morán


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